Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Lo Que He Visto Y He Oido

By MOST REVEREND WILTON D. GREGORY | Published October 25, 2012

Posiblemente, vivimos en la nación más privilegiada en la historia del mundo.

Somos bendecidos, no simplemente por la abundancia de nuestros recursos ni por la inmensidad de nuestro territorio ni por la estabilidad de nuestras instituciones, sino también porque cada cuatro años podemos decidir una vez más, la dirección que esta nación tomará en su futuro.

Somos bendecidos, porque podemos determinar por medio de un proceso democrático, sin resoluciones violentas, sin conflictos armados y sin represalias políticas personales, cuál será nuestro mañana. Nuestra capacidad de cambiar nuestra nación a través del voto secreto que hacemos, es una bendición que pocas naciones han disfrutado por tanto tiempo. Es por eso que cada ciudadano tiene consigo esta responsabilidad tan importante de comprometerse en el proceso político que decide nuestro futuro.

Nuestra fe católica nos enseña que votar no sólo es un privilegio, es una responsabilidad sagrada que tenemos.

Para poder lograr esta tarea, debemos estar informados y tener conocimiento acerca de las grandes cuestiones que afrontamos como una nación y como un líder mundial. No todas esas  cuestiones tienen  igual importancia, no todas traen consecuencias personales inmediatas, pero todas ellas en conjunto,  nos afectan hoy y lo harán mañana. La primera de todas estas cuestiones, en orden de prioridad, es la dignidad de la vida humana. Cada vida humana disfruta de un valor propio inalienable que viene de la mano de Dios, desde la vida más pequeña dentro del  vientre humano hasta la vida frágil de los ancianos y los enfermos. Debido a que cada vida humana es sagrada, todos aquellos cuyas vidas están en mayor riesgo merecen nuestra atención especial—aquellos esperando nacer y los recién nacidos, los pobres, los inmigrantes, los que están sujetos a maltrato y abuso por las estructuras sistemáticas o por ataques personales.

Los Trabajadores y obreros tienen el derecho a un salario justo y a trabajar en condiciones que no pongan en riesgo su salud ni su bienestar.

El ambiente que se nos ha confiado conservar para generaciones futuras, debe ser protegido y  cuidado de la contaminación y la explotación que proviene de un mal manejo, excesivo y desperdiciado. Y hoy, el núcleo más básico de la comunidad humana—la familia misma—está siendo sujeto a la agenda política de aquellos que buscan hacer los géneros humanos, no simplemente iguales en dignidad, sino idénticos bajo la ley.

Los obispos de los Estados Unidos, han publicado conjuntamente una declaración sobre estas preocupaciones vitales, titulada: “El reto de formar la conciencia para ser ciudadanos fieles.” Este recurso está disponible en la página de Internet de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB www.usccb.org/issues-and-action/faithful-citizenship), y espero que haya sido incluido y resumido en los boletines de sus parroquias. También pueden encontrarlo en la página de Internet de su parroquia o en la página de la arquidiócesis (www.archatl.com).

Los obispos creemos que esta declaración describe comprensivamente, el rango de las preocupaciones sociales y morales que cada católico debería considerar cuando ejerza su responsabilidad de votar por nuestros candidatos públicos oficiales. Éstas son cuestiones crucialmente importantes que afectarán nuestra nación y nuestra Iglesia, y que merecen su atención cuidadosa, su conocimiento y su apoyo. La libertad religiosa por sí misma y el libre ejercicio de las enseñanzas sociales y morales de nuestra Iglesia han sido desafiadas incluso en esta tierra de libertad.

Los incito a todos a concentrarse cuidadosamente en las cuestiones que están ahora en riesgo.

Hay muchas voces en conflicto que compiten por su atención en el ambiente electoral de hoy. Algunas podrían sugerir que existe sólo un aspecto que merece su atención. Algunos individuos u organizaciones podrían incluso ser ofensivos o desagradables al aproximarse o presentar sus mensajes—las campañas políticas con frecuencia muestran lo mejor y ocasionalmente lo peor en algunos de nosotros.

Cuando la campaña esté exhausta, cuando los sondeos y las encuestas hayan dicho lo que tengan que decir, cuando los comerciales finalmente hayan callado, usted debe ponerse de pie en la urna electoral y hacer su voto que será su contribución al futuro de esta nación. Ojala pueda hacerlo plenamente informado e inspirado por nuestra fe católica y en protección de la libertad religiosa que ha hecho de éste,  realmente un país grandioso.