Lo Que He Visto Y He Oido
By MOST REVEREND WILTON D. GREGORY | Published December 20, 2012
Esta temporada completa, trata en su totalidad, de un Bebé recién nacido y del tiempo que pasamos esperando ansiosamente su nacimiento. Los bebés tienden a traer alegría al corazón de cada ser humano independientemente del lugar en el que nacen.
Este año, varios miembros del personal de nuestra cancillería fueron bendecidos con el nacimiento de un recién nacido. Esos hogares estarán llenos de una alegría especial esta Navidad a medida que celebran junto a sus nuevos pequeños. Tres familias diferentes en la Arquidiócesis de Atlanta, las cuales tengo la gran suerte de conocer personalmente, también dieron la bienvenida este año a sus primeros nietos. Los corazones de aquellos abuelos están renovados esta Navidad, cuando sus familias inician una nueva generación con los nacimientos de esos nietos.
Dios nos ha dado a Su Único Hijo Procreado, engendrado de una Madre Virgen para enriquecer todas nuestras vidas. Dios entiende cuanta alegría se encuentra en el nacimiento de un bebé, especialmente Uno, cuya misión es traer no sólo alegría sino también salvación. Cada bebé que ha llegado a la vida de una familia en esta Iglesia local, ha traído una gran cantidad de bendiciones: alegría, felicidad, esperanza y renovación; pero únicamente el Nacimiento de Un Sólo Bebé nos trae la vida eterna.
Este año, al aproximarnos al Misterio de la Navidad, lo hacemos con la tristeza residual que ha marcado las vidas de la gente de Newtown, Connecticut, donde algunos padres han perdido a un hijo, a un amigo o vecino, a un maestro o a un administrador de una escuela pública. Le pedimos a ese mismo Dios al que en este momento todos alegremente alabamos y damos gracias por los bebés que llenan nuestras vidas que consuele a aquellos que han perdido a uno de sus pequeños por la violencia insensata. Todos sabemos que el Divino Niño, nacido en Navidad, será víctima de una muerte violenta, la cual voluntariamente soporta por nuestra salvación. Pero ese episodio que vendrá con seguridad en el futuro, no es de importancia inmediata en el momento de la Navidad, la bendición primordial que ahora celebramos es el nacimiento de un Bebé.
Los bebes generalmente no están asociados con la violencia y la muerte, pero este año para el pueblo de Newtown, será diferente. De hecho, muchas personas a través de los Estados Unidos de América y del mundo, pensaremos en esta tragedia que todavía se encuentra muy presente para todos, tal vez porque forma parte de una larga línea de otras tragedias recientes, como un momento más en el cual la brutalidad indiscriminada ha sorprendido el corazón humano, y roto la paz y la seguridad de familias inocentes.
Muchas personas vendrán a la iglesia en Navidad y cariñosamente daremos a todos ellos la bienvenida, tanto a aquellos que asisten con regularidad como a aquellos que lo hacen ocasionalmente. El nacimiento del Niño Jesús tiende a unir a la gente en las familias, en las parroquias, en todas las culturas, en todas las razas y en todas las condiciones socio-económicas.
El Nacimiento del Bebé en Belén es un momento de unión en nuestro mundo. Este Bebé nació para ayudar a que nos sintamos más cerca el uno del otro, para romper las barreras que comúnmente nos separan y para hacer de la raza humana una sola familia. Tal vez ese sea el motivo por el cual esperamos Su Nacimiento tan ansiosamente, porque todos sabemos lo que significa estar solo, aislado y separado de otras personas.
Que el nacimiento de este Bebé este año, sea un momento especial de sanación para todos nosotros, especialmente para las familias en Newtown, quienes este año necesitan una expresión única de amor y consuelo que proviene del Bebé de Belén, cuyo nacimiento tiene el propósito de ser una fuente de alegría y salvación para todos nosotros.
Feliz Navidad mis queridos hermanos y hermanas en Cristo. Que esta temporada Sata y de sanación, traiga a cada uno de ustedes paz, alegría y consuelo.
Que el 2013 sea un año de esperanza para todos nosotros.