Lo Que He Visto Y He Oido
By MOST REVEREND WILTON D. GREGORY | Published November 22, 2012
Durante los años relativamente tempranos de la televisión, cuando existían sólo tres o cuatro canales de difusión y toda la programación disponible generalmente concluía alrededor de las 12 de la medianoche, los programas semanales, los concursos y los noticieros, típicamente terminaban su transmisión semanal los viernes con la motivación “¡Por favor, recuerde asistir a la iglesia o a la sinagoga de su elección!”
En aquellos días menos agitados, incluso Hollywood y Nueva York compartían fácilmente la promoción abierta de las prácticas religiosas. Era una época en la que aparentemente eran menos notorios los conflictos que habían entre el mundo del entretenimiento y la religión organizada. Por supuesto que existían ateos y no creyentes, pero ellos también permitían tranquilamente a la gente de fe, reconocer abiertamente los valores espirituales que son una parte tan importante de lo que ha formado esta nación. Fue una época en la que los ciudadanos de las organizaciones de control y vigilancia posiblemente tenían otros objetivos para protestar.
Obviamente hemos cambiado de aquellos momentos en el tiempo.
El día de Acción de Gracias nunca ha sido un día festivo religioso, es un evento cívico que sin duda tiene un componente espiritual inevitable. Cristianos, judíos, musulmanes, budistas, hindúes y aquellos de otras creencias religiosas, coinciden todos en los valores espirituales que rodean este día festivo, incluso si no coinciden en la manera de expresarlo o definirlo. Sin embargo, encontramos que ahora aumenta la dificultad para resaltar cualquiera de aquellos valores religiosos sin involucrar a algún grupo o individuo.
Obviamente debemos estar agradecidos con Alguien por la abundancia de nuestra nación, por nuestra buena fortuna, por la libertad que disfrutamos, pero ¿cómo y a quién transmitimos esa gratitud? ¡Debemos ser muy cuidadosos en cómo expresamos nuestra gratitud y a dónde dirigimos esos sentimientos de aprecio! Sin embargo, el día de Acción de Gracias parece llamarnos urgentemente a reconocer nuestra necesidad de ser agradecidos y por lo tanto este día festivo por sí mismo parece la causa de nuestro dilema.
La Iglesia Católica no ha designado el día de Acción de Gracias como un día santo de obligación, incluso la celebración cívica no puede reclamar oficialmente una parte en el esquema litúrgico católico. Sin embargo, el día de Acción de Gracias nuestras iglesias se llenarán de gente que vendrá para alabar a Dios por su abundante generosidad. Sabemos y creemos que sin un Dios amoroso y misericordioso ninguno de nosotros podríamos incluso existir, mucho menos disfrutar tantas bendiciones.
El día de Acción de Gracias nos invita a ser consientes de que hemos recibido bendiciones y buena fortuna de alguna fuente más allá de nuestra ardua labor y trabajo. Existe una fuente de nuestras bendiciones que se encuentra más allá de nosotros mismos. El día de Acción de Gracias señala a una causa de la generosidad que yo disfruto, la cual se encuentra fuera de mí. Al entrar en esta época maravillosa del año cuando las familias y los amigos se unen en alegría y compañerismo, encontramos también con mayor frecuencia los desafíos estridentes para expresar abiertamente los temas religiosos y la naturaleza de esta temporada. Sólo el Viernes Negro parece permanecer ileso como punto de referencia.
Ninguno de nosotros quisiera volver a los inicios de la televisión, esa época también tuvo sus propios problemas obvios, pero por lo menos permitía que pudiera ser reconocido y promovido pública y abiertamente el carácter religioso y espiritual de esta época del año: “¡Por favor, recuerde asistir a la iglesia o a la sinagoga de su elección!”
¡Feliz día de Acción de Gracias, queridos hermanos y hermanas! Nos damos cuenta de que todas las bendiciones que compartimos provienen de la mano de Dios, Todo Amoroso y Perfectamente Misericordioso. Con orgullo reconocemos esta verdad al tratar de vivirla cada día del año de una manera más perfecta. ¡Veré a muchos de ustedes en la iglesia donde daremos a Dios la Gloria y la Alabanza que Él y sólo Él, totalmente merece!