Agradezcan a sus sacerdotes el Domingo del Sacerdocio
By Archbishop Wilton D. Gregory | Published October 24, 2013
El próximo domingo es el Domingo del Sacerdocio en la Arquidiócesis de Atlanta. Ésta es una oportunidad anual para expresarle a nuestros sacerdotes cuánto agradecemos su servicio. Realmente, podríamos decir que cada domingo es el Domingo del Sacerdocio porque a través de este ministerio sacramental, todos adoramos a la Trinidad de Dios el día del Señor y muchos también lo hacemos incluso durante la semana. Estos hombres maravillosos, jóvenes y adultos, se ponen de pie en los altares de esta Iglesia local y ofrecen la Eucaristía con y por nosotros.
Una vez al año, destacamos su servicio y espero que también encontremos una oportunidad o dos para darles las gracias por su presencia en nuestras vidas.
Todos tenemos recuerdos de sacerdotes maravillosos (yo tengo los míos y ustedes tienen los suyos). Podríamos recordar a un sacerdote con un gran sentido del humor que solía contar chistes y nos hacía reír con sus gestos faciales; o a ese sacerdote que siempre sabía qué decir en el momento apropiado, ya fuera en un funeral o en una recepción de bodas, quien era capaz de conectar el momento y con nuestra fe.
Nuestros sacerdotes necesitan saber que son apreciados, no solamente por mí que soy su arzobispo sino incluso aún más por ustedes, la gente a la que sirven. Estos años han sido difíciles para los sacerdotes católicos y les garantizo que no es una exageración. Estas presiones han puesto mucho peso sobre ellos. No necesito especificar todas las dificultades que los sacerdotes han enfrentado porque todos las conocemos bien, pero cada uno de nosotros también sabe que son más las ocasiones en las que un sacerdote católico en particular ha enriquecido nuestras vidas.
No permitamos que estos eventos pasen desapercibidos o sean opacados por las desilusiones y la rabia que también existen para muchos. Hemos designado un domingo en octubre para dar las gracias a los sacerdotes de nuestra arquidiócesis y a esos sacerdotes que han significado tanto para ustedes sin importar donde vivan.
Déjeles una nota, envíeles un correo electrónico o un mensaje de texto y sólo dígales “gracias padre por ser parte importante de mi vida y de la vida de mi familia.”
Muchos de los sacerdotes que me inspiraron, moldearon y formaron durante mi juventud están ahora en la plenitud del Reino de Dios, donde espero y oro para que continúen velando por mí. También hay otros sacerdotes que he llegado a conocer a través de los años, como maestros, colegas, mentores, amigos y cada vez con más frecuencia, como mis propios hijos a través de su ordenación. El Domingo del Sacerdocio los recordaré a todos ellos.
Mis amigos más cercanos son dos sacerdotes que conocí en Roma cuando estudiaba para obtener mi doctorado. Ellos continúan enriqueciendo mi vida con su amor, su alegría, su apoyo y su disposición para confrontarme señalando mis limitaciones y mis errores (sin disfrutarlo mucho). ¡Hablo con ellos casi todas las semanas y nuestras conversaciones telefónicas siempre terminan con fuertes carcajadas!
Este domingo, por favor ore por nuestros sacerdotes y por aquellos que están estudiando para convertirse en sacerdotes en el futuro. Todos dependemos de sus oraciones y apoyo espiritual. Nuestra arquidiócesis necesita sacerdotes buenos, santos, íntegros y alegres para continuar con el ministerio que el Señor le encomendó a Su Iglesia.
Algunos sacerdotes dan grandes homilías, otros son fabulosos con los enfermos y con los ancianos, otros sirven a nuestros jóvenes con gran dedicación. No hay dos de ellos con talentos exactamente iguales. Sin embargo, todos unidos se preocupan por el pueblo de Dios en el norte de Georgia con un gran corazón. La próxima semana, quizás pueda decirle a uno o a más de ellos cuánto agradece su servicio y cuidado pastoral.