Presenciando la maravillosa transición de nuestro nuevo Papa
By ARCHBISHOP WILTON D. GREGORY | Published August 15, 2013
Recuerdo personalmente una de las primeras audiencias de los miércoles del entonces recién elegido Papa Juan Pablo II a las que asistí, en donde entró casualmente en la sala de audiencias del Vaticano mientras la multitud lo aplaudía. ¡Simplemente él era una estrella de rock, joven, enérgico, extrovertido y lleno de carisma! La Iglesia misma parecía estar viva con su dinamismo y su encanto.
Varios meses antes, también había asistido a una audiencia a principios de julio con el Papa Pablo VI, de mayor edad, quien llevaba una carga increíblemente pesada. Su apreciado amigo de años Aldo Moro, ex primer ministro italiano, había sido secuestrado y asesinado sólo unos meses antes, una pérdida personal profunda. Ellos habían sido amigos íntimos desde los años universitarios de Aldo Moro, cuando el Padre Giovanni Batista Montini era un joven sacerdote que trabajaba en la Secretaría de Estado del Vaticano y ayudaba a la comunidad estudiantil universitaria.
El Papa Pablo VI llevaba el peso de su cargo con gran dignidad, pero obviamente, sin lugar a dudas, su carga era muy pesada. Cuando él entró en la sala de audiencias parecía arrastrar sus pies más que caminar. Era un hombre que pronto conocería a nuestro Padre misericordioso quien seguramente lo recompensó por su fidelidad heroica.
Las transiciones papales ocurren en forma visual y formal.
Actualmente, estamos presenciando una nueva transición maravillosa, única porque el Papa emérito Benedicto está viviendo una vida de soledad y oración tranquila dentro del Vaticano; y al mismo tiempo su sucesor está poniendo sus propias marcas en la Oficina Papal.
La Sala de Audiencias Papal ya no es el lugar principal en donde la gente puede encontrar al Papa. El mundo de los medios sociales y del ciberespacio hace del planeta mismo una sala de audiencias; y la gente alrededor del mundo lo puede encontrarlo casi diariamente. Esto podría explicar por qué tanta gente se siente conectada con el Papa Francisco tan rápidamente.
Él es increíblemente accesible, lo cual en esta época pueda causar algo de preocupación a su personal de su seguridad, pero también es una de las razones por las que ya goza de tan alta estima alrededor de todo el mundo, todos parecen sentirse cerca de él.
El Papa se ha convertido en el pastor de mundo de una manera maravillosamente visible. Francisco ha dado un nuevo significado al título que heredó cuando fue elegido como el Pastor Universal de la Iglesia. Él es el tipo de pastor que mucha gente parecía haber estado esperando quizás sin siquiera saberlo.
Está cautivando corazones con actos pastorales ordinarios: celebrando la misa matutina con la gente local, visitando los lugares de trabajo de los empleados del Vaticano y saludándolos personalmente, parándose afuera de las capillas del Vaticano para estrechar la mano de la gente y para besar a los bebés; en pocas palabras, siguiendo las practicas típicas de todos los pastores prósperos a través del mundo.
En medio de tantos escándalos recientes, donde los párrocos locales todavía continúan disfrutando del afecto y de la confianza de sus feligreses pero los líderes de la Iglesia más allá de la parroquia local con frecuencia la han perdido, entra el Papa Francisco que ha hecho énfasis en la simplicidad, acercándose a su pueblo y demostrando una preocupación profunda por los pobres y un deseo de llegar a aquellos que viven en la periferia de la Iglesia y de la sociedad. ¡Bingo! Su éxito y su reputación simplemente han escalado. Él está haciendo lo que todo pastor exitoso hace casi intuitivamente, permanecer junto a su pueblo. ¡Ésto siempre funciona sin falta! Que este Nuevo pontífice acerque a muchas más personas al corazón de la Iglesia a través de su servicio pastoral profundo y de su sencillez.