Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Lo Que He Visto Y He Oído

By MOST REVEREND WILTON D. GREGORY | Published January 5, 2012

En total, creo que fueron como 40, muchos de ellos vestidos casuales con pantalones de mezclilla y zapatos de correr. Algunos tenían bigotes y otros iban afeitados. Había coreanos, hispanos, vietnamitas, anglos y afro-americanos. Sus edades variaban con algunos de 20 a 30 años de edad y un que otro teniendo 40 años de edad. Los hombres jóvenes quienes participaron en el retiro anual de discernimiento caracterizan a la Iglesia del norte de Georgia. Uno de ellos es hijo de uno de nuestros diáconos mientras que otros llegaron a Atlanta de otros estados y países. Ellos representaron un pronóstico positivo para el futuro.

Todos ellos no aplicarán para ingresar al seminario. Tampoco serán aceptados como candidato para el sacerdocio todos quienes apliquen.  Aun es vigorizante ver a tantos considerar en este momento el sacerdocio católico para la Iglesia local. Obviamente algo o alguien les ha inspirado a participar en este ejercicio de discernimiento. No solo fue una oportunidad para que ellos consideraran la posibilidad de ingresar al sacerdocio para la Arquidiócesis de Atlanta, pero también fue un momento para que nosotros los observáramos como posibles sacerdotes. El trabajo vocacional es sin duda una de las actividades de mayor importancia en la cual participo como Arzobispo de Atlanta. Obviamente queremos y necesitamos más sacerdotes para servir en esta Arquidiócesis floreciente.

En casi todas las juntas de nuestro personal, del Consejo Presbiteral o del Consejo Pastoral,  a las cuales asisto, alguien siempre pregunta como serviremos a la población creciente de católicos en el norte de Georgia. Esa es una pregunta importante que merece consideración, oraciones y planificación. Pero aun más importante está la pregunta de la calidad de nuestros candidatos. ¿Que tipo de sacerdotes debemos de preparar para servir a la Iglesia del norte de Georgia?

La Iglesia necesita candidatos para el sacerdocio quienes son verdaderamente venerables, humildes y jubilosos. Necesitamos candidatos que puedan y quieran comunicar las enseñanzas de la Iglesia a todos, especialmente a los jóvenes. Necesitamos candidatos espiritualmente y psicológicamente sanos y quienes acepten los requisitos de la Iglesia de vivir una vida de integridad, generosidad y castidad. Necesitamos candidatos quienes aman a nuestro Señor Jesucristo y quienes son lo suficiente respetuosos para reconocer que el laicado que sirven es un pueblo con dignidad espiritual y que lleva una vida de santidad.  Buscamos candidatos quienes son reverentes y respetuosos a las cosas de Dios.

La Iglesia quiere sacerdotes quienes celebrarán el misterio de la salvación con reverencia y quienes predicarán la Palabra de Dios con consistencia para inspirar a los demás a creer en la Palabra y a tratar de vivirla en sus propias vidas. Necesitamos sacerdotes quienes conocen y verdaderamente aman su fe Católica pero son suficientemente humildes para reconocer que todavía tienen mucho que aprender sobre la riqueza de la fe de la Iglesia. Necesitamos candidatos quienes no solo son piadosos pero también buscan volverse hombres venerables de Dios quienes dejan que la gracia de Dios llene sus vidas y los transforme a la Imagen de Cristo el Buen Pastor.

Ese es el tipo de sacerdotes que necesitamos para servir al pueblo de Dios aquí en el norte de Georgia. Acabamos de recibir un regalo sumamente generoso  de una de nuestras familias para apoyar el trabajo de nuestra Oficina de Vocaciones. Nuestro pueblo añora por el clero que pueda promover la misión de la Iglesia para ellos y sus hijos. La perfección nunca ha sido un requisito para el sacerdocio como es evidente a quienes han recibido el sacramento. Sin embargo, los sacerdotes deben ser hombres de integridad, quienes pueden aceptar el Espíritu de Dios, quienes son emocionalmente y psicológicamente sanos y quienes están llenos de entusiasmo y alegría. ¡Esto es lo que se merece nuestro pueblo!