Lo Que He Visto Y He Oído
By MOST REVEREND WILTON D. GREGORY | Published June 23, 2011
La última vez que se reunió el Consejo Pastoral Arquidiocesano se recomendó considerar en la agenda la posibilidad de tener un período mayor de tiempo de preparación para los cambios del nuevo misal que se iniciarán este año durante el primer domingo de Adviento.
Estos cambios solamente introducirán unas pocas modificaciones en las respuestas de la congregación; sin embargo, acarrearán muchos arreglos musicales nuevos que llevarán tiempo aprender. Yo entiendo la necesidad de tener un período más largo de preparación para ayudar a la gente a familiarizarse con la nueva música y con algunas oraciones nuevas. Obviamente, yo no podía autorizar por mi propia cuenta la introducción por adelantado del nuevo texto. Evidentemente mucha gente presentó el mismo tema a sus propios obispos, y muchos obispos escucharon estas sugerencias. Por eso, en el otoño empezaremos más temprano introduciendo el uso de algunas de las selecciones musicales en lugar de esperar hasta el primer domingo de Adviento, cuando estos cambios serán obligatorios para toda la Iglesia Católica en los Estados Unidos.
Tuve que reírme internamente cuando escuché sobre las modificaciones en las fechas de iniciación de estos nuevos cambios litúrgicos durante la última reunión de los obispos en Seattle, Washington, la semana pasada, pues sospeché que muchos de mis hermanos obispos también habían escuchado en su congregación lo mismo que yo escuché recientemente en nuestro propio Consejo Pastoral. Nosotros los obispos sí escuchamos al pueblo, a pesar de lo que muchos insinúan con frecuencia. Por lo tanto, en algún momento del mes de septiembre, comenzaremos en la Arquidiócesis con la introducción de los nuevos arreglos musicales para la misa.
Me gustaría agradecer públicamente al Padre Theodore Book y a sus colegas por la labor minuciosa que llevan realizando para preparar la recepción del nuevo misal durante este Adviento. Ya han ofrecido (y seguirán ofreciendo) talleres y presentaciones con la intención de ayudar a los celebrantes, diáconos, directores de coro, personal litúrgico, y gente común a entender estos cambios y en qué se basan los mismos. Este nuevo margen de tiempo requerirá que adaptemos la planificación de los programas para que las parroquias puedan disponer de los arreglos musicales y comenzar a introducirlos a la gente.
El nuevo misal ha recibo bastante atención y ésta no ha sido totalmente positiva. Mientras nos preparamos para comenzar a usar esta nueva traducción, les ruego que veamos esto como un momento de renovación y reflexión sobre el importante acto ritual que es la Eucaristía. Estoy seguro de que algunas de las nuevas palabras y oraciones serán desconocidas, y es muy posible que se hagan comparaciones con la traducción actual. Sin duda todos podrán encontrar algo para criticar en la nueva traducción, de la misma forma en que todos podemos encontrar cosas para criticar en la traducción actual. Pero deseo que todos nos familiaricemos con el nuevo texto y lo usemos para alabar a Dios de la misma forma que lo llevamos haciendo durante estos últimos 40 años con el texto actual.
Puedo detectar el deseo de aplicar estas implementaciones y comenzar a escuchar y usar las nuevas palabras, cantar la nueva música, y acomodarnos a este nuevo modelo de oración que será tanto enriquecedor como familiar. El mismo hecho de que algunas personas hayan insistido para que comencemos a aprender los nuevos arreglos musicales es un muy buen indicio de que la gente está ansiosa por comenzar este proceso que tendrá sus sobresaltos pero, a la larga, nos llevará a orar juntos frente al Dios eterno de la Santísima Trinidad.