Declaración del Arzobispo Wilton D. Gregory en relación a las elecciones: “Así como cada voto cuenta … también cada persona cuenta”
Published noviembre 17, 2016 | Available In English
Cualquier persona que asuma las inmensas responsabilidades de liderazgo gubernamental, necesita y merece nuestro apoyo y nuestras oraciones. Es por eso que ofrezco sinceramente ambas cosas a todos nuestros funcionarios públicos elegidos recientemente. Este ha sido un proceso electoral tóxico y los sentimientos en todas partes continúan siendo intensos. Como personas de fe debemos orar para que nuestra nación pueda evolucionar hacia un período de tranquilidad y renovación. Si bien todavía hay muchos temas que nos dividen, debemos confiar en nuestro amor por nuestro país, nuestra libertad y nuestro bienestar nacional para que sean los que nos mantengan unidos. Como Iglesia de Cristo debemos trabajar con valentía y sin descanso para restaurar el mensaje del Evangelio de paz, reconciliación, misericordia y civismo en nuestro discurso público.
La letal campaña que acaba de concluir ha lastimado gravemente nuestro tono y enfoque a nivel nacional. Las protestas que han estallado en todo el país bien pudieran haberse producido independientemente del partido ganador — solo habrían cambiado los lemas y pancartas. Muchas personas están enojadas y confundidas; pero lo que es aún peor, muchas tienen miedo. Estas no son las emociones que los ciudadanos esperan encontrar al término de una elección presidencial en la mejor nación del mundo. Aquellos que obtuvieron éxito el 8 de noviembre, deben ser felicitados por haber logrado una oportunidad crítica para conducir a este país que amamos hacia el futuro. Aquellos que no lo obtuvieron, no deben dejar de lado sus principios que afirman la vida y promueven la dignidad de todas las personas; por el contrario, deben evaluar cómo harán para mantener esos sueños vivos tras la derrota política. Ambos, sin embargo, deben dejar de lado su retórica de odio y darse cuenta del creciente precio social de su partidismo.
Los pobres y vulnerables, los inmigrantes y desempleados, los débiles y necesitados rara vez parecen ser las fuerzas que conducen al cambio social, sin embargo, son los que sufren más en tiempos de agitación. Antes de que cualquier persona se lamente o alegre apasionadamente por el resultado de esta elección, recordemos que así como cada voto cuenta, el Evangelio nos recuerda que también cada persona cuenta. Que Dios bendiga nuestra nación y nos de la fuerza, sabiduría y perseverancia para sanarla y unirla.