Siguiendo el ejemplo del Beato Carlo Acutis
By OBISPO JOHN N. TRAN | Published abril 16, 2025 | Available In English
El 20 de noviembre de 2024, el Papa Francisco anunció, al concluir su audiencia general semanal, la canonización de dos jóvenes santos: el Beato Carlo Acutis (1991-2006) y el Beato Pier Giorgio Frassati (1901-1925). El Beato Acutis será canonizado el 27 de abril, durante el Jubileo de los Adolescentes, y el Beato Frassati el 3 de agosto, durante el Jubileo de la Juventud.
A nivel local, nuestra arquidiócesis celebrará la canonización del Beato Acutis el domingo, 27 de abril, en la iglesia Holy Vietnamese Martyrs en Norcross a las 6 p. m. El Arzobispo Gregory Hartmayer será el celebrante y ofrecerá una sesión de preguntas y respuestas para nuestros jóvenes después de la misa.
La historia del Beato Carlo Acutis, un adolescente italiano de Gran Bretaña, se ha contado con frecuencia en los últimos años, y mientras se prepara su canonización en Italia, habrá mucha expectativa. En el centro de toda esta algarabía se encuentra un joven con un corazón dispuesto para Jesús.
Carlo era muy parecido a los jóvenes de hoy; le gustaban los deportes, la informática y salir con amigos. Pero, sobre todo, amaba al Señor Jesús. Enseñó catecismo desde pequeño; utilizó sus conocimientos de informática para crear un sitio web de milagros eucarísticos y apariciones marianas; y cuando le diagnosticaron leucemia a los 15 años, no sintió miedo, rabia ni depresión; por el contrario, unió su sufrimiento a la Iglesia.
Según la biografía “Carlo Acutis: A Millennial in Paradise”, estas fueron las últimas palabras que dijo a su madre antes de morir el 12 de octubre de 2006: «Mamá, no tengas miedo. Desde que Jesús se hizo hombre, la muerte se ha convertido en el paso hacia la vida, y no tenemos por qué huir de ella. Preparémonos para experimentar algo extraordinario en la vida eterna».
En otra ocasión, dijo a su madre: «Ofrezco todo mi sufrimiento al Señor por el Papa y por la Iglesia para no ir al purgatorio, sino directamente al cielo». El beato ha abierto una ventana para que jóvenes y adultos vean la extraordinaria obra que se realiza en la vida eterna. Miles de personas visitan su santuario en Santa María la Mayor en Asís, y miles estarán presentes en su canonización. Se sienten atraídos por su historia y por las lecciones que su corta vida puede enseñarnos a cada uno de nosotros. Su inocencia puede enseñarnos a ser inocentes. Su preocupación por los pobres y su amor por la Eucaristía pueden enseñarnos a vivir el Evangelio. Finalmente, su pasión por usar sus conocimientos informáticos para la gloria de Dios puede enseñarnos a hacer lo mismo con los dones que Dios nos ha dado.
Para el beato, todo parecía fluir de forma natural, pero, para la mayoría de nosotros, no es así. Estamos atrapados por la cultura, susceptibles a las ideas de “éxito” que el mundo nos impone: éxito en términos de dinero, posesiones y fama. Sin embargo, deberíamos pensar en la corta vida del joven beato e intentar emular su sencilla santidad. En cierto modo, él me recuerda a Santa Teresita de Lisieux, la Pequeña Flor. La inocencia juvenil y la profunda fe que ambos poseían hablan poderosamente del amor de Dios.
Aunque el Beato Carlo murió de leucemia a temprana edad, su corta pero profunda existencia nos enseñó a todos muchas lecciones de santidad. Se le recuerda con cariño por decir: «Quien se pone delante del sol se broncea; quien se pone delante de la Eucaristía se convierte en santo».
Al unirnos a la Iglesia universal para celebrar la canonización del Beato Carlo Acutis, oremos para que tengamos su mismo deseo de estar cerca de Jesús a través de la Eucaristía y para que todos abracemos el plan del joven beato y lo sigamos hacia una vida extraordinaria de alegría eterna.
San Carlo, ruega por nosotros.