Georgia Bulletin

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Con el apoyo de la comunidad, Cristo Rey Atlanta dedica nuevo lugar para aprender

By ANDREW NELSON, Staff writer | Published febrero 8, 2018  | Available In English

ATLANTA—Estudiantes, padres, benefactores y dignatarios civiles celebraron la dedicación de la nueva escuela secundaria jesuita Cristo Rey Atlanta el 30 de enero.

Porristas bailando y luciendo largas cintas en sus pelos, y confeti y serpentinas que surcaban el aire añadieron a la emoción, a medida que los estudiantes y el personal bailaban al ritmo del hip-hop y la música en español que salía del sistema de sonido.

The Cristo Rey Atlanta Jesuit High School cheerleading squad leads off the building dedication ceremony with a team cheer. Photo By Michael Alexander

Con tijeras gigantes, varios estudiantes y el Gobernador de Georgia Nathan Deal cortaron la cinta ubicada en medio del gimnasio como parte de las ceremonias llevadas a cabo en el complejo académico, ubicado en 222 Piedmont Ave. Un proyecto de renovación de $ 30,3 millones para la escuela, la cual sirve a jóvenes provenientes de familias desfavorecidas.

“Los milagros existen. Los milagros suceden diariamente en Cristo Rey”, dijo Dominic Mazzone, presidente de la junta administrativa.

La escuela es un ministerio que nivela el terreno de juego educativo de familias con recursos limitados y proporciona a los estudiantes un camino a la oportunidad laboral y académica que desean y merecen, dijo.

“La escuela da una mano a nuestros estudiantes”, enfatizó Mazzone.
La Alcaldesa de Atlanta Keisha Lanza Bottoms y el Gobernador Deal estuvieron entre los invitados de la ceremonia, que incluyó al Arzobispo Wilton D. Gregory. Representando la Compañía de Jesús estaban el padre jesuita John Cecero, líder de la Provincia del Noreste y el Padre Robert Hussey, líder de la Provincia de Maryland.

El Gobernador Deal dijo que los maestros y el personal de la escuela están forjando a futuros líderes comunitarios y sugirió a los estudiantes que se concentraran en “una mente, un cuerpo y un carácter fuertes” para alcanzar el éxito.

La Alcaldesa Bottoms dijo que los colaboradores de la escuela están “parados en la brecha” que ayuda a los estudiantes a tener éxito.

“Como ciudad, continuamos apoyándolos. Continuamos animándolos. Y continuamos a la espera de su liderazgo porque ustedes son el futuro de nuestra gran ciudad”, señaló.

El Arzobispo Gregory mencionó que Cristo Rey Atlanta sirve a una parte primordial de la comunidad. “Nuestros estudiantes provienen de familias que creen en ellos, pero que necesitan ayuda para desarrollar todo el potencial que está en sus corazones”, dijo.

El arzobispo agradeció a los líderes empresariales que apoyan el programa de trabajo-estudio de la escuela. Este programa corporativo único de la escuela ayuda a jóvenes a desarrollar importantes habilidades y financia gran parte de los costos de su educación.

El arzobispo dijo que está agradecido con la Compañía de Jesús por su larga historia de apoyar la educación para preparar a los jóvenes como futuros líderes.

Un deseo de alcanzar metas

Cristo Rey revitalizó la sede corporativa vacía de siete pisos que ocupaba Industrias Oxford. El edificio que data de la década de 1960 se convirtió en una escuela del siglo 21, con laboratorios de ciencias modernos y un gimnasio nuevo para albergar a 550 estudiantes. Cada uno de los cuatro pisos de aulas de clase está reservado para un grado escolar.

El sitio inicial en el centro de Atlanta, le quedó chico a la escuela secundaria que comenzó a funcionar en agosto de 2014. La renovación del edificio académico añadió 28 aulas de clase, una cafetería y una cocina, entre otros espacios necesarios.

Robert Fink, un sólido colaborador de Cristo Rey, ve un poco de sí mismo en los estudiantes de la escuela. El nativo de New York tuvo un comienzo difícil. Su padre murió cuando era un bebé y fue criado por una madre soltera. Su sueño de asistir a una escuela católica, estaba fuera de su alcance.

“He estado en ese lugar. Estuve allí. Había un montón de cosas que quería hacer pero no podía”, dijo Fink, un ex abogado que fundó un hospital sin fines de lucro que se enfoca en asistir a personas que necesitan tratamiento de salud mental.

Jesuit Father John Foley, center, was on hand for the building dedication of Cristo Rey Atlanta Jesuit High School. Here he chats with Mary McNulty, left, and her husband Pat, who are members of Our Lady of the Assumption Church, Atlanta. Father Foley is credited with coming up with the Cristo Rey education model. Photo By Michael Alexander

Cuando se aproximaba la secundaria, Fink distribuía periódicos para subsistir. Reunió dinero suficiente para asistir a una escuela integrada por miembros de la comunidad religiosa de los Hermanos Cristianos. Una beca le permitió continuar con su educación católica secundaria, luego con la universidad y más adelante, con la facultad de derecho.

Trabajó en Atlanta para la prestigiosa firma de abogados de Troutman Sanders LLP como abogado tributario y contador público. A mediados de 1970 comenzó un hospital de salud mental sin fines de lucro, Ridgeview. Después de su venta en 2017 la familia Fink inauguró la Fundación Regalo de Esperanza.

Fink dijo que ve un deseo de alcanzar sus metas entre estos estudiantes, quienes provienen de su misma clase social.

“Estos alumnos son disciplinados y es un sacrificio. Reuniéndome con ellos, veo que tienen grandes esperanzas”, comentó Fink, quien se desempeña como mentor de estudiantes.

Él asiste a la iglesia de St. Jude the Apostle, en Sandy Springs, donde es ministro extraordinario de la sagrada comunión, miembro del Club Serra y parte del ministerio de adoración. Él y su numerosa familia asistieron a la dedicación, donde anunciaron que la fundación familiar pagaría por servicios de apoyo para la escuela durante los próximos cuatro años.

El primer gimnasio de la escuela, sede de las llamas de Cristo Rey, fue nombrado en honor a la familia.

Un sistema educativo que “florece”

Las escuelas Cristo Rey comenzaron inicialmente en 1996 en Chicago. Su misión es preparar a estudiantes de secundaria de familias de bajos ingresos para oportunidades universitarias. La educación de preparación universitaria se comlementa con la experiencia laboral profesional de un recién egresado, que paga cerca del 70 por ciento de la matrícula.

El sacerdote jesuita de Chicago que soñó con la idea y fundó la primer escuela secundaria jesuita Cristo Rey se refirió a Atlanta como un “niño de portada” para el programa. Esta escuela hace un buen trabajo atrayendo a socios para su programa de trabajo-estudio y produciendo resultados académicos, dijo el Padre John Foley.

Muchas escuelas católicas atraviesan dificultades financieras y se enfrentan al cierre de sus puertas debido a la disminución de inscripciones, pero Cristo Rey está floreciendo como sistema, dijo. Existen 32 escuelas en su red.

Funciona porque la gente buena “se reúne y la hace grandiosa”, dijo el Padre Foley. “Hay tanto talento proveniente de Dios que ha podido florecer”.

Durante la dedicación, la escuela reconoció a sus patrocinadores corporativos en el lugar donde otras escuelas exponen banderas de campeonatos. Cerca de 150 empresas que van desde pequeños negocios hasta firmas de Fortune 100, contratan a los estudiantes para el programa de trabajo-estudio.

Hala Moddelmog, presidenta y directora ejecutiva de la cámara de comercio del área metropolitana de Atlanta, felicitó a la escuela y a sus estudiantes.

“Estamos muy orgullosos de tener esta organización en nuestra región. Nuestras empresas dieron un paso al frente y quisieron participar”, dijo Moddelmog.

La escuela es parte del “conducto de talento” que hace la región económicamente vibrante, dijo. “Somos partidarios de este programa. Probablemente presumimos sobre él más de lo que merecemos”.

La escuela secundaria graduará su primera clase de bachilleres esta primavera. Entre ellos estará Jahari Fraser.

“Bienvenidos a la nueva y permanente sede de la escuela secundaria jesuita Cristo Rey”, dijo Fraser, presidente del consejo estudiantil, a la multitud. “Hemos encontrado un lugar que podemos llamar hogar. Esto no podría haber sucedido sin ustedes”.