A BORDO DEL VUELO PAPAL DESDE CUBA (CNS)—El papa Francisco defendió su posición sobre la economía, el medio ambiente y otros temas sociales, como repeticiones fieles de la doctrina social católica básica.

Hablando con los periodistas que volaban con él desde Cuba a Washington, el 22 de septiembre, el papa fue interrogado sobre los comentarios, principalmente en Estados Unidos, alegando que el papa es un comunista, y sobre el titular de Newsweek, “¿Es católico el Papa?”

“Estoy seguro de que nunca he dicho nada más de lo que está en la doctrina social de la iglesia”, respondió. “Sigo a la iglesia, y en esto no creo que estoy equivocado”.

“Tal vez he dado la impresión de estar un poquito a la izquierda”, admitió el papa. “Pero si ellos quieren que yo recite el Credo, puedo hacerlo!”

El papa Francisco dijo que un cardenal “que es un amigo” le contaba acerca de una señora católica ya anciana, “una buena mujer, pero un poco rígida,” que tenía dudas sobre la descripción del Anticristo en el Libro de la Revelación y que si ese era lo mismo que un “anti-papa”.

“¿Por qué lo preguntas”, le dijo el cardenal. “Bueno, estoy segura de que el papa Francisco es el anti-papa”.

“¿Por qué dices eso?”

“Bueno, porque renunció a los zapatos rojos, que son tan históricos”, dice el papa que respondió la mujer.

La gente tiene todo tipo de razones para pensar si “él es comunista o no es comunista”, dijo el papa.

El papa Francisco se refirió también a la doctrina social de la iglesia, cuando se le preguntó sobre el embargo económico estadounidense contra Cuba. La doctrina social es crítica de los embargos económicos, especialmente los que duran por años, debido a su impacto sobre los pobres.

Pero dijo que no tenía intención de discutir el embargo a Cuba en su discurso ante el Congreso de Estados Unidos, pero que iba a hablar en forma más general de la importancia de los acuerdos bilaterales para promover el progreso, la paz y el bien común.

“El problema del embargo es parte de las negociaciones. Esto es público. Ambos presidentes han dicho esto. Es parte del camino hacia las buenas relaciones que ya está en proceso”, dijo.

“Mi deseo es que terminen con un buen resultado, con un acuerdo que satisfaga a ambas partes”, dijo.

La visita a Cuba del 19 al 22 de septiembre fue “un poco de coincidencia”, dijo el papa. Él tenía la esperanza de entrar a Estados Unidos a través de Ciudad Juárez, México, al igual que mucha gente lo hace. Pero la idea cambió cuando el presidente cubano, Raúl Castro, y el presidente estadounidense Barack Obama anunciaron que tenían un acuerdo para comenzar a normalizar sus relaciones.

También se le preguntó al papa Francisco por qué no se  reunió con los disidentes cubanos y otros miembros de la oposición cubana.

“Era muy claro que yo no estaba sosteniendo audiencias privadas en la nunciatura – ni siquiera con otros jefes de Estado”, dijo el papa, refiriéndose aparentemente a la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, que había viajado a La Habana para la visita papal.

Funcionarios de la embajada del Vaticano en La Habana hicieron, sin embargo, una llamada telefónica al representante de un grupo disidente e invitaron a varios miembros del grupo para estar entre las personas que fueron saludadas por el papa en la catedral de La Habana, dijo.

“Allí saludé a mucha gente, pero nadie se identificó como un disidente”, dijo el papa Francisco.

El papa fue cuestionado también acerca de su reunión privada con el ex presidente cubano Fidel Castro y, específicamente, si pensaba que Castro se había “arrepentido” de haber tratado a la Iglesia Católica con tanta dureza.

“El ‘arrepentimiento’ es algo íntimo, que tiene que ver con la conciencia”, dijo.

“En mi reunión con Fidel hablamos de los jesuitas que él había conocido” como estudiante de un colegio jesuita, dijo el Papa, y de cuán exigentes suelen ser los jesuitas para hacer que sus estudiantes trabajen.

“Y hablamos mucho sobre la encíclica, ‘Laudato Si’, porque él está muy interesado en el tema de la ecología. No fue una reunión muy formal, sino espontánea, con su familia allí”, dijo el Papa.

“No hablamos sobre el pasado”, dijo, excepto de “su experiencia con los jesuitas”.