Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Lo Que He Visto Y He Oído (25 de Noviembre 2010)

Published noviembre 25, 2010  | Available In English

Según una tradición nacional generalizada, la primera celebración del Día de Acción de Gracias (Thanksgiving) se realizó como una fiesta multicultural: los colonos recién llegados y los nativos americanos compartieron una comida para expresar su gratitud por haber sobrevivido un invierno duro y para dar gracias por una cosecha abundante. A todos nos gusta creer que esta primera comida en común congregó a personas de distintos orígenes en un espíritu de amistad y paz armónica.

Desafortunadamente, en la actualidad no contamos con ningún documento escrito fehaciente que verifique nuestras tradiciones. Éstas han aumentado a través de los años, y ahora incluyen una comida muy festiva y elaborada que compartiremos con familia y amigos esta semana. Hay algo emotivo y alentador en esta festividad establecida, indiferentemente de sus verdaderos orígenes.

El génesis de la celebración del Día de Acción de Gracias nos recuerda también de la rica herencia de nuestro país que abarca una comunidad de personas de diferentes orígenes y culturas.

Quizás muchos de los niños participaron recientemente de las festividades del Día de Acción de Gracias en las escuelas y se vistieron con los atuendos que creemos que llevaban aquellos que compartieron la primera comida de Thanksgiving. Esto nos recuerda nuevamente de la diversidad cultural que data de los inicios de esta celebración.

El primer Día de Acción de Gracias ocurrió más de 150 años antes de que se estableciera formalmente nuestra nación, y mientras muchos otros países del mundo ahora celebran un día de acción de gracias en gratitud por una cosecha abundante, Thanksgiving es claramente una fiesta americana. Es la fiesta que nos recuerda de los principios que crearon las bases de nuestra patria.

Somos un pueblo formado especialmente por inmigrantes y oriundos de este país con muchas culturas, razas, lenguas, y religiones diferentes. Cuando estamos en nuestros mejores momentos, reconciliamos esas diferencias en armonía y alegría. De la misma forma en que los indígenas americanos se unieron a los nuevos colonos con espíritu de gratitud y hospitalidad en ese primer Día de Acción de Gracias, nuestra patria mantiene como patrimonio sagrado sus tradiciones de recibimiento y colaboración con todos los que comparten esta tierra maravillosa.

Sabemos además que no siempre hemos cumplido con los estándares de ese legado de acogimiento e inclusión. La historia atestigua tristemente que los indígenas americanos que habitaban esta tierra antes de la llegada de los colonos no siempre fueron tratados con respeto, justicia, y genuina bondad. Y nuestra historia revela que no todos los colonos que llegaron fueron bien recibidos o se les permitió incorporar su lengua y su cultura dentro del tejido de nuestra patria; algunos llegaron a estas costas encadenados. Sin embargo, a pesar de tantos fracasos, podemos decir que también hubo muchos grandes logros. Por lo tanto, el Día de Acción de Gracias sigue recordándonos esencialmente que todos somos llamados a ser vecinos, amigos, y compatriotas, y a vivir juntos en armonía de la misma forma que lo hicieron aquellos personajes que los niños interpretaron en las celebraciones de Thanksgiving  en la escuela.

Aunque el Día de Acción de Gracias es netamente una fiesta secular, sin duda tiene un trasfondo y temática religiosos. Dios ha bendecido nuestra tierra con abundantes dones; el don más grande que tenemos es siempre la gente, las personas que consideran este país como el hogar de todos. Tenemos riquezas suplementarias que sobrepasan ampliamente las de otros pueblos. Nos hemos convertido en un país que es la envidia de muchos otros. Tenemos la posibilidad de hacer grandes contribuciones en la vida de las personas de todo el mundo. Gozamos de libertad de religión no sólo para rendir culto a quien queramos, sino que tenemos la libertad de involucrarnos en los temas importantes de la sociedad según nuestras propias creencias religiosas  y morales.

Como católicos, no deberíamos negarnos a participar activamente en formar un mundo mejor para todos, desde los que se encuentran en el seno materno esperando nacer hasta los pobres, encarcelados, enfermos, o ancianos. Pues deberíamos recordar que el primer Día de Acción de Gracias fue una fiesta que acogió en una misma mesa de agradecimiento al recién llegado y al extraño, al oriundo de esta tierra y al que residía allí en ese momento.

Debemos dar gracias por todas estas bendiciones y alabar al Dios Creador que nos las concedió tan generosamente. ¡Feliz Día de Acción de Gracias/Happy Thanksgiving mis queridos hermanos y hermanas de la Arquidiócesis de Atlanta!