Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Lo Que He Visto Y He Oído (29 Abril 2010)

Published abril 29, 2010  | Available In English

Debo una disculpa personal a tres jóvenes de la Parroquia Queen of Angels en Thomson por no haber podido asistir a su Confirmación debido al cuadro climático que se produjo en nuestra región el sábado por la tarde. Hubo algunas inundaciones en zonas bajas y supuse que sería prudente que designara al Padre Bill Williams, párroco de Queen of Angels, para que oficiara la Confirmación ya que se pronosticaba que el tiempo iba a empeorar en lugar de mejorar para el sábado por la tarde. Yo ya les envié mis disculpas por escrito, pero el cambio de planes a última hora fue otro indicio de que ninguno de nosotros tiene total control de sus vidas, y nuestros planes están siempre sujetos al poder de la creación de Dios.

Al comienzo de esa semana había hablado con un muchacho y su novia que están Londres sobre sus planes de casamiento para el verano. El libro del ritual matrimonial que su mamá le había enviado a Europa por FedEx se retrasó debido a las demoras causadas por la erupción del volcán en Islandia y las subsecuentes interrupciones en los aeropuertos que hicieron parar abruptamente los vuelos y envíos postales. El libro les llegará eventualmente y continuarán planificando su boda; sin embargo, la magia del envío en 24 h fue frustrada por el sedimento de las cenizas volcánicas.

Durante la cena de los Cardenales del viernes pasado, escuché unas cuantas historias sobre cómo la gente había logrado regresar recientemente de Europa a pesar de las demoras en las aerolíneas que fueron inevitables durante las últimas semanas. Algunos de los viajes de regreso les llevaron muy lejos de los cruces transatlánticos comunes. Ninguno de nosotros puede estar seguro de que no le tocará acomodarse a las circunstancias de la vida, y a menudo esto ocurre cuando menos lo esperamos.

La cuestión climática es sólo uno de los tipos de complicaciones que debemos aguantar en nuestra vida, generalmente sin advertencia alguna. La comunidad marista de la Arquidiócesis de Atlanta ha encomendado al Padre Jim Hartnett a nuestro Señor. Recuerdo las palabras sabias que él compartió conmigo cuando su enfermedad lentamente minaba sus fuerzas pero no su buen humor. Decía muchas veces que su enfermedad le daba tiempo para “discurrir.” Eligió el término que el Evangelio le atribuye a María cuando ella se sintió turbada con el saludo que le dio Gabriel en la Anunciación.

Discurrir significa meditar sobre algo con el corazón, no porque exista la duda sino aceptando curiosamente un misterio que yace más allá de nuestra habilidad de comprender totalmente. El Padre Jim Hartnett partió hacia la casa de Dios luego de haber vivido una vida larga y rica como sacerdote y fiel ministro de miles de jovencitos de esta parroquia regional. Al discurrir sobre el significado de su enfermedad, su aceptación de la voluntad de Dios creció en los momentos finales de su vida.

Jim me dijo muchas veces que “discurra” sobre las cosas que no puedo explicar y que indudablemente no puedo controlar. Fue un guía espiritual sabio y continúo apreciándolo. Ya sea el mal tiempo, o la economía, o las travesuras de los jovencitos, todos estamos constantemente llamados a discurrir sobre aquellas cosas que no podemos controlar y a aceptarlas con serenidad como parte del plan de Dios para nuestra vida. ¡Ojalá que Jim Hartnett, un verdadero hijo de María, se encuentre ante la presencia de Dios donde gozará eternamente de la plenitud del amor y de la misericordia de Dios! Que en paz descanse.