Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Lo Que He Visto Y He Oído (18 Marzo 2010)

Published marzo 18, 2010  | Available In English

La persona que alguna vez trató de hacerse socia de una asociación profesional o de un club prestigioso sabe que el procedimiento involucra tener un patrocinador. El procedimiento de solicitud incluye no sólo los datos concretos tradicionales, sino también el testimonio de alguien que ya es socio y que puede atestiguar que usted es una persona que se adecuará bien a la organización, se regirá por las reglas de la asociación, y será un buen miembro del club.

La Iglesia utiliza patrocinadores o padrinos de la misma forma. En el Rito de Elección los candidatos, que pronto serán miembros completos iniciados en la Iglesia, están acompañados por sus padrinos que hablan en representación de sus ahijados y le aseguran a la Iglesia que estos futuros miembros titulares son buenos candidatos católicos.

La semana pasada hubo Confirmaciones en la Iglesia Holy Trinity en Peachtree City. Al hablar conmigo uno de los jovencitos me preguntó: ¿“Qué es lo que el padrino debe hacer ahora?” El joven quería saber lo que supuestamente debía hacer su padrino luego de la ceremonia.

Como la mayoría de las preguntas que tienden a hacer los jovencitos, esta pregunta era profunda dentro de su simpleza pero agudamente importante. ¿Qué se supone que deben hacer los padrinos de los niños de Confirmación para cumplir con el honor y la obligación que se les ha otorgado cuando se los invitó a desempeñar ese rol? Los padrinos no sólo ocupan un lugar detrás de los candidatos durante la ceremonia, sino que también deberían ocupar un lugar detrás de ellos mientras crecen en la fe y estimularlos durante ese proceso.

Sé que muchas familias eligen los padrinos porque son parientes que tradicionalmente actúan como un padrino o madrina— y sería maravilloso si los elegidos también fuesen buenos católicos activos. El padrino o madrina del Sacramento de la Confirmación debería ser una persona que vive la fe y que continuará viviendo la fe como miembro activo y fuente de estímulo para la joven persona que está apadrinando. La intención es que la vida del padrino sea un testimonio y un respaldo para el jovencito o jovencita mientras continúa creciendo en la fe católica. Por eso me entristece cuando el padrino elegido no recibe la Comunión junto con el recién confirmado durante la misa de Confirmación. Puede que haya un problema matrimonial sin resolver, o un grave pecado, o algún otro obstáculo que no le permite al padrino recibir la Santa Comunión. Pero justo en la misa en que los padrinos son los testigos de Confirmación del joven, no pueden confirmar ese testimonio recibiendo la Eucaristía.

Entonces cuando el jovencito me preguntó sobre el futuro papel de su padrino, yo le dije que se suponía que su padrino debería caminar junto con él en su viaje de fe mientras continuaba creciendo. De la misma manera que con los padres, los padrinos, a través del buen ejemplo, han de guiar a los jovencitos hacia un amor más profundo por Cristo (y nuestros niños necesitan muchos modelos como éstos en el mundo de hoy).

Las asociaciones profesionales y los clubs exclusivos prestan mucha más atención al respaldo de un socio activo que apoya a un solicitante que si el apoyo lo diese un socio indiferente o inactivo. Por eso, los jóvenes encuentran más credibilidad en el testimonio de padrinos que no sólo ocupan un lugar detrás de ellos durante la ceremonia de Confirmación, sino que también caminan a su lado durante su viaje de fe. Ser un buen padrino significa mucho más que simplemente colocar la mano sobre el hombro de los jovencitos durante la ceremonia. Como es usual, ¡un niño parece saber intuitivamente qué preguntas correctas hacer!