Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Lo Que He Visto Y He Oído (18 Febrero 2010)

Published febrero 18, 2010  | Available In English

Al igual que muchos católicos cuyos años formativos transcurrieron durante la primera mitad del siglo pasado, mi abuela materna nunca estuvo totalmente convencida de que las prácticas de Cuaresma que implementó la Iglesia en la segunda mitad de ese siglo eran realmente apropiadas. Recordaba muchas veces las costumbres de Cuaresma que tenía que seguir de jovencita en los años veinte cuando las tradiciones católicas cuaresmales eran mucho más rigurosas e indiscutiblemente obligatorias. A pesar de lo mucho que quería a mi abuela, tenía que recordarle que la Iglesia había seguido muchas costumbres diferentes de Cuaresma con el pasar de los años que alternaban desde muy demandantes a menos arduas de acuerdo con las costumbres nacionales, los tiempos de guerra, y hasta la edad, salud, y las condiciones de trabajo de la gente. Sin embargo, su comentario era válido. Las costumbres de Cuaresma durante su juventud exigían mucho más de los católicos de lo que exigen hoy en día.

El tiempo de Cuaresma para  el año 2010 ya ha comenzado, y se les pide a los católicos de todo el mundo que adopten las tres exigencias de este período del año litúrgico: se nos llama a la oración, penitencia y obras de caridad. Y esta exigencia de perseguir estos valores espirituales es importante y obligatoria para todos nosotros, indiferentemente de nuestra edad y condición. Aún las personas que están por encima de los 59 años, edad a partir de la cual ya no es obligación el ayuno, son llamadas a cumplir con la disciplina de Cuaresma haciendo quizás más oración y obras de caridad que ayuno ya que para algunos de ellos puede ser una carga física demasiado grande. Aún los jovencitos que tienen menos 14 años, la edad obligatoria para comenzar el ayuno, deberían ser introducidos a una manera de comprender la Cuaresma como una época de renovación espiritual y profundización de  fe. Se les debe enseñar las oraciones y prácticas espirituales que los adultos católicos  valoran y asocian con esta época del año.

En resumen, se espera que todos participemos en este tiempo de renovación de nuestra mente y nuestro corazón en anticipación de la celebración de los Misterios Pascuales. Aunque todos hagamos algo diferente durante este periodo de gracia, todos estamos llamados a celebrar esta época espiritual con actividades que nos ayuden a logar una conversión de corazón.

Las reglamentaciones de la Iglesia para Cuaresma son en realidad un grupo mínimo de pautas que intentan proporcionar una guía espiritual durante el tiempo importante de preparación para la regeneración de la Iglesia durante Pascua. A todos se nos pide que nosotros mismos hagamos una Cuaresma que nos lleve a la transformación espiritual necesaria para seguir a Cristo en su Pasión, Muerte y Resurrección.

A su manera, mi querida abuela me hizo recordar que durante la Cuaresma se nos pide que vayamos más allá de nuestro elemento y tomemos seriamente la amonestación de la Iglesia de perseguir la oración, el ayuno, y las obras de caridad durante este tiempo santo del año. Ojalá que este año cada uno haga una Cuaresma honesta y persiga los valores espirituales de esta época con un corazón generoso para que lleguemos bien preparados a celebrar los Misterios Pascuales con una mente y corazón renovados.