Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Norcross

Dedicación de la Misión de Holy Name of Jesus

By ANDREW NELSON, Staff writer | Published diciembre 7, 2017  | Available In English

Archbishop Wilton D. Gregory blesses the stained glass window above the altar at the dedication of Holy Name of Jesus Mission Nov. 19. Photo by Thomas Spink

NORCROSS—Más de 200 personas celebraron la dedicación de la primera misión católica china de la Arquidiócesis de Atlanta en una misa que tuvo lugar el 19 de noviembre.

En una procesión encabezada por miembros de los Caballeros de Colón, quienes llevaban sombreros con plumas, el Arzobispo Wilton D. Gregory bendijo con agua bendita el edificio de la Misión de Holy Name of Jesus, ubicado sobre Light Circle en Norcross, colocando una reliquia de San Pedro en el altar y rociándolo con aceite crismal.

“(Dios) habita en esta casa de oración”, dijo el arzobispo durante la ceremonia sagrada.

Feligreses de la tercera de edad, sentados junto a madres y padres con niños pequeños, marcaron el hito mas reciente de esta comunidad de 27 años de antigüedad. Los devotos oraron en inglés, cantonés y mandarín en la edificación antes ocupada por una Iglesia Bautista.

Decorando el frente del altar se encuentra la inscipción en oro “Holy Name of Jesus”, escrita en chino. Un vitral muestra dos ángeles llevando una cresta con el cristograma IHS, utilizado en la antigüedad para escribir el nombre de Jesús.

Daisy Tsui, quien pertenece a esta comunidad desde 1998, comentó, “Cada vez que voy a la iglesia, digo, ‘Gracias Dios mio por habernos dado nuestra propia casa’. Icluso ahora me parece que estoy soñando”. Tsui, quien trabaja en la cafetería de una escuela, conduce 40 minutos para adorar en la iglesia de la misión.

La comunidad católica china en Atlanta comenzó a reunirse en 1990, primero como un club social, y mas adelante para celebrar la misa en chino. La comunidad se reunía cada semana en la iglesia de All Saints en Dunwoody. En 2016, debido a su crecimiento se trasladó a la propiedad en 5395 Light Circle.

La propiedad incluye tres edificaciones en un terreno de aproximadamente seis hectáreas que la comunidad adquirió por cerca de $ 1.4 millones, según los Servicios de Construcción Católica de la arquidiócesis. La edificación más grande es compartida entre el culto y las reuniones sociales. Otras dos edificaciones son ocupadas por oficinas y dos pisos de aulas de clase.

“Me siento muy bendecido de tener una comunidad como esta”, dijo Ky Phanhsavath, quien llegó como refugiado en su adolesencia y se convirtió al catolisismo después de llegar a Georgia. Este nativo de Laos tiene 48 años y actualmente trabaja en la industria de la tecnología y vive en Duluth. Phanhsavath se conmovió al ver el cuidado demostrado a su familia por parte de una familia católica, fue entonces cuando decidió ser bautizado.

La comunidad de la misión se compone de personas provenientes de países del sudeste de Asia, donde los chinos inmigrantes sentaron raíces. El patrimonio común de “nuestra cultura, nuestra lengua, nuestra escritura y ahora nuestro Dios” nos mantiene unidos, dijo Phanhsavath.

Según una encuesta de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, en este país aproximadamente el 8.5% de aquellos de desendencia china se identifican como católicos.

Al dirigirse a la congregación durante la dedicación, el Arzobispo Gregory los felicitó por su tradición de adorar unidos y por su dedicación religiosa al arriesgarse a establecer una parroquia, con todas sus responsabilidades.

Él dijo, “Arriesgarse es parte de la vida y base del crecimiento. No arriesgarse, no aventurarse, no intentarlo es un estado de la vida mucho peor que fallar”. Al reflexionar sobre el evangelio del día de la lectura de Mateo, dijo que la parábola de los siervos y los talentos es una historia sobre gente paralizada por el miedo.

Ky Phanhsavath stands at the altar during the dedication of the Chinese mission, which is attended by people from Southeast Asian countries where Chinese immigrants put down roots. A native of Laos, Phanhsavath was baptized Catholic after he moved to Georgia as a teenager. Photo by Thomas Spink

“La fe nos desafía a arriesgarnos a hacer lo correcto”, señaló. “Temer al Señor nos asegura que no debemos preocuparnos de que Dios nos retire su amor, el cual es eterno”.

Añadió que a las personas se les dan talentos para que los usen para otros. En la parábola de Jesús, el hombre es castigado por no actuar.

“Él no utilizó los dones que le fueron dados. Que no se diga lo mismo de nosotros”, añadió el arzobispo.

Durante la ceremonia, la congregación aplaudió cuando el arzobispo felicitó a Monseñor R. Donald Kiernan, un párroco retirado de 92 años, que sirvió en All Saints y dio la bienvenida inicialmente a una docena de familias chinas para reunirse y adorar en su parroquia de Dunwoody. El sacerdote, ya mayor, sentado en una silla de ruedas, ocupaba un lugar de honor. El Padre Paul Flood, párroco de la iglesia de St. Benedict en Johns Creek y el Padre Tri Nguyen, vicario parroquial de la misma, también asistieron a la misa, acompañados de varios diáconos.

La conexión con la comunidad de All Saints continúa. La guardia de honor de los Caballeros de Colón era de la parroquia de Dunwoody.

Hace algún tiempo, la comunidad pagaba para traer a sacerdotes desde china para celebrar la misa. Hoy, son servidos por el Padre Bill Hao, hijo de padres chinos establecidos en Filipinas. En 2009, Hao fue el primer sacerdote de descendencia china ordenado para servir a la arquidiócesis. Él pasa la mitad de su tiempo sirviendo en la misión, nutriendo espiritualmente a la comunidad y siendo administrador. También es vicario parroquial en la iglesia de St. Brigid.

La comunidad de Holy Name of Jesus depende de 100 familias para ayudarsen mutuamente, contestar los teléfonos, preparar una comida semanal para la comunidad, dar clases de religión y mantener los terrenos, dijo el padre.

Después de la misa de dedicación, los feligreses prepararon una fiesta comunal de tofu, fideos de arroz, pollo frito y muchos otros platos chinos.

“No es simplemente venir a misa. Es una verdadera comunidad. Todo el mundo contribuye, pero de maneras diferentes. Ante todo están Dios y nuestra fe”, señaló.

El Padre Hao dijo que su visión para la iglesia es que esta sea un centro de oración.

El sacerdote comentó que le recuerda a la comunidad que a través de la oración y el trabajo duro más personas llenaron las bancas, y ahora tienen su propia iglesia. Incluso otras comunidades chinas en ciudades más grandes de los Estados Unidos están asombradas de lo que se ha logrado en Norcross. La comunidad lo ve como una prueba del cuidado de Dios por los católicos chinos, añadió.

“Lo más importante es que es la voluntad de Dios”, comentó el Padre Hao.