Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

El espléndido regalo de Cristo Rey en nuestra comunidad

By ARCHBISHOP WILTON D. GREGORY, Comentario | Published enero 25, 2018  | Available In English

“Cristo Rey” es un título que está íntimamente ligado a la Arquidiócesis de Atlanta y al nombre de nuestra catedral, y ahora se exhibe orgullosamente sobre el horizonte de nuestra ciudad, apreciándose claramente desde el conector vial a media que las personas viajan en dirección norte hacia el corazón de nuestro casco urbano. El nombre es un recordatorio de que Cristo es nuestro Rey y de que Él guiará y protegerá a todos los ciudadanos de esta maravillosa comunidad.

Este particular despliegue es también una orgullosa indicación de la presencia de una escuela secundaria católica jesuita en el corazón de la ciudad de Atlanta, cuya misión es ofrecer una educación de excelente calidad que prepare a cientos de jóvenes, provenientes todos de entornos financieramente desfavorecidos, para el ingreso a la universidad. Estos jóvenes brillantes están cosechando los beneficios de innumerables personas bondadosas y de gran corazón en Atlanta, católicas y no católicas por igual, quienes han sido los motores de generosidad y dedicación que establecieron este nuevo ministerio de educación católica.

No pudiera estar más agradecido con todas las personas y organizaciones que han hecho de esta escuela una realidad y que la han establecido en una base tan sólida.

Nuestros benefactores corporativos, contribuidores individuales, clérigos, religiosos y socios ecuménicos han colaborado en esta labor para alcanzar y llevar esta oportunidad educativa a estos magníficos jóvenes.

La Compañía de Jesús, los jesuitas en los Estados Unidos, concibió y estableció el modelo de las escuelas de Cristo Rey, y ha guiado el desarrollo de estas instituciones con gran orgullo. Nuestra escuela de Atlanta se ha convertido en una de sus últimas historias de éxito. Los jesuitas no solo enviaron personal e hicieron una contribución financiera considerable, sino que también han aumentado su presencia pastoral en la Arquidiócesis de Atlanta, y por esto estoy realmente agradecido.

La escuela de Cristo Rey tiene una gran deuda de agradecimiento con el Diácono Bill Garrett, quien ha hecho de este proyecto en particular una obra personal de amor, al entregarse entusiastamente a su establecimiento y desarrollo. Bill es uno de nuestros diáconos permanentes, quien decidió ir más allá de su ministerio litúrgico para involucrar a los jóvenes de Cristo Rey como una obra de caridad. Me maravilla su tenacidad al hacer de Cristo Rey Atlanta uno de los mejores proyectos de este tipo en la red de Cristo Rey. Bill y su esposa Susan han sido buenos amigos desde que llegué a Atlanta hace más de 13 años. Él es originalmente de New York, e incorpora completamente toda esa creatividad, energía y determinación aquí en Atlanta. Los estudiantes que ahora se benefician del éxito de Cristo Rey tendrán una gran deuda de gratitud con él, como la tengo ahora yo.

El martes, 30 de enero, la comunidad de Cristo Rey bendecirá las nuevas instalaciones y celebrará la reubicación de la escuela desde su inicio provisional en nuestro antiguo edificio de la Cancillería. Ellos han renovado y remodelado un antiguo edificio de oficinas, que en sí mismo era una generosa donación a este proyecto, y ahora funciona completamente como campus de una escuela secundaria metropolitana.

Los estudiantes de Cristo Rey provienen de lugares más allá de los límites de la ciudad de Atlanta y encuentran este lugar conveniente por las muchas oportunidades laborales que utilizan para ayudar a financiar su matrícula. Debemos sentimos orgullosos de este esfuerzo que ha sido posible debido a tantos actos de bondad y caridad, y que promete un futuro brillante para algunos jóvenes muy merecedores de este.

Que Cristo Rey, Christ the King, recompense a todos aquellos cuya generosidad y dedicación han dado vida a este proyecto con muchas y duraderas bendiciones.

¡Que viva Cristo Rey! ¡Larga vida a Jesucristo, el Rey!