Untitled-es
By MOST REVEREND WILTON D. GREGORY | Published May 23, 2013
¡Muevan sus borlas al lado izquierdo! Con este anuncio, cientos de nuestros estudiantes católicos en su último año de secundaria habrán concluido exitosamente su etapa de estudiantes en nuestras escuelas locales y se convertirán en egresados para siempre. El amplio uso que se le ha dado al birrete y a la borla que lo acompaña, quizás tenga su origen en el clero católico. Algunos creen que el birrete por sí mismo puede ser una variación académica de la birreta que alguna vez llevó puesta el clero. El cambio de lado de la borla es de origen algo más incierto. Sin embargo, su movimiento simbólico indica que estos jóvenes han dejado atrás sus años de secundaria y han dado un paso importante hacia su futuro.
Todos nuestros siete sacramentos son acciones simbólicas que realmente producen el efecto que simbolizan. Sin embargo, nosotros los seres humanos, encontramos muchas otras actividades simbólicas a lo largo de nuestras vidas que incluso en este ambiente tan secular en el que vivimos, tienen lecciones importantes que ofrecer.
Las graduaciones están llenas de dichos momentos. Birretes y borlas, diplomas, premios y menciones de honor, todos indican la culminación de una etapa y el comienzo de una nueva. Estos símbolos ayudan a expresar transiciones importantes en las vidas de nuestros jóvenes.
La gran mayoría de nuestros graduados partirán al colegio o comenzarán otro tipo de actividades y ocupaciones en el otoño. Espero que juzguen cuidadosamente las muchas otras ocasiones simbólicas que les esperan en el futuro. Muchos de esos momentos desafiarán su fe católica, ofreciendo opciones éticas y morales contrarias a todo lo que sus padres, sus familias y sus parroquias han tratado de inculcarles. Todos los jóvenes enfrentan un rechazo usual ante determinadas costumbres y tradiciones familiares cuando se encuentran solos y lejos de sus hogares por primera vez. También existen peligros que deberán enfrentar. Oremos para que ellos juzguen esos momentos con madurez y llenos de fe.
El director Steve Spellman hizo una recomendación bastante directa en su discurso, durante la ceremonia de graduación, pidiendo a los graduados de la escuela secundaria de St. Pius X que cuando estuvieran en el colegio, asistieran a misa junto a otros jóvenes católicos y compañeros de clase. Ésta fue la recomendación de un educador católico de primera clase y también la de un padre muy amoroso. Practicar la fe católica en el colegio siempre es mucho más fácil cuando se tiene a un compañero, a un amigo o a un grupo de gente joven al cual unirse para renovar y confirmar su amistad y su fe. Busquen a la comunidad Newman de su colegio, incluso si tienen que recorrer cierta distancia para encontrar el lugar donde los estudiantes católicos jóvenes van a orar y a relacionarse unos con otros.
Sé también que a nuestras escuelas asisten muchos estudiantes que no son católicos; y su presencia es una bendición tanto para nosotros como para ellos. Extiendo mi recomendación a ellos, pidiéndoles que cuando se encuentren en el colegio, sean dedicados a sus propias tradiciones religiosas; porque al ser bachilleres graduados de una escuela católica, queremos que asuman la importancia de su propio patrimonio religioso como expresión de la motivación religiosa que han recibido en una de nuestras escuelas.
Mover una borla de un lado del birrete al otro es un gesto simbólico que indica que una persona joven ha completado los requisitos académicos de una escuela. Oramos para que todos aquellos que han movido recientemente una borla académica comiencen ahora su vida de jóvenes adultos con el valor, el entendimiento y la capacidad para dar testimonio de todas las cosas que han aprendido en nuestras escuelas católicas, incluyendo la importancia fundamental de las creencias religiosas al trazar un modo de vida exitoso en el mundo que muy pronto ellos liderarán y gobernarán.