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ATLANTA—Abogados, exreclusos y líderes que trabajan por reformas judiciales hicieron parte de los casi 140 participantes que asistieron a una conferencia sobre justicia restaurativa basada en la doctrina social católica. Defensores de todo el país compartieron su “sabiduría colectiva” para llevar el concepto de vuelta a sus comunidades.  

«Creemos que la Iglesia Católica puede contribuir a promover esperanza y sanación dentro de nuestro sistema penitenciario, para las personas que están adentro, para quienes se están reintegrando a la sociedad y para quienes han sufrido daños», declaró Krisanne Vaillancourt Murphy, directora ejecutiva de la Red Católica de Movilización.  

Durante la reunión de tres días en la Universidad Emory, los participantes de la Conferencia Católica Nacional sobre Justicia Restaurativa recorrieron la histórica iglesia bautista Ebenezer, sumergiéndose en el legado del Reverendo Martin Luther King Jr., antes de orar en la Iglesia de Our Lady of Lourdes. Posteriormente, asistieron a la misa celebrada por el Arzobispo de Atlanta, Gregory J. Hartmayer, OFM Conv.  

La conferencia de septiembre tuvo como objetivo promover enfoques de sanación ante el daño, el crimen y la injusticia. El evento, el cual es un proyecto de la Red Católica de Movilización, se llevó a cabo en colaboración con la Arquidiócesis de Atlanta y el Centro de Teología Aquinas de la Facultad de Teología Candler de la Universidad Emory.  

Organizada en torno al tema «Señales Tangibles de Esperanza», los encargados de la conferencia la vincularon con el Año Santo Jubilar de la Iglesia, que se celebra cada 25 años y se centra en la reconciliación y la renovación.  

Reformar el sistema legal «honra la dignidad de cada persona, ya sea que haya causado daño o que haya sufrido daño», indicó Vaillancourt Murphy. «Solo queremos lograr un cambio que se centre en la reconciliación y la sanación».  

El sistema de justicia tradicional se enfoca en las leyes que se han infringido, mientras que la práctica de la justicia restaurativa se centra en la persona o personas perjudicadas, explicó Jayna Hoffacker, directora del ministerio de justicia restaurativa de la Arquidiócesis de Atlanta.  

«Como católicos, nos preocupamos por la dignidad de la persona humana, y la justicia restaurativa, en esencia, se trata de respetar la dignidad de todas las personas sin reservas», señaló Hoffacker.  

El objetivo principal de la justicia convencional es el castigo y la disuasión. La justicia restaurativa, por su parte, considera el daño causado y, en un proceso seguro y estructurado, reúne a la víctima, al agresor y a un representante de la comunidad para promover la sanación, la rendición de cuentas y la restauración de la comunidad, dijo Hoffacker.  

En la misa de la conferencia, el Arzobispo Hartmayer recordó a los asistentes que su misión era servir como faros de esperanza.  

«Sabemos muy bien que la justicia restaurativa no es una solución rápida. Nos pide que nos adentremos en el dolor ajeno, que afrontemos heridas profundas y que creamos, incluso cuando sea costoso, que la misericordia tiene la última palabra», dijo el arzobispo.  

Poniendo en práctica la justicia restaurativa

Los asistentes pudieron observar los conceptos puestos en práctica en un panel titulado «Lecciones aprendidas en 15 años: El camino de dos familias hacia la justicia restaurativa». En este panel, dos parejas compartieron cómo sus vidas cambiaron para siempre cuando Ann Grosmaire fue asesinada a tiros por su novio Conor McBride. Los padres Grosmaire y McBride vivieron la Semana Santa de 2010, desde el tiroteo del Domingo de Ramos hasta la decisión de desconectar el Viernes Santo la unidad que ayudaba a vivir a Ann.  

«Gracias por estar aquí», dijo el Diácono Andy Grosmaire a Michael McBride cuando se encontraron con Ann en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital el día del tiroteo. «Pero quizás te odie al final de la semana».  

A través de la perdida y el dolor, las parejas sintieron el llamado de la fe a encontrar la paz por medio del proceso de justicia restaurativa. Les ayudaría a obtener respuestas y a responsabilizar a Conor por sus acciones más que el sistema judicial tradicional únicamente.  

El Diácono Andy repitió una experiencia espiritual junto a la cama de hospital de su hija.  

«Fue Jesús quien me pidió que perdonara a Conor ese lunes por la mañana», recordó. «Y no fue solo mi hija. Fue Jesús quien me lo pidió. Y supe que la única respuesta que podía dar era sí. Absolutamente. Ya no era “Lo intentaré”. Lo perdonaré por completo».  

Kate Grosmaire dijo que ha perdonado a Conor a medida que la pareja continúa visitándolo en prisión. Pero el perdón no borra la ira de que su hija ya no este.  

«Cuando me enojo y pienso en cosas, me digo algo como: “Kate, lo has perdonado. Has entregado esa deuda a Dios para que la cobre”». La madre de Ann dijo a Conor que «hiciera las buenas obras de dos personas» porque Ann no estaba aquí para hacer las suyas.  

Conor finalmente fue sentenciado a 20 años de prisión, seguidos de 10 años de libertad condicional. Ha cumplido casi la mitad de su condena. Tras su liberación, los Grosmaire le exigieron que completara cursos de manejo de la ira, hiciera anuncios de servicio al público sobre la violencia en el noviazgo y fuera voluntario en la comunidad.  

Julie McBride compartió que el proceso permitió una rendición de cuentas significativa. Este proceso requirió honestidad de su hijo, cuando el método tradicional no le habría exigido decir la verdad.  

«Fue el círculo de justicia restaurativa lo que le abrió el camino para que pasara de asumir la responsabilidad de sus actos a empezar a rendir cuentas», dijo.  

La hija menor de los McBride, quien tiene necesidades especiales, participó en el proceso porque extrañaba a su amiga Ann. Tras su tiempo en prisión, según Michael McBride, Conor dijo a sus padres que participar en el proceso restaurativo había sido «lo más difícil que ha vivido en prisión» porque tuvo que enfrentarse a las personas a las que había lastimado.  

Obtenga más información sobre el trabajo de la Red Católica de Movilización en el campo de la justicia restaurativa, visitando Catholic Mobilizing Network.