El vivo legado del Papa Francisco
By OBISPO BERNARD E. SHLESINGER III | Published mayo 15, 2025 | Available In English
El verdadero alcance e impacto del pontificado del Papa Francisco se nos revelará con mayor plenitud con el tiempo. Sin embargo, esto no significa que debamos quedarnos de brazos cruzados esperando a ver cómo se manifiesta. Si algo aprendimos del Papa Francisco, es que todos tenemos un papel en la historia continua de la salvación, y que dicha historia debe destacar, fundamental y prominentemente, una solidaridad radical con los pobres y marginados.
La doctrina social de la Iglesia es la guía para vivir nuestro llamado a la solidaridad. A menudo se dice, y solo medio en broma, que la doctrina social católica es el secreto mejor guardado de la Iglesia. Lo cierto es que esta se encuentra en el corazón del Evangelio, y nuestras vidas como cristianos están incompletas sin ella. En Evangelii Gaudium, el Papa Francisco escribió, refiriéndose a nuestra responsabilidad, que «Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad». Esto solo se puede lograr cuando estamos formados adecuada y plenamente en la doctrina social.
Esta formación no puede consistir simplemente en una memorización distante e impersonal de las enseñanzas de la Iglesia. Solo puede cobrar vida plenamente a través del encuentro y el acompañamiento, mediante la construcción de relaciones y el cuidado mutuo del bien común. Estas enseñanzas hablan sobre nuestras realidades sociales, así que debe ser a través de la interacción social que se realicen y se encarnen.

Pope Francis greets then-Cardinal Robert F. Prevost during a consistory in St. Peter’s Square at the Vatican Sept. 30, 2023. U.S.-born Cardinal Prevost became the first American pope in history when he was elected at the Vatican May 8, choosing the papal name Leo XIV. He succeeded Pope Francis, who died at age 88 April 21. CNS photo/Vatican Media
Como obispo, puede resultarme difícil ir más allá de los muros de la cancillería y encontrarme con las personas donde realmente están. Sin embargo, sé que el Papa Francisco no solo me dijo que hacerlo es parte integral de mi ministerio como pastor, sino que también me demostró constantemente cómo debería hacerlo. Incluso en sus últimos días en la tierra, el Papa Francisco nos mostró exactamente dónde estaba su corazón y dónde deseaba que estuviera el corazón de la Iglesia: con los niños de Gaza, con las personas en las cárceles de Roma y con todos los que han sido olvidados, ignorados y marginados.
El legado del Papa Francisco no está destinado a quedar únicamente en los libros de historia, sino que es un compromiso vivo y tangible con una vida de solidaridad y con la decisión diaria de actuar por el bien común. Es a través de nuestras acciones, guiadas tanto por el Espíritu Santo como por la doctrina social de la Iglesia, que la visión de Francisco de una Iglesia «pobre y para los pobres» se hará realidad.
Oremos para que bajo el nuevo liderazgo del Papa León XIV y manteniendo vivo el legado del Papa Francisco, trabajemos todos por ser una Iglesia que «busque siempre la paz y estar junto a quienes sufren».