
Reflexión del Obispo Konzen sobre el liderazgo del Papa Francisco
Published abril 21, 2025 | Available In English
ATLANTA–El Obispo Joel M. Konzen, SM, comparte sus recuerdos personales sobre el Papa Francisco y su disposición en esta declaración del 21 de abril:
“Los recuerdos que tengo de mis primeros papas comienzan a partir del Papa Pío XII. Pero el Papa Francisco fue quien me llamó al episcopado y a quien conocí personalmente en Roma. Además, fue él quien me dio la bienvenida para sentarme con mis colegas obispos en su presencia y conversar con él libremente. En esa última ocasión, nos dijo: ‘Estoy aquí para ustedes. Pueden quedarse el resto del día si así lo desean’. Nos lo pensamos mejor, pero su disposición fue inolvidable.
Un obispo espera alinear sus motivos y su ministerio con las intenciones del Santo Padre. Mi lema episcopal, tomado del capítulo 12 de la Carta a los Romanos, es: ‘Miserere Gaudens’: Sé misericordioso, y con un corazón alegre. Esta frase me pareció totalmente acorde con el ejemplo y los mensajes del Papa Francisco. En Evangelii Gaudium, en Fratelli Tutti, en Amoris Laetitia, Francisco escribió que encontraremos nuestra alegría imitando a Cristo. Utilizó términos como encuentro, relación, caridad social, fraternidad, amistad. Subrayó la absoluta necesidad de conectar, sea cual sea nuestro papel en la Iglesia, con los demás directamente para poder encarnar el desafío de Jesús en el Evangelio y tratar de perfeccionar nuestro discipulado. Al Pontífice le importaba que estuviéramos intentando dar los pasos, y él, una y otra vez, iba mostrándonos el camino.
Cuando he asistido a ordenaciónes o tomas de posesión de nuevos obispos, recuerdo haber escuchado la proclamación que leía el Nuncio Apostólico la cual comenzaba siempre: ‘Francisco, obispo, siervo de los siervos de Dios’. Siempre pensaré en él como ese humilde obispo que buscó de la mejor manera posible ser el siervo de los siervos de Dios. Le estoy agradecido por su liderazgo y por haberme elegido, aunque sin merecerlo, como sucesor de los Apóstoles. Ahora que su tarea terrenal está cumplida, oro para que llegue a conocer la extraordinaria plenitud de la alegría y del abrazo amoroso de Dios”.