
Atlanta
Obispos de Georgia piden apoyo a Ley de Protección de Trabajadores Religiosos
By NICHOLE GOLDEN, Editora | Published mayo 30, 2025 | Available In English
ATLANTA—En cartas enviadas el 27 de mayo a los senadores estadounidenses Jon Ossoff y Raphael Warnock, los obispos católicos de Georgia expresaron su apoyo a la Ley de Protección de la Fuerza Laboral Religiosa (RWPA por sus siglas en inglés), presentada recientemente de forma bipartidista en ambas cámaras del Congreso.
El Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., de Atlanta, el Obispo Stephen D. Parkes, de Savannah, y los obispos auxiliares de Atlanta, el Obispo Joel M. Konzen, SM; el Obispo Bernard E. Shlesinger y el Obispo John N. Tran, instaron a los senadores a copatrocinar la medida y a trabajar para su aprobación, de modo que los trabajadores legalmente presentes en los Estados Unidos puedan continuar sus servicios.
«Sin este apoyo, muchos hombres y mujeres fieles se verán obligados cada vez más a abandonar sus ministerios, lo cual impedirá satisfacer las necesidades espirituales y físicas de las personas y obstaculizará el libre ejercicio de la religión en nuestro estado», escribieron en la carta.
La legislación fue presentada en el Senado por los senadores Susan Collins (republicana por Maine), Tim Kaine (demócrata por Virginia) y Jim Risch (republicano por Idaho), y en la Cámara de Representantes por los representantes Mike Carey (republicano por Ohio) y Richard Neal (demócrata por Massachusetts).
De firmarse, esta ley permitiría que los trabajadores religiosos que ya se encuentran en EE. UU. con estatus temporal R-1 y solicitudes EB-4 pendientes puedan permanecer en el país mientras esperan su residencia permanente, según informó la oficina de Collins. Los cinco patrocinadores de la legislación son católicos.
La Arquidiócesis de Atlanta sirve a aproximadamente 1.2 millones de católicos inscritos, de los cuales 80.000 hacen parte de la Diócesis de Savannah. En sus cartas a los senadores Ossoff y Warnock, los obispos explicaron lo que está en juego si el Congreso no actúa con rapidez.
Entre ambas diócesis, 33 de los 378 sacerdotes diocesanos y de órdenes religiosas se encuentran actualmente en proceso de inmigración. La mayoría con estatus temporal, incluyendo visas R-1 y H-1B.
«Cinco sacerdotes que sirven en la Arquidiócesis de Atlanta podrían tener que abandonar el país debido al retraso en el procesamiento de las solicitudes I-360», indicaron los obispos. «Tres sacerdotes de Savannah con estatus temporal, nacidos en el extranjero, tienen solicitudes de ajuste de estatus con el USCIS (Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos), las cuales han estado pendientes durante aproximadamente cinco años y medio; y cinco más, no han podido solicitar el ajuste debido al retraso en el procesamiento de las solicitudes EB-4».
Esta posible pérdida de clérigos «sería significativamente perjudicial para las personas a las que sirven y para la comunidad católica de Georgia», enfatizaron los obispos. Quienes también destacaron la invaluable atención pastoral y sacramental que brindan los sacerdotes, incluyendo la celebración de la misa, la catequesis, los servicios de consejería, las visitas a enfermos y ancianos, y la orientación y supervisión de los feligreses.
El retraso y la falta de acción afectan a muchas otras Iglesias, indicaron los obispos.
«En todo el ámbito religioso, los estadounidenses en todos los estados dependen de las contribuciones esenciales de trabajadores religiosos nacidos en el extranjero. Por lo tanto, agradeceríamos enormemente su apoyo a esta medida simple y sensata, y el beneficio que brindaría a un gran número de comunidades en todo el país».
Los líderes católicos de Georgia sostuvieron en la carta que la Ley de Protección de Trabajadores Religiosos brindaría flexibilidad a los trabajadores religiosos nacidos en el extranjero que están sujetos a un grave retraso en la categoría de visa de cuarta preferencia (EB-4) basada en el empleo.
«Debido a que los trabajadores religiosos tienen una capacidad limitada para recurrir a vías alternativas, esto ha paralizado el Programa de Visas para Trabajadores Religiosos, el cual fue establecido por el Congreso con el propósito específico de garantizar que las organizaciones religiosas tuvieran acceso a los trabajadores que necesitaran y promover el libre desempeño de la religión en nuestro país», explicaron.
Según los obispos, la legislación no aumentaría el número de personas autorizadas a inmigrar al país.
«De promulgarse este sencillo proyecto de ley, quienes ya se encuentran en Estados Unidos con una visa de trabajador religioso no inmigrante (R-1) y han solicitado un ajuste de estatus a través de la categoría EB-4 podrían permanecer en el país por períodos renovables de tres años hasta que recibieran su permiso de residencia permanente», añadieron. «Actualmente, los titulares de visas R-1 tienen un límite de cinco años en Estados Unidos y deben salir del país durante un año antes de poder regresar con una visa R-1 nuevamente. Esto simplemente no es sostenible para la mayoría de las organizaciones religiosas, sus trabajadores ni las personas a las que sirven».
Obispos estadounidenses apelan al Congreso
En una carta enviada en abril a los miembros del Congreso, el Arzobispo Timothy P. Broglio, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB por sus siglas en ingles) y jefe de la Arquidiócesis de Estados Unidos para los Servicios Militares, y el Obispo Mark J. Seitz de El Paso, Texas, presidente del Comité de Migración de la USCCB, instaron a los legisladores a aprobar la legislación para «garantizar que las comunidades de todo nuestro país puedan seguir disfrutando de las contribuciones esenciales de los trabajadores religiosos nacidos en el extranjero que ingresaron legalmente a los Estados Unidos con una visa de trabajador religioso no inmigrante (R-1)». Además, indicaron que hay muchos sacerdotes, religiosas y laicos católicos que trabajan en ministerios en esa categoría.
«Algunas parroquias, especialmente en las de zonas rurales o aisladas, se verían privadas de acceso regular a los sacramentos si no fuera por estos trabajadores religiosos», dijeron los obispos. «Además, las diócesis con grandes poblaciones inmigrantes dependen de los trabajadores religiosos nacidos en el extranjero por su experiencia lingüística y cultural. Sin los hombres y mujeres fieles que vienen a servir a través del Programa de Visas para Trabajadores Religiosos no podríamos servir a nuestra diversa congregación, la cual refleja la rica diversidad de nuestra sociedad en general».