CNS Photo/Paul Haring

La noticia del fallecimiento del Papa Francisco me produce una mezcla de tristeza y agradecimiento. Tristeza porque el hombre que trajo alegría, vida y esperanza no sólo a mí sino a millones de personas, ya no está con nosotros. Agradecimiento, porquea través de sus escritos y enseñanzas, por sólo nombrar algunas contribuciones, el Papa Francisco nos ha invitado y retado a redescubrir la importancia de la fe en Dios y el valor de la vida familiar. Además de a cuidar de los pobres, los inmigrantes y los marginados; a proteger la vida humana y su dignidad; a escuchar y comprender a los demás a pesar de nuestras diferencias; a trabajar por la justicia, la unidad, la paz; y a ser buenos administradores de la creación de Dios.

Agradezco eternamente al Papa Francisco por haberme enseñado a vivir como un discípulo de Jesús con la esperanza de pastorear al pueblo de Dios con fe, alegría, humildad, valentía y convicción.    

Concede, Señor, el descanso eterno al Papa Francisco y haz que brille para él la luz perpetua. Que su alma descanse en paz por la misericordia de Dios.