Cada año el Señor Arzobispo nos hace un llamado para que participemos generosamente con nuestra contribución económica, en nuestra misión de servir a través de las diferentes oficinas y ministerios del Centro Católico.

Tu generosidad contribuirá para ayudar a la formación de nuestros seminaristas y futuros sacerdotes. También para el cuidado de nuestros sacerdotes retirados y/o enfermos. Adicionalmente contribuirá para seguir prestando los servicios legales y de inmigración, servicios de conserjería y otros.

El Arzobispo hace éste llamado esperando tu generosidad. Tu contribución hace posible que la vida sacramental siga presente en nuestras parroquias y que los niños, adolescentes y jóvenes reciban la formación que les permitirá conocer, amar y vivir su fe: nuestra fe.

También para que las parejas tengan la preparación para abrazar la vida del matrimonio; para aquellas que viven su matrimonio hacerles compañía, y a las que tienen dificultades darles una mano.

Tu generosa contribución a este llamado ayuda a nuestro Arzobispo a hacer presente el rostro amoroso de Jesús en nuestra Arquidiócesis.