Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Hay esperanza en el horizonte para nuestros hijos  

By OBISPO BERNARD E. SHLESINGER III  | Published diciembre 5, 2024  | Available In English

En la época de los Macabeos, en el siglo II antes de Cristo, leemos acerca de un poder político que impuso una cultura pagana helenística al pueblo judío. El libro de Daniel dice que este era “un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás”, desde la existencia de una nación hasta ese entonces. 

Bishop Bernard E. Shlesinger III

Bishop Bernard E. Shlesinger III

En ese momento oscuro de la historia, una nación pagana se esforzó por separar a un pueblo de su pacto con Dios. Afortunadamente, como Dios siempre es fiel a su pueblo, este intento del paganismo no logró sacar la idea de un Dios amoroso de las mentes y corazones de todo su pueblo.  

Hoy, muchos padres cristianos reconocen que estamos viviendo otra época oscura donde sus hijos están siendo expuestos a un humanismo secular que promueve la invención de sí mismos y la autoafirmación. Siento su ansiedad cuando expresan preocupaciones sobre la fe de sus hijos en un futuro, mientras las estadísticas indican que los adultos jóvenes están abandonando la fe de sus padres a un ritmo alarmante. ¿Qué se puede hacer para detener la marea del humanismo secular? 

Los sumos pontífices que han gobernado durante mi tiempo como sacerdote subrayan constantemente que el camino a seguir en la evangelización de la próxima generación es enfatizar la importancia de una relación personal con Jesucristo: 

San Juan Pablo II escribió, “Es a Jesús a quien buscan cuando sueñan la felicidad; es él quien los espera cuando no los satisface nada de lo que encuentran; es él la belleza que tanto los atrae; es él quien los provoca con esa sed de radicalidad que no les permite dejarse llevar del conformismo; es él quien los empuja a dejar las máscaras que falsean la vida; es él quien les lee en el corazón las decisiones más auténticas que otros querrían sofocar”.  

El Papa emérito Benedicto XVI escribió, “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. También escribió que “el cristianismo no es un sistema intelectual, un conjunto de dogmas, un moralismo; que el cristianismo es un encuentro, una historia de amor, un acontecimiento”. 

El Papa Francisco escribió, “Acepta entonces que Jesús Resucitado entre en tu vida, acógelo como amigo, con confianza: ¡Él es la vida! Si hasta ahora has estado lejos de él, da un pequeño paso: te acogerá con los brazos abiertos. Si eres indiferente, acepta arriesgar: no quedarás decepcionado. Si te parece difícil seguirlo, no tengas miedo, confía en él, ten la seguridad de que él está cerca de ti, está contigo, y te dará la paz que buscas y la fuerza para vivir como él quiere”. 

Los sacerdotes, los catequistas y los padres no podemos simplemente hablar de Cristo o limitar a nuestros hijos a tener un conocimiento catequético de la fe solamente; necesitamos extenderles una invitación personal para que vengan al encuentro de alguien que pueda sacarlos de la oscuridad y liberarlos de la ansiedad. Necesitamos invitarlos, como la mujer samaritana que invitó a su gente a venir y a ver a alguien que le contó todo sobre ella. Después de que ellos encontraron a Jesús de manera personal, vieron esperanza en su horizonte. 

Mi deseo es que en este Adviento preparemos el camino del Señor invitando a nuestros hijos a compartir sus esperanzas y sueños con Jesús para que puedan descubrir que la vida que están buscando puede cumplirse en él.