Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Atlanta

Cinco sacerdotes ordenados para servir a la Arquidiócesis

By ANDREW NELSON, Staff writer | Published junio 21, 2018  | Available In English

Father Brian McNavish, right, receives the chalice and paten, a sign of the new priest’s office, from Archbishop Wilton D. Gregory. McNavish’s first assignment as parochial vicar will be at Transfiguration Church, Marietta. Photo By Michael Alexander

ATLANTA—Cinco hombres fueron ordenados en la Catedral de Christ the King el 16 de junio para servir en la Arquidiócesis de Atlanta como sacerdotes.
Los hombres, quienes asumen el ministerio en una época escéptica, fueron motivados por el Arzobispo Wilton D. Gregory para ser “testigos religiosos del Cristo vivo” sirviendo como “hombres de fe, humildes y verdaderos”.

El arzobispo condujo el rito de ordenación, en compañía del Obispo Joel M. Konzen, SM y el Obispo Bernard E. Shlesinger III, junto a otros obispos asistentes y cerca de 80 sacerdotes.
La ceremonia del sábado por la mañana, presenciada por familiares y amigos que llenaron las bancas de madera de la catedral de Peachtree Road, marcó la culminación de años de discernimiento, estudio y ministerio para estos hombres.

Los recién ordenados son el Padre Michael Bremer, el Padre Jack Knight, el Padre Brian McNavish, el Padre Michael Metz y el Padre Carlos Ortega.

Para el Padre Knight, este fue un momento que nunca hubiera predicho, ya que él no fue alguien que supo desde su infancia que estaba destinado para ser sacerdote. Pero fue motivado por dos sacerdotes para aplicar al seminario “para darle a Dios la oportunidad de llamar”. Y una vez en el seminario, “Nunca volví a mirar hacia atrás”, dijo el Padre Knight,

Cuatro de los cinco nuevos sacerdotes se ordenaron como diáconos en 2017; el Padre McNavish se ordenó como diácono transitorio en 2016. Sus edades oscilan entre los 27 y los 38 años. Dos de ellos trabajaron antes de inscribirse en el seminario; el Padre Ortega como maestro de inglés y el Padre Knight en un café, como misionero y asistente administrativo.
El Padre Tim Hepburn, director de vocaciones de la arquidiócesis, guio a los hombres desde la etapa de la aplicación hasta su ordenación. El sacerdote dejará la posición de vocaciones para servir como párroco en la Iglesia de St. Michael, en Gainesville.

Senior priest Father Anthony Curran, top left, and Missionaries of St. Francis de Sales Father Joseph Mullakkara, top center, parochial vicar at St. Benedict Church, Johns Creek, lay hands upon ordination candidates Jack Knight and Carlos Ortega, respectively. Waiting his turn is Father Gaurav Shroff, top right, parochial vicar at St. Andrew Church, Roswell. Photo By Michael Alexander

“Estos chicos realmente se destacan por su alegría, amor y celo por el Evangelio”, dijo, añadiendo que los nuevos sacerdotes conocen bien la comunidad, al trabajar y vivir en el área de Atlanta.
“Son sanos y santos, y devotos; y son amigos entre sí y de muchos otros”, mencionó.

Una esperanza para la Iglesia

El rito de ordenación comenzó con la presentación de los hombres al arzobispo y su consentimiento para ser ordenados. Los aplausos estruendosos de la congregación siguieron su aceptación.
Sentado en la cátedra, el arzobispo envolvió cada una de sus manos entre las suyas y aceptó su promesa de obediencia. Luego, los hombres se colocaron boca abajo en el piso de mármol como un signo de humildad al tiempo que la congregación pedía la intercesión de los santos y la ayuda de Dios.

Más adelante, cada hombre se arrodilló de nuevo mientras el arzobispo imponía sus manos sobre cada una de sus cabezas, pronunciando la plegaria de ordenación y confiriendo el Espíritu Santo de Dios. Los demás sacerdotes asistentes lo siguieron, haciendo lo mismo.

Con eso, el número de sacerdotes en la Arquidiócesis de Atlanta aumentó en cinco. Después de la oración de ordenación, los sacerdotes que los inspiraron como modelos y amigos les ayudaron a ponerse sus vestiduras. Antes de unirse a los obispos y sacerdotes en el altar, las manos de los recién ordenados fueron ungidas con aceite sagrado y recibieron el pan y el vino para ser colocados en el altar.
En su homilía, el Arzobispo Gregory mencionó que su ministerio como sacerdotes en el altar eucarístico y en todos los aspectos debe estar dirigido al pueblo de Cristo. Les recordó cómo Jesús, junto con la fe y la gracia, está vivo en las comunidades de fe antes de que ellos lleguen a estas.

“Solo pidan respetuosamente ser invitados a entrar en las vidas de esas personas maravillosas para ayudarlas en su recorrido hacia Cristo”, dijo.

The moist eyes of Pat, left, and Marion Metz give indications of pride and joy as they watch archdiocesan and visiting clergy greet the newly ordained priests, including their son, Father Michael Metz, with a sign of peace and welcome. Photo By Michael Alexander

También les recordó que no se presenten como expertos ni intenten asumir solos el peso del creciente escepticismo de la religión en la sociedad. Por el contrario, dijo, “Simplemente apunten siempre a quien es el fundamento de la fe para todas las generaciones”. Ahora su ministerio dependerá de la oración, especialmente con Jesús como un “amigo querido con quien hablarán diariamente”, señaló.
El arzobispo expresó que sus ordenaciones representaban un signo de esperanza para la Iglesia local.

“Hoy, nuestros sacerdotes los ven con la satisfacción de que ustedes, sus hermanos más jóvenes, continuarán con el ministerio al que generosamente ellos han dado sus propias vidas”. “Los feligreses de los lugares a los que serán enviados los recibirán con alegría, ya que su juventud y entusiasmo energizarán dichas parroquias”.

El pueblo confía en un tesoro

Pat Metz, quien observaba desde la primera banca junto a su familia la ordenación de su hijo, dijo que una de sus metas y la de su esposa, Marion, es que cada uno de sus hijos tenga el valor de conocer su vocación y seguirla. El camino escogido por su hijo confirma este esfuerzo, comentó.

“Todo aquel que conoce a Mike podría llamarlo un hombre divertido. Es alguien con quien es fácil reírse y bromear. Es muy relajado”, mencionó.
Elianny Sánchez, de 38 años, asistió a un colegio de enseñanza en Venezuela junto al Padre Ortega, quien trabajó como maestro de inglés antes de asistir al seminario. Ella y su familia condujeron desde su hogar en Carolina del Sur para asistir a la ceremonia.

Al ver a su amigo, “Sintió escalofrío”, dijo Sánchez, admitiendo haber llorado de alegría. “Lo recuerdo como un chico divertido, un excelente amigo. Ha estudiado tanto como ha podido. Siempre fue muy amable”.

The five ordination candidates to the priesthood prostrate themselves before the altar during the invitation to prayer. Photo By Michael Alexander. Photo By Michael Alexander

En la línea de personas que esperaban ser bendecidas por los nuevos sacerdotes se encontraba Mark Gómez. El joven de 23 años de edad viajó desde Florida para la ordenación. Conoció al Padre Knight a través de su propio hermano, recientemente ordenado como sacerdote en Miami.

“Él es increíble con la gente joven. Crea una conexión instantánea. La primera vez que lo conoces, es como si lo conocieras de años”, afirmó Gómez sobre el nuevo sacerdote de Atlanta.

Cada uno de los recién ordenados expresó que la alegría de servir es experimentar cómo los católicos les dan la bienvenida tanto en eventos claves de sus vidas como en sus experiencias diarias.

El Padre Ortega, quien tiene 38 años de edad, mencionó que como diácono se sintió conmovido al ver la confianza que las personas depositan en los líderes de la Iglesia.

“La gente es muy abierta y honesta cuando te habla, y está dispuesta a confiarte su vida. Te sientes muy humilde porque es debido a la gracia de Dios que has recibido su confianza y no porque los hayas conocido anteriormente. Es algo para atesorar”, comentó.

Standing off to the side, (l-r) Father Michael Metz, Father Carlos Ortega, Father Michael Bremer and Father Jack Knight watch as the offertory procession approaches the altar during their June 16 rite of ordination to the priesthood. Photo By Michael Alexander

Para el Padre Bremer, de 27 años, su recorrido comenzó en un viaje de servicio al Santuario de Lourdes, Francia. Hasta ese entonces, él no tenía ningún interés en servir como sacerdote.
“En algún momento llegué a la conclusión de que Dios es más sabio que yo, y por lo tanto debe opinar sobre lo que hago en mi vida”.

Las palabras del Arzobispo Gregory a los nuevos sacerdotes resonaron, “Prediquen, evangelicen, oren y vivan como Cristo, eso tomará toda una vida para perfeccionar. Comiencen hoy a ser los hombres que la Iglesia tanto necesita… Que el Espíritu Santo de Dios los convierta en ministros fieles de Cristo para que puedan servir a su pueblo a partir de hoy”.