Georgia Bulletin

Noticias de la Arquidiócesis Católica de Atlanta

Photo by Julianna Leopold  
A hand-carved corpus is displayed above the altar at St. Brendan the Navigator Church in Cumming. The carving was made and donated by Marty Hebert, an inmate in Angola State Prison in Louisiana.  

Gainesville

‘Porque estuve en la cárcel, y me visitaste’

By NATALIA DURON, Periodista | Published diciembre 1, 2025  | Available In English

GAINESVILLE—En un sistema hostil donde la fe se tambalea y el aislamiento es profundo, el Diácono Kenneth Lampert continúa visitando prisiones y cárceles en Georgia. Las llamadas semanales de un recluso, los rosarios hechos a mano con cordones de zapatos y las reflexiones escritas le recuerdan el porqué.

Durante más de una década, el Diácono Lampert, de la iglesia St. Michael en Gainesville, ha trabajado en el ministerio penitenciario de la Arquidiócesis de Atlanta.

Entre dirigir estudios bíblicos, hablar con reclusos y compartir sus historias, el diácono dijo que su experiencia lo “ha convertido en una mejor persona” y que está “agradecido por ello”.   

El Diácono Lampert, feligrés de la iglesia durante 25 años y ordenado en 2011, visitó por primera vez la Cárcel del Condado de Hall para dirigir un estudio bíblico. Allí conoció a Chris Erdman y “surgió una amistad”, compartió.

Erdman, quien actualmente cumple cadena perpetua en la Prisión Estatal de Telfair, hacia parte de los pocos prisioneros católicos que participaban en el estudio semanal del Diácono Lampert. Erdman solía hacer rosarios con cordones de zapatos, que disfrutaba mostrar al Diácono Lampert.

Incluso después de múltiples traslados a lo largo de los años, Erdman y el Diácono Lampert se han mantenido en contacto. Hoy, ambos hablan por teléfono todos los domingos.

En un boletín parroquial reciente, el diácono publicó una de las reflexiones de Erdman sobre la fe y la redención, en el cual hablaba sobre el aislamiento del encarcelamiento y las reacciones encontradas que los presos reciben del público. Además, expresaba su admiración por quienes dedican tiempo a ayudar a los presos.

“Hay grupos de representantes que interactúan con personas encarceladas por vocación o por motivos inspirados en la fe, y me quito el sombrero ante esas personas”, dijo en su reflexión. “No por ser el receptor de su preocupación, sino porque las cárceles y prisiones están llenas de personas que necesitan desesperadamente a Dios en su forma más auténtica en sus vidas”.  

Si bien el diácono compartió la carta para conmover los corazones de los lectores, enfatizó que el ministerio va más allá de una sola historia.  

Lampert ha observado una creciente conciencia entre los feligreses sobre las necesidades de los hombres y mujeres encarcelados, incluso cuando el acceso a las instalaciones sigue siendo limitado.

El Diácono Kenneth Lampert y Sandra Maule, feligresa de St. Michael, sostienen un Papá Noel tallado, obsequio de Marty Hebert, recluso de la Prisión estatal de Angola. Foto cortesía del Diácono Lamper“La gente quiere ayudar”, indicó. “Las restricciones dificultan el ingreso a una prisión, pero aún hay muchas maneras de apoyar a los presos”.   

Lampert anima a los feligreses a contactar al clero si conocen a alguien encarcelado. También enfatizó la importancia de servir en el ministerio penitenciario si se sienten llamados a hacerlo.

Para el Diácono Lampert, una excelente manera de apoyar a los reclusos es orar por misericordia. Orar por estos hombres y mujeres puede hacer una gran diferencia, compartió. 

“Estos presos son hijos de Dios”, dijo. “Orar por corazones compasivos, orar por misericordia, significa mucho para ellos. Simplemente, por favor, oren por misericordia”.

Uno de los desafíos del ministerio, explicó Lampert, es el acceso limitado que tienen los católicos dentro de las prisiones estatales. Las actitudes anticatólicas y las opiniones políticas duras son comunes en estas instalaciones, afirmó. Para muchos reclusos, las cartas de los feligreses ofrecen una de las pocas conexiones sólidas con la fe.

Lampert también mantiene correspondencia con un preso de la Prisión Estatal de Angola en Luisiana. Marty Hebert, un recluso, talló y donó el crucifijo de madera que cuelga sobre el altar de la iglesia St. Brendan the Navigator en Cumming.   

Para el diácono, la esencia del ministerio reside en la disposición de ver por la dignidad de quienes a menudo son olvidados.

“Es un hermoso ministerio al que estamos llamados”, dijo. “Creo profundamente en la misión”.

¿Qué puede hacer? 

  • Involúcrese con el ministerio penitenciario de la arquidiócesis. Comuníquese con Imelda Richard, coordinadora del ministerio penitenciario, en irichard@archatl.com para obtener información.
  • Escriba una carta o envíe tarjetas de oración a un recluso. Las cartas de los feligreses son un servicio maravilloso que ofrece a los encarcelados una de las pocas conexiones con su fe.
  • Ore por un mundo con más misericordia.
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