Photo by Jackie Holcombe

ATLANTA—Refiriéndose a esta como «tierra santa», el Arzobispo de Atlanta, Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., dedicó la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús el 16 de noviembre, bendiciendo sus muros y ungiendo el altar con el santo crisma. Como oraciones de los fieles elevándose hacia Dios, una densa nube de incienso perfumado llenó el santuario. 

«La rededicación y consagración de este nuevo y hermoso altar», dijo el arzobispo, «son signos poderosos de que Cristo continúa morando con su pueblo aquí, en el corazón de Atlanta».

Nuevo arco triunfal, parte del proyecto de redecoración de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús. Este encarna el legado histórico y artístico de la iglesia. La cúpula simboliza el cielo. En su centro, se observa a Cristo sobre la tierra como salvator mundi, el Salvador del Mundo, con ángeles en adoración. Foto de Jackie Holcombe

Una multitud de fieles llenó las bancas de madera para celebrar la finalización de la renovación de la histórica iglesia. La parroquia data de 1880, cuando se llamaba Iglesia de San Pedro y San Pablo, lo que la convierte en una de las más antiguas de la arquidiócesis. Fue renombrada cuando los sacerdotes de la Sociedad de María se hicieron cargo de su ministerio y fundaron el Colegio Marista, que más tarde se convirtió en la Escuela Marista. La iglesia de estilo románico, con sus icónicas naves gemelas, fue construida en 1898 y elevada a basílica menor en 2010 por el Papa Benedicto XVI.

«Este es, sin duda, un lugar sagrado, pues en los ladrillos y las piedras que hoy bendecimos habita Dios, quien vive y obra entre nosotros», dijo el Arzobispo Hartmayer. «Aquí, Dios nos acoge y nos transforma en su pueblo».

La renovación fue la remodelación interior más completa en la historia de la iglesia, según informaron sus líderes.

«Esto no es solo una edificación. Es su hogar espiritual», dijo el arzobispo. «Un hogar para esta iglesia local y para innumerables almas que han cruzado estas puertas a lo largo de los años, buscando paz, alivio, comunidad y un lugar para encontrar el amor de Dios».

«Proclama que somos una iglesia, un pueblo que acoge y recibe a todos», indicó el arzobispo, «especialmente a los pobres, a los necesitados, a los marginados y a quienes tienen miedo».

Tras la misa, el rector de la basílica, el Padre John Howren, agradeció a los miembros de la comunidad «por sus generosas donaciones, por su fiel discipulado y por su alegre participación al honrar el pasado de esta edificación sagrada e invertir esperanza y promesas en su futuro».

El Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., aparace en una fotografía con los feligreses tras la emotiva misa de dedicación del nuevo altar y del espacio remodelado en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús. Foto de Jackie Holcombe.

Las obras de renovación eliminaron años de mobiliario litúrgico acumulado en el espacio. Como parte de la renovación, se reutilizaron algunos objetos sagrados en una nueva capilla eucarística. Ahora, el ambón, el altar y el sagrario comparten un estilo común. El arco triunfal presenta medallones con retratos de santos y santas, desde San Pedro, San Pablo y Santa Francisca Javier Cabrini hasta el Venerable Augustus Tolton y Santa Teresa de Calcuta.

Esta obra crea «un legado aquí en el Sagrado Corazón, y gracias a sus esfuerzos, la belleza de este espacio sagrado ayudará a nuestra comunidad parroquial a cumplir su misión evangelizadora, que es acercar a otros a un encuentro con Cristo Jesús», dijo el párroco.