Photo by Brian Dooling/SVdP Georgia

ATLANTA–Debido al cierre del gobierno federal, muchas familias de bajos ingresos no han podido acceder a asistencia alimentaria desde el 1 de noviembre. 

Los ministerios de la Iglesia se están preparando para suplir esta necesidad mientras el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) se encuentra en medio de una batalla legal. Esta asistencia ayuda a personas y familias de bajos ingresos a tener alimentos en la mesa. Jueces federales ordenaron al gobierno federal renovar el programa, o al menos financiarlo parcialmente. La administración Trump ha indicado que no apelará las órdenes judiciales que le exigen pagar los beneficios de SNAP, pero que solo emitirá pagos parciales en noviembre.

“No estamos simplemente observando cómo se desarrolla la crisis; estamos con las personas que la viven”, declaró Mike Mies, director ejecutivo de San Vicente de Paúl de Georgia. “En momentos como este, la dignidad, la compasión y la comunidad son fundamentales”.

El mercado de San Vicente de Paúl en Chamblee está ampliando el límite para sus clientes. Ahora, las personas podrán comprar dos veces al mes, en lugar de una sola visita cada 30 días. 

Muchas parroquias de la Arquidiócesis de Atlanta apoyan la labor del ministerio de alimentos del Santuario de la Inmaculada Concepción en el centro de Atlanta, contribuyendo con sándwiches o comida para el mercado comunitario de la iglesia. 

El lunes, recibimos un número inusualmente alto de llamadas de personas que solicitaban ayuda alimentaria, según informó Joe Sequeira, administrador pastoral. Normalmente, la parroquia recibe una o dos llamadas al día, pero el lunes la oficina recibió unas 20, añadió.  

Su mercado comunitario, abierto los miércoles y jueves, está disponible para cualquier persona que necesite alimentos. Unas 60 familias compran semanalmente en esta pequeña tienda de comestibles.

En respuesta a la creciente demanda, la parroquia está implementando una nueva iniciativa: la entrega de cajas de alimentos preempacadas. La ayuda se distribuirá desde la oficina parroquial. 

Nuestra prioridad es actuar con rapidez una vez que se finalicen los planes, dijo. Las cajas serán preparadas por estudiantes del programa de educación religiosa. 

En el Mercado Comunitario de Alimentos de Libre Elección de SVdP Georgia, quienes necesitan ayuda alimentaria pueden comprar productos básicos, y frutas y verduras frescas. Foto de Brian Dooling

Aproximadamente 1.500 personas al mes acceden a los servicios de alimentación de San Vicente de Paúl de Georgia, ya sea a través de quienes acuden directamente, visitan el Mercado de Alimentos de Libre Elección o participan en la “Oferta Diaria”, un programa de comida para llevar que ofrece alimentos, sándwiches y paquetes de refrigerios a personas que viven en las calles.

“Sabemos lo importante que es SNAP para las personas a las que servimos y, francamente, no es suficiente”, dijo Lisa Regan, directora jefa de programas y servicios de San Vicente de Paúl Georgia. “Sin este beneficio, prevemos que muchas familias tendrán dificultades económicas cada mes, especialmente con el alto costo de los alimentos en este momento”.

La organización pidió a sus miembros que abogaran por las familias necesitadas que dependen de la asistencia alimentaria. El presidente nacional de San Vicente de Paúl instó al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) a que utilizara sus recursos para financiar SNAP durante el cierre del gobierno.

En todo Georgia, la organización distribuyó alrededor de 3 millones de libras de alimentos, con un valor de 6 millones de dólares. Esto representa un aumento del 15 % con respecto al año anterior. 

Los vicentinos de la parroquia ven cómo algunos padres se saltan comidas para que sus hijos puedan comer, y cómo los ancianos racionan los servicios públicos para poder comprar alimentos.

Mientras tanto, a nivel local, Regan afirmó que la organización estatal está lista para ayudar a las conferencias parroquiales a satisfacer las crecientes necesidades. Muchas personas trabajadoras viven al día, y cualquier contratiempo puede llevarlas a una crisis financiera o incluso al desalojo, explicó Regan.

Los feligreses pueden apoyar la iniciativa abasteciendo la despensa parroquial, dijo. Además, si una parroquia no cuenta con una, puede establecerla, incluso adaptando un armario o un salón de reuniones para servir a la comunidad.

“Las conferencias tienen un gran impacto gracias a los recursos que ofrecen”, indicó.