OSV News photo/Tim Evans, Reuters

ATLANTA—Un tiroteo mortal tuvo lugar la mañana del 27 de agosto en la Escuela Católica de la Anunciación en Minneapolis poco después del inicio de la jornada escolar durante una misa para toda la escuela en la adyacente Iglesia Católica de la Anunciación. El atacante disparó desde el exterior de la iglesia a través de las ventanas a los asistentes a la misa con un rifle, una escopeta y una pistola, matando a dos niños, de 8 y 10 años. Según el Jefe de Policía de Minneapolis, Brian O’Hara, hay 17 personas más heridas, incluyendo 14 niños. 

El Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., de Atlanta, quien ocupa el cargo de presidente de la junta de la Asociación Nacional de Educación Católica (NCEA por sus siglas en inglés), ofreció la siguiente declaración: 

“El tiroteo de hoy en la Escuela Católica de la Anunciación en Minneapolis ha sido más que impactante. El asesinato de niños adorando en misa es indescriptible. 

Nuestros niños deberían estar a salvo en nuestros hogares, escuelas e iglesias. Como lo he dicho como arzobispo de Atlanta, y lo repito como presidente de la junta que rige la Asociación Nacional de Educación Católica, debemos encontrar una manera de aprobar una legislación razonable sobre armas de fuego. Debemos tomar acción para proteger a todos los niños y las familias de la violencia. No podemos esperar que las escuelas se conviertan en fortalezas. Tenemos que hacer más para proteger nuestras valiosas comunidades. 

Me uno a la comunidad de Minneapolis en oración y luto por las vidas perdidas. También elevo en oración a aquellos que aún están siendo tratados por sus heridas, así como a aquellos cuyas vidas nunca volverán a ser las mismas después de este terrible día. Le pido a Dios que bendiga a los primeros en responder, a los trabajadores de la salud, a los padres y al personal hoy y en las próximas semanas. Desde mi corazón le pido a Dios que les conceda su paz. 

En la Arquidiócesis de Atlanta, la seguridad de los niños en nuestras escuelas es un componente central en la planificación de cada año. Nuestras escuelas católicas revisan y ajustan sus planes de seguridad varias veces al año en colaboración con la Agencia de Respuesta a Emergencias de Georgia (Georgia Emergency Management Agency) y las autoridades locales. Nuestra superintendente y nuestros directores están en contacto diariamente y continúan colaborando para mantener los terrenos de nuestras escuelas lo más seguros posible”.