Photo Courtesy of St. Vincent de Paul Georgia

ATLANTA—Más de 175 personas se reunieron en la iglesia de Holy Spirit para una velada en honor al Beato Pier Giorgio Frassati, organizada con la ayuda de la Conferencia de la Sociedad de San Vicente de Paúl de Holy Spirit.  

Titulada “Un Corazón para los Pobres”, la velada comenzó con una misa que celebró por el Padre Paolo Ravaglia, representante del Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano, y el Padre Luke Ballman (párroco), el Padre Rey Pineda y el Padre Gerardo Ceballos-González. Tras la misa, hubo una recepción con postres y una presentación en el salón McDonough, conducida por Josh Harris de The Quest Catholic Radio.  

El orador principal, el Padre Ravaglia, compartió sus perspectivas sobre la próxima canonización de Frassati, un joven en camino a ser santo: atlético, lleno de fe y comprometido con los pobres.  

«Pier Giorgio nos muestra que la santidad no es solo para sacerdotes o religiosos», dijo el Padre Ravaglia. «Su canonización recuerda al mundo entero que vivir el Evangelio con alegría y valentía puede cambiar vidas, e incluso la historia».  

Frassati, quien falleció en 1925 a los 24 años, era un apasionado de la misa diaria, la adoración eucarística y las obras de misericordia. A los 17 años, se unió a la Sociedad de San Vicente de Paúl y dedicó su breve vida a ayudar a los pobres, coordinar esfuerzos para servir a los enfermos y niños, y oponerse con valentía al auge del fascismo en Italia.  

El Padre Luke Ballman reflexionó sobre el significado de la vida de Frassati para la Iglesia actual.  

El joven demostró que «la santidad no es distante ni inalcanzable. Se vive en las calles, con los pobres, en la oración y en la amistad con Cristo».  

Mike Mies, director ejecutivo de San Vicente de Paúl, Georgia, afirmó que Frassati es un ejemplo de cómo el servicio a los pobres puede ser una forma de acercarse a la santidad. La organización espera que más jóvenes descubran la alegría y el significado de poner la fe en práctica, afirmó.  

Beatificado por San Juan Pablo II en 1990 y llamado “el hombre de las Ocho Bienaventuranzas”, Frassati es considerado un modelo para vivir una vida centrada en el Evangelio en el mundo moderno.  

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