Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Photo Courtesy of Archbishop Gregory J. Hartmayer, OFM Conv.
President Jimmy Carter led Sunday School at Maranatha Baptist Church in Plains as Archbishop Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., at left, as then-Bishop of Savannah attended Sunday School Class Maranatha Baptist Church in October 2019

Atlanta

Declaración del Reverendísimo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., sobre la muerte del Presidente Jimmy Carter

Published diciembre 30, 2024  | Available In English

Declaración del Reverendísimo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., sobre la muerte del Presidente Jimmy Carter:

Fue con gran tristeza que recibí la noticia de la muerte del trigésimo noveno presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter. Hace poco más de un año, Rosalynn, la amada esposa del presidente Carter, fue sepultada en Plains, Georgia. En ese momento, el expresidente escribió: “Mientras Rosalynn estuvo en el mundo, siempre supe que alguien me amaba y me apoyaba”. Su matrimonio de setenta y siete años fue un testimonio de su fe en Dios y de su fe mutua. Aunque se veía frágil y físicamente débil, el Presidente Carter asistió al servicio conmemorativo de Rosalynn para despedirse del amor de su vida, su mejor amiga y confidente. La carta de San Pablo a los Corintios (13:4-13) dice en parte: “El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás”. El presidente y la Sra. Carter creyeron y vivieron ese amor. Que descansen en paz en los brazos amorosos de Dios Todopoderoso. 

En octubre de 1979, cuando el Presidente Carter recibió al Papa San Juan Pablo II en la Casa Blanca, no como jefe de estado o líder religioso, sino como hermano, declaró: “Este es un día para alabar a Dios. En nombre de todos los estadounidenses de todas las religiones, me complace y me honra darle la bienvenida, Papa Juan Pablo, a la Ciudad Capital de los Estados Unidos de América. Bienvenido. En nuestras almas, hay un sentimiento especial que podemos llamar alegría solemne. Este día histórico produce dicho sentimiento ya que marca otro hito en la larga e interconectada historia de nuestro país y su fe en Dios”. Después de ese encuentro, el Santo Padre dijo: “Me siento honrado de haber tenido, por su amable invitación, la oportunidad de encontrarme con usted; ya que con su cargo de presidente de los Estados Unidos de América representa ante el mundo a toda la nación americana y tiene la inmensa responsabilidad de guiar a esta nación por el camino de la justicia y la paz”. Su mutuo respeto y afecto se mantuvieron a lo largo de los años mientras ambos defendían la paz y los derechos humanos.

Fue durante mi época como obispo de Savannah que conocí a los Carter en la Iglesia Bautista Maranatha en octubre de 2019. El presidente Carter me invitó a su clase de Biblia. Esa mañana, en particular, la lección era sobre el amor. Preguntó: “¿Qué debemos hacer para recibir el amor de Dios?”. Hubo mucho entusiasmo entre los jóvenes al responder la pregunta. Al final, el presidente dijo: “Nada, porque Dios nos ama a nosotros primero”. Me quedé para el servicio religioso y me sentí muy bienvenido. Más tarde ese día, el presidente y la primera dama asistieron a una misa que celebré en la parroquia católica local.

El presidente y la señora Carter ejemplificaron la fe cristiana. Ya sea viajando por el mundo para promover la democracia y defender los derechos humanos, o construyendo casas con Hábitat para la Humanidad y enseñando en la escuela dominical en Plains, Georgia, ambos hicieron del mundo un lugar mejor. Entre los muchos honores que recibió el Presidente Carter se encuentran la Medalla Presidencial de la Libertad en 1999 y el Premio Nobel de la Paz en 2002. Con Rosalynn a su lado, siempre aprovechó estas oportunidades para enseñar con su ejemplo lo que significa ser un líder servidor. A través del trabajo del Centro Carter, seguirán inspirando a las generaciones futuras.

Mientras el mundo lamenta la muerte de un incansable defensor de la paz, la justicia y la nación, un líder muy respetado, la familia Carter lamenta la muerte de un padre, abuelo y bisabuelo. En nombre del clero, los religiosos consagrados y los fieles laicos de la Arquidiócesis Católica de Atlanta, deseo expresar mi más sincero pésame y mis más profundas condolencias a los hijos del presidente Carter, Jack, Chip, Jeff y Amy, y a sus familias. Quiero que sepan que los acompaño en mis oraciones. ¡Que el Señor les conceda su paz!