Atlanta
Mensaje del Arzobispo Hartmayer tras tiroteo masivo en Atlanta
Published mayo 4, 2023 | Available In English
ATLANTA– El Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., ha pedido oraciones que conduzcan a la acción tras el tiroteo masivo en Atlanta el 3 de mayo. El arzobispo pronunció las siguientes palabras en la tarde del 4 de mayo:
“Cada acto de violencia hace que el mundo sea un poco más oscuro. Puede erosionar nuestra esperanza y desafiar nuestra fe. El tiroteo de ayer en un consultorio médico en el centro de Atlanta ha enfocado agudamente la doble epidemia de violencia armada y los desafíos de la atención de salud mental aquí en casa. Varias familias están de luto y muchos pacientes y miembros del personal médico en shock. Todos estamos sintiendo el impacto hoy.
La mujer que falleció, Amy (Wald) St. Pierre, se graduó de la escuela secundaria católica Blessed Trinity en 2003. Ofrezco mis más profundas condolencias a su familia y comunidad. La comunidad escolar ora por ustedes en este momento.
Apenas tuvimos tiempo de procesar el tiroteo de ayer y la persecución que siguió cuando nos enteramos de otro tiroteo que dejó cuatro muertos hoy en Moultrie, un pequeño pueblo en la Diócesis de Savannah. Una pérdida devastadora para cualquier comunidad.
Hace solo unas semanas, la violencia armada acabó con la vida de un joven detrás del Centro Católico Lyke House en el centro de Atlanta. Las escuelas practican simulacros de tirador activo a raíz de más tiroteos masivos en los campus de todo el país. Ya no parece haber ningún lugar seguro.
Sin embargo, no podemos rendirnos ante la desesperación. En lugar de solo ofrecer palabras a raíz de este incidente, me comprometeré a actuar. No tengo respuestas concretas hoy, pero buscaré formas en que la Iglesia en Atlanta pueda apoyar los esfuerzos para hacer que nuestras comunidades sean más seguras y más solidarias para todos.
Todos podemos comenzar orando para que se tomen acciones. La oración de mi patrón, San Francisco de Asís, ofrece un modelo de acciones que podemos poner en práctica como punto de partida para la conversión personal, la acción comunitaria y, ojalá, el cambio para el bien de todos. Les pido que la recen conmigo con sus palabras y sus obras”.
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh Maestro, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.