Washington DC
La próxima fase del Encuentro es la acción parroquial y diocesana respecto a las ideas y prioridades
By NORMA MONTENEGRO FLYNN, Catholic News Service | Published octubre 9, 2018 | Available In English
WASHINGTON (CNS) – Los participantes del Quinto Encuentro Nacional regresaron a sus diócesis y parroquias llenos de desafíos y esperanzas.
Entre ellos, fueron llamados a compartir sus dones y superar las barreras de la raza y el idioma en sus propias comunidades parroquiales y diocesanas; y al mismo tiempo, también instaron al resto de los católicos, que no son hispanos, a reconocer su presencia y abrir las puertas a sus talentos y contribuciones.
El Quinto Encuentro Nacional, también llamado V Encuentro, es un proceso de trabajo pastoral, consulta, desarrollo de liderazgo y construcción de comunidades que pretende desarrollar formas mejores en las que la Iglesia Católica en los Estados Unidos pueda responder a los católicos hispanos. Más de 3,000 líderes ministeriales hispanos participaron en el evento del 20 al 23 de septiembre en Grapevine, Texas, en representación de sus parroquias y 159 diócesis y otras organizaciones y grupos católicos nacionales.
Según una investigación del Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado, los hispanos representan aproximadamente el 40 por ciento de los católicos de los Estados Unidos y casi el 60 por ciento de los católicos del milenio.
Durante las sesiones de la tarde, los representantes de cada una de las 14 regiones episcopales en las que están divididas geográficamente las diócesis de los Estados Unidos, compartieron los resultados de las consultas de los grupos pequeños que se llevaron a cabo durante todo el día.
La tarea en cuestión era destacar las áreas que más necesitan el acompañamiento y los obstáculos de los católicos hispanos en 28 áreas ministeriales como vocaciones, evangelización, educación católica, vida familiar, inmigración y atención a inmigrantes, entre otras.
Y cuando aquella fase del proceso de varios alcanzó su fin, la siguiente fase está dirigida a poner en práctica las lecciones aprendidas y dar frutos.
“Esto ha sido como un retiro, el mensaje que recibimos al final fue como si tuviéramos el Espíritu Santo, tenemos que llevarlo con nosotros y tenemos que ser santos y producir frutos de amor”, dijo la Hermana Judith Maldonado, de las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, quien estuvo presente durante el evento. Su orden religiosa está involucrada en la pastoral familiar sirviendo en parroquias en Maryland y Texas.
Las recomendaciones son el próximo paso del proceso
Entre los asistentes al V Encuentro se encontraban dos docenas de mujeres y hombres de las parroquias de Atlanta, como parte de un proceso de evangelización de un año de duración.
“Fue una experiencia maravillosa”, dijo Ashley Morris, director asociado de la Oficina de la Diversidad Intercultural y Étnica de la arquidiócesis. Morris, quien es afroamericano, dijo que la comunidad hispana lo trató como a un miembro de la familia y lo “hizo sentir bienvenido”.
Los católicos hispanos pronto se convertirán en la mayoría de los católicos que asisten a misa en los Estados Unidos, y se dice que representan aproximadamente la mitad del millón de la fuerte comunidad católica que conforma la Arquidiócesis de Atlanta.
Durante los próximos meses, el equipo de liderazgo del Quinto Encuentro Nacional, o V Encuentro, distribuirá un documento final enumerando las prioridades y problemas principales que se identificaron en 28 áreas pastorales. El documento ayudará a las diócesis, parroquias y estructuras nacionales en la redacción de sus propios planes pastorales de acuerdo con sus realidades y prioridades.
El equipo de acompañamiento del Encuentro, ENAVE, planea continuar brindando apoyo y observando el progreso.
“Hemos logrado cosas que de algunas maneras nunca hubiésemos imaginado que fueran posibles”, dijo Ken Johnson-Mondragón, director de investigación del Encuentro, a Catholic News Service. “Muros han caído; la gente ha vivido realmente la alegría de la cual habla el Papa Francisco”.
Un esfuerzo de varios años
El proceso del V Encuentro que comenzó hace unos cuatro años ha ayudado a miles de líderes ministeriales hispanos a participar en diálogos llenos de fe y a llegar a aquellos en las periferias. El Encuentro también ha promovido colaboraciones dentro y entre las diócesis, lo que se conoce como “pastoral en conjunto”, y ha ayudado a eliminar el “temor a hablar abiertamente”, acercando más a los participantes a sus párrocos y obispos, agregó Johnson-Mondragón.
El V Encuentro también identificó y preparó al menos a 25,000 nuevos líderes ministeriales hispanos en todo el país, y aproximadamente un tercio de los líderes involucrados fueron jóvenes y adultos jóvenes. Un estimado de 100,000 personas participaron en el proceso y se llegó a otras 150,000 en las periferias.
Otra ganancia importante es que el V Encuentro ha capturado la atención y el apoyo de los obispos de todo el país. En la reunión, cerca de 125 obispos, hispanos y no hispanos, caminaron junto a sus delegaciones diocesanas, y cerca de 160 de las 178 diócesis y arquidiócesis católicas romanas en el país estuvieron representadas. El Obispo Bernard E. Shlesinger III, de Atlanta, fue uno de los obispos asistentes, así como el Arzobispo Wilton D. Gregory.
Interactuar con jóvenes católicos hispanos es clave para los líderes de la Iglesia. Entre los católicos más jóvenes, los latinos constituyen la mayoría de las personas en las bancas. Según el programa del Encuentro, hoy en día, el 40 por ciento de todos los católicos en los Estados Unidos son hispanos; 50 por ciento de los católicos entre 14 y 29 años son hispanos; y el 55 por ciento de los católicos menores de 14 años son hispanos.
Durante la conferencia, una noche fue reservada para que los obispos compartieran una cena con cientos de adultos jóvenes.
“La Iglesia hispana está pidiendo formación, está pidiendo apoyo, está pidiendo dirección, y depende de los obispos y los párrocos proveer todo esto”, dijo el Obispo Oscar Cantú a CNS. El exdirector de la Diócesis de Las Cruces, Nuevo México, es ahora obispo coadjutor de San José, California.
Lo que más sorprendió y agradó al Obispo Cantú fue el tamaño de la reunión, con más de 3,000 participantes; y como muchos otros, se sintió vigorizado por el optimismo y la motivación de los asistentes.
Como un sacerdote que sirvió en Carolina del Norte, el Obispo Shlesinger fue párroco de una comunidad conformada en gran parte por hispanos católicos, la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Newton Grove. Durante sus nueve años como líder, dijo que debió haber bautizado alrededor de 1.000 niños. La fe y la vitalidad de la fe y la cultura hispanas son un “regalo” que la Iglesia debe acoger, mencionó.
El Obispo Shlesinger asistió a un taller sobre inmigración donde los oradores hablaron sobre la difícil situación de los adultos jóvenes traídos a los Estados Unidos durante su niñez, entre otros temas. La situación actual obliga a las personas a vivir en un “estado de ambigüedad” con un futuro incierto, dijo el obispo. Ahora más que nunca, la Iglesia necesita acompañar a la comunidad hispana, señaló, como lo ha pedido el Papa Francisco.
Identificación y discusión de las áreas principales
Las primeras tres recomendaciones que surgieron en el proceso del Encuentro son la necesidad de desarrollar planes pastorales para el ministerio hispano adaptados a las necesidades de cada parroquia y diócesis; la necesidad de que la comunidad parroquial ayude a fortalecer las familias; y la necesidad de emplear a más adultos jóvenes hispanos en puestos de liderazgo.
Las 28 áreas pastorales abordadas por el V Encuentro incluyen aquellas dirigidas a los jóvenes, los adultos jóvenes, las ciudadelas universitarias, los inmigrantes, las familias, los discapacitados y los presos; así como los ministerios de vocaciones, pro-vida, formación de fe y catequesis, justicia y paz, e incluso el cuidado del medio ambiente entre otros.
La Hermana de la Caridad Ana María Pinedade, quien ha participado en todos los Encuentros, aconsejó no olvidar la importancia de vincular los Encuentros anteriores con el actual, y permanecer concentrados en el trabajo que se está realizando en medio de los desafíos que se puedan presentar.
“Se nos está llamando a un momento muy especial en el tiempo y necesitamos dar un paso al frente para asegurarnos de que estamos del lado de los pobres, del lado de los que no pueden protegerse a sí mismos”, añadió.
Continuar con las conversaciones es clave
Para Estela Martínez, de 26 años, las conversaciones son clave.
“Es muy importante tener ese contacto personal. Ellos estuvieron dispuestos a escuchar. Eso da inicio a la conversación. Él nos tomó en serio”, dijo Martínez refiriéndose al Obispo Jaime Soto de Sacramento, California.
Durante la conferencia, los panelistas mostraron la diversidad de la comunidad hispana, representando a mujeres y hombres, y a oradores de todas las edades, dijo. Martínez, quien asiste a la Iglesia de Santo Tomás el Apóstol en Smyrna, dijo que al hablar con otros, se dio cuenta de lo afortunada que es la Arquidiócesis de Atlanta de tener parroquias que asignan dinero y recursos a los programas juveniles.
Para Augusto Michael Trujillo, la conferencia es una tradición familiar. En 1985, su padre asistió al III Encuentro Nacional en representación de la Arquidiócesis de Atlanta, y en 2000, su madre hizo lo mismo para el IV Encuentro.
Trujillo, gerente de relaciones de Catholic Relief Services, comentó, “para mí, fue una reunión emocional, ya que sentí que la antorcha que mis padres me pasaron ahora estaba siendo pasada a los líderes más jóvenes de nuestra Iglesia”.
Dijo que al final de la conferencia en Texas, uno de los presentadores solicitó a todos los obispos presentes que se pusieran de pie. La comunidad ratificó su apoyo a los obispos con el canto, “Te amamos”.
¿Hacia dónde nos dirigimos?
El Obispo Shlesinger manifestó que, para él, la conferencia reforzó la necesidad de facilitar y fomentar líderes en la comunidad hispana y asegurar que la comunidad se integre en la vida de la Iglesia, y no solo como una idea de último momento. Es hora de “liberar su potencial”.
Morris expresó que está motivado a trabajar para construir puentes entre la comunidad hispana y la comunidad católica negra “para compartir con la alegría de lo que significa ser un seguidor de Cristo”.
De las siete iglesias católicas predominantemente negras en la arquidiócesis, tres de ellas ahora tienen un número significativo de miembros hispanos, dijo. Es más lo que tenemos en común que lo que nos separa, enfatizó Morris.
“Al final del día, Cristo es lo que nos une”, afirmó.
El redactor Andrew Nelson contribuyó a esta historia.