Atlanta
Delegados de Atlanta se preparan para el Encuentro nacional
By ANDREW NELSON, Staff writer | Published agosto 3, 2018 | Available In English
ATLANTA—Cerca de dos docenas de mujeres y hombres representarán a la Arquidiócesis de Atlanta en el V Encuentro Nacional, en un momento en que los hispanos católicos se reúnen para fortalecer la presencia latina en la Iglesia.
Reuniendo a creyentes de todo el país, el V Encuentro mantiene un esfuerzo que comenzó hace más de 40 años “de continuar nuestra marcha como pueblo de Dios, de elevar nuestra voz profética”, según la página de Internet de los organizadores.
Los 3.000 líderes que se esperan se reunirán del 20-23 de septiembre en Grapevine, Texas, a las afueras de Dallas, para enfocarse en el tema “Discípulos misioneros: Testigos del amor de Dios”. Una misa por la delegación de Atlanta está programada el 8 de septiembre en la Cancillería de la Arquidiócesis de Atlanta.
Hoy en día, los católicos hispanos, tanto nativos como inmigrantes, constituyen aproximadamente el 40 por ciento de todos los católicos en los Estados Unidos y más del 50 por ciento de los católicos menores de 35 años, según los organizadores del Encuentro. Con una cifra estimada de 1 millón de católicos en la Arquidiócesis de Atlanta, cerca del 50 por ciento se identifican como hispanos.
En preparación para la reunión nacional, el esfuerzo local del Encuentro examinó el Plan Pastoral de la Arquidiócesis de Atlanta, establecido en 2015, e identificó nueve áreas de interés para llevar a la conferencia nacional.
La experiencia de meses de preparación ha llevado al Dr. Jaime Altamirano a profundizar más en su relación con el Espíritu, dijo. “No importa en qué posición estoy. Soy una herramienta para el Espíritu”, anotó Altamirano, quien asiste a la Iglesia de Príncipe de Paz en Flowery Branch y es uno de los representantes de Atlanta que asistirá a la reunión de Texas.
Jairo Martínez, director de la Oficina de la Diversidad Intercultural y Étnica arquidiocesana, dijo que los representantes de la arquidiócesis pueden compartir éxitos locales con la audiencia nacional en el V Encuentro y aprender de los demás.
“Estamos tratando de empoderar a la comunidad hispana para servir a toda la Iglesia. “Ellos son parte de la Iglesia”, comentó.
Martínez recordó cómo en la Arquidiócesis de Atlanta en el año 2003 la Oficina del Ministerio Hispano era el lugar para encontrar respuestas sobre servir a la comunidad. Ahora muchos ministerios arquidiocesanos tienen personal bilingüe con conocimientos para servir a los hispanohablantes, desde responder preguntas sobre el tribunal arquidiocesano hasta capacitación para la formación religiosa, señaló.
Además, muchos sacerdotes y diáconos hispanos y bilingües sirven a la comunidad, con un número en aumento de sacerdotes designados como líderes espirituales de parroquias con hispanos, angloparlantes y otros miembros diversos, añadió.
Representando a los católicos hispanos en Atlanta
Los representantes de Atlanta a la reunión nacional asisten a 10 parroquias. Entre ellos se encuentran ocho mujeres, nueve hombres y tres diáconos, además de otros miembros del personal arquidiocesano. Dos adultos jóvenes, un hombre y una mujer, también asistirán. El Arzobispo Wilton D. Gregory y el Obispo Bernard E. Shlesinger III tienen planeado participar.
Altamirano, de 65 años, es uno de los líderes de la comunidad carismática hispana. Trabaja como médico epidemiólogo en los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. Su oficina está decorada con fotos de sus hijos, una estatua de San Juan Pablo II y mariposas y cuadros florales de su país natal, Ecuador.
Altamirano va a Texas con un corazón abierto.
“Nunca se sabe cuándo el Espíritu Santo podría tocarte, o darte la idea correcta o el mensaje indicado”, dijo. Compartir ideas y éxitos, conducidos por el Espíritu Santo, “es siempre una situación en la que todos ganamos”, agregó.
El Plan Pastoral establece metas para la Arquidiócesis de Atlanta, pero los retos de inmigración actuales que enfrenta la comunidad hispana requieren la atención de la Iglesia en todo el país.
“Durante las situaciones de inmigración, estamos viviendo un día a la vez. “Esperamos que sea una voz fuerte, un enfoque fuerte a situaciones como esa”, dijo. “Ésos son temas generales que no son necesariamente abordados a nivel arquidiocesano. Son asuntos nacionales”.
El encuentro ocurre cerca de una reciente política de inmigración que separa a las familias hispanas que cruzan a los Estados Unidos sin autorización.
Altamirano mencionó que la gente espera que los obispos expresen abiertamente su apoyo a sus hermanos católicos. Dijo que las personas entienden que los sacerdotes sirven a una comunidad parroquial, incluyendo a aquellos que apoyan una política de inmigración estricta, pero los obispos tienen la habilidad de ser voceros de los católicos atrapados en la situación y de acompañarlos. Nuestros hermanos católicos dicen ser pro vida, pero estas políticas “atacan a la familia”, añadió.
Sonia Aguero se refirió a la inmigración como “la principal cuestión social que está enfrentando la Iglesia hispana”.
Aguero ha asistido a la Iglesia del Inmaculado Corazón de María en Atlanta, por más de 30 años. Ella sirve como lectora y ministra extraordinaria de la Comunión, entre otras funciones.
“Barro el suelo de la iglesia”, dijo riendo.
En su preparación para el V Encuentro nacional, Aguero descubrió cómo las personas enfrentan preocupaciones similares, ya sea que asistan a una parroquia rural o a una urbana.
“La parte más significativa para mí fue poder compartir problemas comunes y nuestros éxitos”, dijo sobre el proceso hacia el Encuentro.
Aguero señaló que las personas en su grupo organizador hablaron sobre la necesidad de responder a una comprensión superficial de la comunidad hispana y sus preocupaciones. Algunas de las respuestas de los angloparlantes carecen de sensibilidad y no reconocen las diferentes culturas, dijo, agregando, “todavía hay espacio para crecer”.
“Tenemos un pueblo hambriento de la palabra de Dios”, dijo Aguero, quien es cubano-americana.
Daniel Hernández, de 25 años, sirvió por cuatro años como ministro juvenil en la Iglesia de Santo Tomás el Apóstol en Smyrna. Recientemente obtuvo su maestría en trabajo social de la Universidad de Fordham. Sus raíces familiares están en El Salvador.
Hernández mencionó que espera que la conferencia “nos motive como líderes a ser intrépidos y que nos ayude a hablarle a otras comunidades en la Iglesia”.
Trabajando con adolescentes, dijo que ha visto cómo los hombres y mujeres jóvenes se debaten entre dejarse llevar por la cultura americana y las expectativas de sus padres. Esa lucha, además de la política de inmigración, pone una carga sobre ellos. Los líderes de la Iglesia pueden escucharlos y motivarlos en su fe, anotó.
“Quiero ser capaz de empoderar a los jóvenes para que continúen su recorrido en la fe, para que realmente persigan sus sueños, aspiraciones y metas”, dijo.
Familia y liderazgo juvenil, las prioridades principales
Una serie de consultas y reflexiones locales permitió que los organizadores desarrollaran una imagen de la comunidad hispana de rápido crecimiento antes de la reunión de otoño de 2017. Cerca de 100 delegados nombrados por los párrocos participaron en los preparativos de la arquidiócesis. Los miembros examinaron las necesidades de la comunidad en general. El objetivo era construir sobre el Plan Pastoral, desarrollado como guía para el ministerio arquidiocesano.
Encabezando las prioridades del grupo de Atlanta está el desarrollo de líderes de fe entre los hispanos. Una meta es involucrar a los padres como maestros religiosos de sus hijos para fomentar una relación estrecha con Jesús y su fe, y así lograr una vida más allá de la mentalidad de hacer algo simplemente por la costumbre de completar una lista de sacramentos.
Otro enfoque es en cómo los rostros de los jóvenes católicos en los Estados Unidos son cada vez más hispanos. Los líderes de Atlanta enfatizan empoderar a la juventud.
Los organizadores expresaron su preocupación por los jóvenes que “no tienen un sentido de pertenencia”. Esa primera o segunda generación de americanos “que piensan y hablan inglés, entienden español y tratan de vivir su fe como hispanos, (y) viven en ambas culturas, pero no tienen un sentido de pertenencia”.
La creación de “una promoción intencional de líderes juveniles” y el desarrollo de “ambientes donde estén acompañados en su recorrido” podrían ayudar a fortalecer los lazos entre la Iglesia y la juventud, expresaron los líderes locales.
Otra preocupación es “la integración de las culturas”. El grupo de Atlanta quisiera “inspirar la integración entre las diversas culturas como hermanas en el mundo”.
Los organizadores identificaron un deseo de reunir a miembros de la parroquia “con un corazón abierto en lugar de sentirse inferiores o superiores”. Los miembros hispanos están trabajando para ayudar a sus hermanos católicos a “reconocer y respetar el lenguaje del corazón”.