El Bebé que realmente puede cambiarlo todo
By ARCHBISHOP WILTON D. GREGORY, Comentario | Published diciembre 22, 2016 | Available In English
¡Un bebé cambia todo! Tan solo pregúntele a cualquier pareja joven que ha sido bendecida con un bebé y le dirán que sus vidas cambiaron inmediatamente — para bien — cuando éste bebé entró en su mundo. Algunos sonidos de la noche que antes podrían haber pasado desapercibidos, ahora los despiertan de un sueño profundo. Sus espacios antes muy organizados, rápidamente son reacomodados. Los horarios de rutina de repente se vuelven impredecibles.
Pero estas complicaciones son un pequeño precio a pagar por la felicidad de recibir a un bebé en sus vidas. Y los abuelos son participantes fundamentales en estos eventos de cambio de vida que le dan la bienvenida al bebé.
La Navidad celebra la llegada de un Bebé a nuestras vidas. Y el mundo entero necesita ser transformado por este nacimiento. Este Bebé trae consigo la promesa de un nuevo orden mundial, donde los pobres y desamparados reciben una nueva importancia, y donde la paz y armonía dentro de la familia humana se vuelven objetivos primordiales.
Este Bebé invita a los ricos y famosos a preocuparse profundamente por aquellos que viven marginados en la sociedad. Su nacimiento logra cambiar nuestro mundo frecuentemente confundido, de la misma forma en que los recién nacidos lo hacen.
El nacimiento de este Bebé trae esperanza y alegría a toda la creación y no solo a una familia. De hecho, su nacimiento significa que todos somos miembros de una sola familia — la familia de Dios — unidos a través de culturas, opiniones políticas, condiciones económicas, razas, géneros y naciones.
Quizás es por esta razón que la Navidad emerge con tal relevancia en todo el mundo. El nacimiento de este Bebé ofrece esperanza y un futuro más alentador a todas las personas, sean cristianas o no, ya sean activamente religiosas o no.
Cuando los nuevos padres traen su bebé a casa, comienza un nuevo camino en sus vidas, no solo para el bebé sino también para ellos mismos. Este Bebé ofrece el mismo potencial de cambio en nuestras vidas.
Todos los bebés necesitan mucho más que alimento y comodidad física. Ellos necesitan ser cargados y acariciados. Necesitan descubrir que son parte de una familia donde se sienten seguros y apreciados. El Bebé que nace por la redención de la creación de Dios trae consigo la promesa de paz y esperanza para todos nosotros. La Navidad no solo ofrece un recuerdo cálido de un evento pasado, sino que también extiende al mundo entero la posible corrección de nuestra frágil situación actual.
Hubo un Bebé que nació sin hogar en Belén y eventualmente creció en un hogar de Nazaret. Este Bebé entró en la vida de María y José, pero en realidad este mismo Bebé desea entrar en las vidas de todos nosotros para transformarlas para siempre. Este Bebé es la forma en la que Dios nos acaricia y abraza a todos, cambiándonos a cada uno de nosotros de una manera profunda y duradera, como ningún otro bebé lo ha hecho.
Feliz Navidad, queridos hermanos y hermanas en Cristo. ¡Un Bebé en realidad lo cambia todo!