Photo Courtesy of the Basilica of the Sacred Heart

ATLANTA—Cuando Edwin Rambusch vio la docena de faroles suspendidos a lo largo de la nave de la Basilica of the Sacred Heart of Jesus, su diseño y estilo le resultaron familiares.

Las lamparas colgantes añadía «un tenue» resplandor al interior, complementando la luz que se filtraba a través de los vitrales. Si bien rudimentarias para los estandares de tecnología actual, las lamparas iluminaban las misas y eventos vespertinos cuando las nubes o el mal tiempo atenuaban la luz natural.

Su corazonada se confirmó en el programa de la celebración del centenario de la parroquia en 1980. Un boceto mostraba que su abuelo había instalado las lamparas a finales de la década de 1930. La basílica, terminada en 1898, es una de las iglesias más antiguas de la Arquidiócesis de Atlanta.

Generaciones de responsabilidad

«Es algo que me llena de humildad», dijo Rambusch, quien pertenece a la cuarta generación de la empresa familiar especializada en arquitectura de interiores, iluminación, mobiliario litúrgico y renovación. Su bisabuelo fundó la empresa en la ciudad de Nueva York, ahora ubicada en Nueva Jersey.

«Debes comprender que se te ha dado una gran responsabilidad: la de ser cuidadoso y hacer lo correcto», dijo.    

La misa de dedicación del santuario redecorado de la Basílica de Atlanta tendrá lugar el 16 de noviembre. Se trata de la primera gran restauración del santuario desde la década de 1960. Este esfuerzo formó parte del proyecto parroquial «Para un tiempo así como este».

Restaurando lo sagrado

La firma Rambusch, con más de 125 años de trayectoria, ha finalizado recientemente la restauración de la histórica iglesia del centro de Atlanta como parte del proyecto «Para un tiempo así como este». Se estima que el costo estimado fue de 4 millones de dólares. Se trata de la primera gran renovación interior desde la década de 1960.

En 2024, el proyecto enfrentó la oposición de algunos feligreses, quienes temían que los cambios pudieran comprometer el patrimonio artístico y espiritual de la iglesia. Si bien el edificio fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 1976, los líderes parroquiales enfatizaron la necesidad de un espacio de culto acogedor que se ajustara a las normas litúrgicas actuales, al tiempo que respetara la historia de la iglesia.

El sacerdote John Howren, párroco, afirmó que los numerosos elementos de la basílica remodelada —como el mobiliario litúrgico, los pisos, las bancas, la iluminación, el sistema audiovisual y la Capilla Marista— fueron integrados con «la armonía y la cálida presencia que la caracterizan» gracias al trabajo de contratistas altamente capacitados.

«Nuestra comunidad parroquial abrió sus corazones para demostrar un amor, respeto y compromiso generosos ​​con el pasado y el futuro de nuestra parroquia. En lugar de terminar el proyecto de remodelación en 2030, lo hemos finalizado en 2025», dijo. «Una vez más, la Divina Providencia ha estado presente. Ruego ahora que Dios bendiga el trabajo de nuestras manos y corazones, y que reciba toda la gloria, la alabanza y el honor de quienes lo buscan, lo sirven y lo adoran en este hermoso lugar sagrado».

Un enfoque en los elementos litúrgicos

La empresa Rambusch modernizó las lamparas colgantes originales y diseñó e instaló elementos clave para el culto, como el altar, el ambón y el sagrario.

Rambusch explicó que la idea detrás del diseño de iluminación fue que las luces se sintieran, no que se vieran. El enfoque principal reside en los elementos litúrgicos iluminados, con las luces integradas en el ambiente. Las lamparas colgantes originales permanecen en la iglesia, restauradas y reutilizadas en el nuevo sistema.

Para la iluminación, la empresa creó ocho «escenarios» distintos para diversas ocasiones en la iglesia, desde la misa, haciendo énfasis en el altar y el santuario, hasta los matrimonios, cuando se ilumina el pasillo central.

En colaboración con los líderes parroquiales, el equipo de diseño respondió al deseo de la comunidad de que los elementos sagrados también tuvieran una función didáctica, vinculándolos mediante diseños y simbolismos de fe.

Estos nuevos elementos litúrgicos —ambón, altar, sagrario y crucifijo— fueron rediseñados con el propósito de unificar todos los ornamentos litúrgicos, utilizando mármol y madera y adornos de hojas de oro. En contraste, la antigua iglesia presentaba una variedad de diseños que «no armonizaban entre sí», afirmó.

La renovación incluyó la conversión de un cuarto útil en una nueva capilla eucarística, llamada Capilla Marista, en honor a la Sociedad de María, que ayudó a fundar la iglesia en 1880.

Tres generaciones después, al igual que la obra de su abuelo embelleció la basílica en la década de 1930, Rambusch encuentra satisfacción en los detalles bien pensados, tales como la reutilización del patrimonio de la iglesia, desde las lamparas colgantes hasta los objetos de la capilla. El artesano afirmó que los diseños deben honrar tanto la utilidad como la herencia.