Marietta
Voluntarios de Santa Ana cosechan esperanza con huerto comunitario
By ANDREW NELSON | Published agosto 5, 2020 | Available In English
MARIETTA – En medio del calor de la tarde, Kathy Gist inspecciona hileras de calabazas amarillas, calabacines y tomates en la Iglesia de Santa Ana, verificando que no les falte ni les sobre agua. Las flores cercanas atraen a las abejas y las hierbas actúan como señuelo para evitar que las plagas devoren los vegetales en crecimiento.
Desde albahaca y orégano, hasta eneldo y tomillo, se cortan pequeños tallos para compartir con las familias y los invitados del banco de alimentos de la parroquia de San Vicente de Paúl.
“Sus rostros estaban rebosantes de alegría. El ambiente estaba lleno de emoción y gratitud, ‘¿creciste eso para mí?'”, dijo Gist, quien ha pertenecido a la iglesia de Marietta durante toda la vida.
El huerto comunitario, nombrado en honor al fundador del ministerio del siglo XIX, es una de las nuevas formas de hacer las cosas, junto con el uso de tapabocas y mejores precauciones de seguridad dentro de la despensa de alimentos.
Karen Miller ayudó a transformar el ministerio de San Vicente de Paul en Santa Ana. El ministerio tiene casi dos docenas de voluntarios que sirven a la comunidad.
Miller entró al ministerio 10 años atrás, cuando dejó su carrera como reclutadora de trabajo para cuidar a su suegra, ya fallecida. Después de su muerte, Miller dijo que sintió más ganas de servir que de volver al campo profesional.
A pesar de los terribles titulares que hablan del desempleo y la incertidumbre de la población, Miller y otros dijeron que los voluntarios del ministerio encuentran esperanza sabiendo que están sirviendo a familias que están atravesando dificultades en estos tiempos, desde enfrentar la escasez de alimentos hasta el desempleo. El programa sirve a cerca de 250 familias al mes.
La pandemia ha causado que muchos pierdan sus trabajos. Como resultado, la inseguridad alimentaria es un problema nuevo para algunos hogares. En el área metropolitana de Atlanta, una encuesta de la Oficina del Censo informó que del 2 al 7 de julio casi el 18% de los hogares experimentaron inseguridad alimentaria, a menudo sin suficiente para comer. Unos 745.000 hogares en Georgia durante la misma semana dependieron de comida gratis.
El ministerio recibió recientemente paletas de carnes, lácteos y verduras del Mercado Estatal de Agricultores, seguidas de dos entregas adicionales del Banco de Alimentos Comunitario de Atlanta.
El programa ha distribuido miles de libras de comida. En un solo camión había 700 cajas, cada una llena de 20 libras de productos, las cuales se compartieron con feligreses, familias locales necesitadas y otras organizaciones sin fines de lucro en Marietta, Woodstock y Atlanta. La distribución de cajas es un programa del Departamento de Agricultura de los EE. UU. con productos de los agricultores de la nación.
Compartiendo una cosecha abundante
Los voluntarios Lorraine y David Hom bajaron los asientos de su Honda CR-V para cargar más de una docena de cajas para entregar a domicilio. Era cerca del final de su día de servicio, el cual había comenzado cerca de las 9 a.m. del 13 de julio. Con el programa apenas comenzando, el ministerio está tomando este nuevo servicio de entrega a domicilio lentamente. Los Homs tenían tres paradas para entregar lo que las personas podían usar.
“Una parada más para dejar una caja de comida no es un gran esfuerzo”, dijo Lorraine, una maestra jubilada de secundaria. “Las cajas están llenas de productos frescos y agradables”.
Lorraine dijo que las personas estaban encantadas de obtener las cajas ya que no podían conducir o no tenían acceso a transporte para llegar hasta la parroquia a recogerlas.
Los Homs han servido en el ministerio durante cinco años. La pareja comenzó haciendo almuerzos los fines de semana para los estudiantes de primaria en riesgo de pasar hambre.
“Se trata siempre de poner tu fe en práctica. Para mí, lo importante, al final de todo, es que tienes que practicar lo que predicas”, dijo, antes de partir a llevar otra comida a alguien que la esperaba.
Desde marzo, las instalaciones de la parroquial habían estado bastante tranquilas, primero con la suspensión de las misas públicas y ahora abriendo sus puertas solo a servicios con reservación.
Al observar una parcela vacía en el campus, los líderes de la despensa decidieron comenzar a cultivar alimentos. Aunque durante mucho tiempo solo fue un tema de conversación, se requirió el cierre estatal para que sucediera. Los miembros del Ministerio Misión de Adultos armaron juntos macetas de madera y construyeron cercas para crear lo que se conoce como la Granja de Frederic, llamada así por Frederic Ozanam, quien fundó la Sociedad de San Vicente de Paul en 1833.
Ahora están compitiendo pepinos, calabazas, tomates y pimentones de la cosecha.
Miller dijo que el acceso a alimentos saludables puede ser un desafío para las familias con recursos limitados, por lo que ofrecer verduras cultivadas en la huerta ayuda a las familias a desarrollar y mantener estilos de vida más saludables.
Plantar una huerta en tiempos difíciles fue un acto de esperanza y un mensaje para las familias y los voluntarios agobiados por el peso de estos tiempos.
Gist dijo, “Tienes que vivir con esperanza porque nunca sabes lo que traerá cada día, pero siembras”.