ATLANTA—Un grupo de seminaristas de Atlanta viajó a Puerto Rico por tres semanas para experimentar la vida misionera, además de hacer obras de caridad.

Los hombres visitaron a los enfermos y confinados en sus hogares, trabajaron en una despensa de alimentos y repararon las casas de los pobres en las comunidades de Mayagüez y San Juan en el mes de julio. Durante la reciente agitación política, los seminaristas participaron en un servicio de oración eucarística de 24 horas, durante el cual el Obispo de San Juan invitó a los católicos a orar por la justicia en el gobierno local de la isla. Los principales líderes comunitarios habían renunciado poco antes, después de continuas protestas políticas.

La Arquidiócesis de Atlanta es cada vez más diversa, y los hombres aprendieron cómo las personas de otra cultura experimentan la fe.

Los seminaristas se hospedaron con la comunidad de la Sociedad Fraterna de Misericordia. La estadía de tres semanas les dio una idea de lo que es pertenecer a un grupo de hermanos religiosos y servir a las personas de la comunidad y compartir sus vidas.

Arturo Merriman, quien estudia en el Seminario Regional de San Vicente de Paul en Boynton Beach, Florida, dijo que la exposición a la comunidad de los hermanos fue reveladora. Entre el grupo había una camaradería natural, señaló, y un espíritu de “dar sus vidas a Dios amándolo a través de los necesitados”.

“Me sorprendió ver lo bien que compartían juntos; bromeaban, reían, oraban y discutían como amigos, no como compañeros de trabajo”, dijo en un correo electrónico refiriéndose a los hermanos.

Una joven, Quynh-Vu Dinh, feligrés y ministra juvenil de la Iglesia de Nuestra Señora de Vietnam en Riverdale, también asistió al viaje para servir.

Durante su viaje, el grupo recibió la ayuda de Reconstruyendo Esperanza, una organización sin fines de lucro bajo el auspicio de la Arquidiócesis de Atlanta, cuya misión es conectar a los ministerios católicos en Atlanta con lugares necesitados y servir a las comunidades en Puerto Rico.

El Padre Tri John-Bosco Nguyen, director de vocaciones de la Arquidiócesis de Atlanta, dijo que el pequeño grupo fue tanto a servir como a familiarizarse con la vida diaria de los misioneros. Señaló que normalmente, grupos bien intencionados viajan a un lugar necesitado y siguen una lista de tareas con un itinerario organizado. Él prefiere ver la vida de un misionero más allá de las actividades planificadas con un tiempo no programado donde se desarrollan los eventos.

El Diácono Randy Ortiz, uno de los fundadores de Reconstruyendo Esperanza, dijo que el objetivo de la organización sin fines de lucro de Atlanta es incrementar la experiencia de los seminaristas como parte de su capacitación y formación. Esto les ayuda a experimentar culturas diferentes a la suya, dijo.

“Nuestros seminaristas y futuros sacerdotes deben estar preparados para interactuar con personas de diferentes condiciones. Independientemente de su raza, nacionalidad u opinión, deben ver el rostro de Cristo en todos a quienes encuentran”, dijo en un correo electrónico.

La Sociedad Fraterna de Misericordia fue fundada en Puerto Rico y está expandiendo su apoyo a las comunidades hispanas. Los miembros viven en Puerto Rico y República Dominicana, con planes de abrir eventualmente una comunidad en Atlanta.

Reconstruyendo Esperanza comenzó hace aproximadamente un año. El Diácono Ortiz mencionó que los últimos meses han sido una experiencia de aprendizaje, con el objetivo en 2020 de apoyar a los pobres y a la Iglesia.

El trabajo de Reconstruyendo Esperanza continúa después del daño causado por el Huracán María en 2017. Los voluntarios repararon una capilla de un orfanato y le proporcionaron apoyo financiero. Además, contribuyeron financieramente con contratistas locales para reparar techos. Según el Diácono Ortiz, algunas de las iglesias no podían usarse por motivos de seguridad después del desastre natural de 2017. Además, las donaciones del grupo apoyaron a las empresas locales y a los pobres. La Sociedad Fraterna de la Misericordia, socia de Reconstruyendo Esperanza en Puerto Rico, fue quien administró las contribuciones.

Las misiones futuras, dijo el Diácono Ortiz, tendrán un tema y estarán dirigidas por un director espiritual, para garantizar que los participantes se centren en la experiencia espiritual además del trabajo físico.