Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Atlanta’s newest transitional deacons, Rev. Mr. Robert Cotta, left center and Rev. Mr. Paul Nacey, right center, are joined by Father Martin Zielinski, associate professor in the Department of Church History at Mundelein Seminary, Mundelein, Ill., far left, and Father Deogratias Ekisa, vice rector of Notre Dame Seminary, New Orleans, La., far right, for a post ordination photograph outside the Cathedral of Christ the King, Atlanta. Cotta and Nacey were ordained June 13. Photo By Michael Alexander

Atlanta

Dos diáconos de transición son ordenados el 13 de junio   

By SAMANTHA SMITH, Redactora  | Published junio 24, 2020  | Available In English

ATLANTA—La Catedral de Cristo Rey en Atlanta se llenó de alegría y emoción el día en el que dos hombres completaron una etapa más en su camino hacia al sacerdocio.

El sábado, 13 de junio, el Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., ordenó a Robert “Robbie” Cotta y Paul Nacey como diáconos de transición para servir en la Arquidiócesis de Atlanta.

La misa fue celebrada por el Obispo Joel M. Konzen, SM; el Obispo Bernard E. Shlesinger III; el Padre Tri John-Bosco Nguyen, director de vocaciones; y el Padre Rey Pineda, director asociado de seminaristas. Otros sacerdotes, diáconos y seminaristas asistieron a la ceremonia.

Debido a la pandemia del COVID-19, la asistencia a la catedral estuvo limitada. La misa estuvo disponible en vivo y fue vista por más de 400 espectadores.

Mientras Cotta y Nacey miran hacia el futuro a un año de bautismos, predicando el Evangelio y sumergiéndose en comunidades de fe locales, el Arzobispo Hartmayer elaboró ​​sobre sus roles durante su homilía.

“Como diáconos, deben llevar el amor infinito e incondicional del Padre a quienes están en la periferia de la sociedad”, dijo el arzobispo. “Deben hacerlo no desde lejos, sino identificándose con ellos. Deben volverse pobres con los pobres. Deben sufrir con los que sufren. Deben experimentar la desesperanza de los desesperados para convencerlos de que nada puede interponerse entre nosotros y el amor de Jesucristo”.

El arzobispo animó a Cotta y Nacey a luchar contra el ajetreo de nuestra sociedad, que causa actitudes pasivas, falta de conciencia e insensibilidad básica.

“Su ministerio diaconal en los próximos meses debe ser un medio por el cual Cristo nos llame de regreso de dicha auto-complacencia”, dijo el Arzobispo Hartmayer. “Su ordenación diaconal los fortalecerá en el mandato del Señor, para servir y no ser servidos. Eso debe impregnar su carácter personal, su formación humana y su identidad sacerdotal”.

Durante su homilía, el arzobispo también incentivó a la oración.

“Ustedes no pueden ser sirvientes en el espíritu de Jesús sino oran constantemente”, señaló el Arzobispo Hartmayer. “En la oración, asumirán la mente y el corazón del Buen Pastor. Mis queridos hermanos, la oración no es opcional. Para un ministro de Jesús, debe ser la sangre que les da la vida, su fuente de inspiración, su apoyo indispensable”.

Las familias proporcionan la fundación
Al final de la celebración, el Arzobispo Hartmayer mencionó a Kay Nacey, madre de Paul Nacey, que no tendría que mover un dedo en su casa ahora que hay dos diáconos en la familia. El Padre de Paul, Wayne Nacey, es diácono en Carolina del Norte y ayudó a Paul con la investidura durante la misa.

“No sé cómo va a hacer con dos diáconos en su hogar”, comentó el Arzobispo Hartmayer. “Pero le puedo asegurar que han sido ordenados para servir. Nunca más tendrá que poner una mesa ni lavar otro plato nuevamente. Tiene dos diáconos, no hay excusa.”

Los comentarios del arzobispo fueron recibidos con sonrisas y risas de la congregación.

Oriundo de Dallas, Texas, Paul Nacey señaló que su familia fue fundamental en su camino hacia el sacerdocio.

“Mi familia me crió y me mantuvo cerca de la Iglesia”, indicó Paul.

Anteriormente, el Diácono Wayne Nacey sirvió en la Iglesia de San Pedro en LaGrange.

Durante el próximo año como diácono de transición, Paul espera con ansias los bautismos y la recepción de las personas en la Iglesia. Su asignación como diácono de transición será en la Iglesia de Santa Bernadette en Cedartown.

El Diácono Wayne espera que su hijo aprenda a servir a la gente en su nueva parroquia.

“La gente te deja entrar en sus vidas, y en muchos sentidos es una gran bendición”, comentó.

La familia está emocionada por Paul, dijo el Diácono Wayne. Lo más importante es que está respondiendo al llamado de Dios, indicó.

El llamado al sacerdocio ha estado en el corazón de Robbie Cotta desde que era pequeño.

“Lo noté por primera vez en la misa”, dijo. “Me atrajo lo que estaba haciendo el sacerdote. Y a medida que mi madre me explicaba todo lo que estaba sucediendo, me sentía cada vez más fascinado por la sagrada liturgia”.

Cotta nació y creció en Johns Creek, donde asistió a las parroquias de San Benediacto y Santa Brígida.

“Ambas de esas comunidades de fe jugaron un papel muy importante en mi propia formación a medida que encontraba a Cristo en la belleza de la sagrada liturgia; presenciaba un sacerdocio vivido con fidelidad, devoción y amor; y encontraba a Cristo en la Eucaristía”, señaló Cotta. Él fue investido por los diáconos Leo Gahafer y Tom Huff, quienes sirven en Santa Brígida.

Los bautismos y la predicación son los aspectos que Cotta está ansioso de experimentar en el ministerio diaconal. También espera oficiar algunas de las bodas de sus amigos durante el próximo año. Cotta servirá como diácono en la iglesia de San Felipe de Jesús en Forest Park.

Kathy Cotta se siente humilde y feliz de que Dios haya elegido a su hijo y lo haya ayudado en el camino hacia el sacerdocio. Ella mencionó que el corazón, la empatía y el espíritu amoroso de su hijo servirán bien al ministerio.

“Nunca ha conocido a un extraño”, agregó.

Debido a la pandemia del coronavirus, no hubo celebración en la iglesia después de la misa de ordenación. Sin embargo, Nacey y Cotta separaron un tiempo para sentarse en la catedral vacía para su oración del mediodía.

“No puedo describir la humildad que se siente ser elegido por Cristo, a pesar de todas mis imperfecciones, para participar en este ministerio de compasión, auto-entrega y amor”, se؜ñaló Cotta.