Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

St. Clement Church’s recent renovations included its sanctuary. A new altar was donated and consecrated on March 8. Parishioners donated their own time and treasure to make various projects around the parish happen. Photo by Oralia Gollaz

Calhoun

Renovación de espacios y nuevo altar de San Clemente son fruto del trabajo de los feligreses

By IMELDA RICHÁRD, Especial para el boletín | Published abril 8, 2020  | Available In English

CALHOUN— Después de muchos meses de haber recaudado fondos, la comunidad de la Iglesia de San Clemente en Calhoun se reunió para participar en la consagración de un nuevo altar el domingo, 8 de marzo. El Obispo Joel M. Konzen, SM, administrador diocesano, celebró la Misa de consagración. Como gesto de amistad con el Padre Feiser Muñoz, párroco de San Clemente, el Obispo Luis Zarama de la Diócesis de Raleigh en Carolina del Norte y Mons. Frank McNamee, rector de la Catedral de Cristo Rey, fueron los concelebrantes.

El Obispo Zarama, ex obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Atlanta, trajo al Padre Muñoz desde su  natal Colombia 14 años atrás para prepararse para servir como sacerdote. La primera asignación del Padre Muñoz fue en la catedral.

“Quiero agradecerle a todos los que generosamente donaron su trabajo, su tiempo y sus talentos para este proyecto. Gracias por hacer esto realidad en la vida de esta parroquia”, dijo el Obispo Konzen mientras comenzaba la celebración de la misa.

La iglesia de San Clemente es el hogar de cerca de 1.000 familias. Aunque los miembros de esta comunidad son de muchas nacionalidades, aproximadamente la mitad de los feligreses son de origen hispano.

La renovación de la parroquia comenzó en 2017 cuando el Padre Muñoz fue asignado como párroco. Bajo la guía y el liderazgo de los consejos parroquial y financiero, este proyecto comenzó a tomar forma. Primero empezó con las oficinas parroquiales y se expandió al espacio de adoración. Las dos sacristías fueron renovadas y amuebladas con gabinetes y pisos nuevos, y recibieron una nueva capa de pintura. Se eliminó una tercera sacristía para que la congregación tuviera más espacio en el santuario.

La renovación del santuario comenzó en octubre de 2018. El espacio fue rediseñado y ampliado. El área del coro se trasladó a la parte posterior de la iglesia donde se construyó un escenario. Muchos feligreses se ofrecieron como voluntarios para pintar, colocar los pisos, renovar las bancas e instalar un nuevo sistema de sonido. Las familias parroquiales hicieron y cumplieron promesas para contribuir financieramente a diferentes etapas de este proyecto y la comunidad también organizó ventas de alimentos y festivales para recaudar fondos. El nuevo altar fue donado.

Amador Granados ha sido feligrés de San Clemente por los últimos 15 años. Cuando comenzó a venir a la parroquia a mediados de la década de 1990, no había servicios en español. Granados ha visto el crecimiento de la comunidad hispana durante estos años. Ahora la parroquia ofrece tres misas en español todos los domingos.

“Tenemos un altar nuevo, pisos nuevos y bancas nuevas. Hicimos eventos y vendimos tacos para ayudar a recaudar fondos. Las personas en nuestra comunidad que trabajan en la construcción ofrecieron su tiempo y talento para instalar los pisos, pintar y hacer lo que fuera necesario. Quizás no seamos ricos en dinero, pero somos ricos en fe”, dijo Granados.

Un nuevo altar
En la celebración de la misa, el sacrificio de Cristo se hace presente en el altar. El altar a menudo se conoce como la “mesa del Señor”. En el altar, los fieles se unen a la obra redentora de Cristo, la cual culmina en la crucifixión.

El altar también es visto como un símbolo de Cristo. A este se le rinde reverencia inclinándose ante él, utilizando incienso y cuando el sacerdote lo besa al comienzo y al final de la misa. Estos actos de reverencia están destinados a recordarnos que el altar es un símbolo del Señor.

La consagración es el acto por el cual algo se separa de un uso común a uno sagrado, o por el cual una persona o cosa se dedica al servicio y la adoración de Dios. La consagración del altar conmemora la mesa que se reserva para el banquete eucarístico dedicado a Dios.

Anteriormente se intentaban construir altares e iglesias directamente sobre las tumbas de los santos. En la actualidad, se toman piezas de las reliquias de las tumbas originales de los mártires para que las nuevas iglesias puedan incluirlas en sus altares. Es habitual que una iglesia tenga una reliquia en sus altares del santo al que ha sido dedicada, por lo tanto este nuevo altar tiene una reliquia de San Clemente.

Clemente de Roma fue el tercer sucesor de San Pedro y fue papa durante la última década del primer siglo. Es uno de los cinco “Padres Apostólicos” de la iglesia, quienes se cree que conocieron personalmente a uno o más de los apóstoles o que recibieron la influencia de los apóstoles en su ministerio. Clemente fue encarcelado bajo el Emperador Trajano. Durante este tiempo, dirigió un ministerio entre sus compañeros prisioneros. Fue ejecutado atado a un ancla y arrojado al mar. San Clemente es el santo patrón de los marineros, y su fiesta se celebra el 23 de noviembre.

El rito de consagración comenzó con la letanía de los santos, una de las oraciones más antiguas de la Iglesia Católica. Es una oración a la Santísima Trinidad que incluye invocaciones por la intercesión de la Virgen María, los ángeles y todos los mártires y santos. Concluye con una serie de súplicas a Dios.

El Obispo Konzen ungió el nuevo altar de la parroquia de Calhoun con aceite del crisma sagrado, vertiéndolo en el centro del nuevo altar y en sus cuatro esquinas. El crisma sagrado es una mezcla de aceite de oliva, símbolo de la riqueza de la gracia de Dios, y la fragancia de bálsamo, símbolo de la dulzura de la virtud cristiana. Luego utilizó el incienso para simbolizar la oración que debe ascender del altar al cielo.

“Nosotros los católicos hemos sido bendecidos con ricas obras artísticas en nuestras iglesias, no solo como adornos adicionales sino como verdadero reflejo de nuestras creencias. La presencia en nuestras iglesias de imágenes, arte sagrado, hermosos recipientes, vestimentas para la celebración de la Eucaristía, campanas, incienso y velas, magnifica la esencia misma de nuestra fe”, señaló el Obispo Konzen en su homilía. “Con nuestros sentidos del tacto, la vista, el gusto, el olfato y el oído, experimentamos la presencia de Dios. En la Eucaristía, Dios viene a nosotros a través del cuerpo de su hijo Jesucristo para traernos vida y gracia. Y en el centro de este maravilloso mobiliario de nuestra vida religiosa se encuentra el altar, la mesa del sacrificio del Señor. Esta mesa ahora está situada en nuestras propias vidas, para albergar el banquete de la vida al que siempre estamos invitados”.

La misa marcó la culminación de la fe y el arduo trabajo de los feligreses de San Clemente.

“Quiero agradecer al pueblo de Dios, ustedes son el pueblo de Dios, por haber hecho esto posible. Gracias por su generosidad, por su apoyo, por su confianza y por creer en su iglesia”, dijo el Padre Muñoz a la congregación.