Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

The group of 19 priests participating in the Catholic Extension trip to the Diocese of Brownville, Texas and Mexico visited La Lomita Chapel in Texas. The diocese is in the midst of a dispute over land adjacent to La Lomita, which the current administration has identified as a site where a new border wall would be built. Photo by Rich Kalonick/Catholic Extension.

Atlanta

Sacerdotes de Atlanta se unen a viaje de la Sociedad de Extensión Católica a la frontera

By SAMANTHA SMITH | Published octubre 10, 2019  | Available In English

ATLANTA—El 29 de septiembre, la Iglesia Católica conmemoró el Día Mundial de los Migrantes y Refugiados, una ocasión para expresar preocupación por las personas vulnerables sin un hogar y aumentar la conciencia sobre la migración.

En su mensaje del día, el Papa Francisco cuestionó la forma en que la sociedad ve a los migrantes, los refugiados, las personas desplazadas y las víctimas del tráfico humano.

“La presencia de migrantes y refugiados, y de personas vulnerables en general, es una invitación a recuperar algunas de esas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana y nuestra humanidad que corren el riesgo de pasar desapercibidas en una sociedad próspera”, dijo.

Para obtener más información sobre la difícil situación de los inmigrantes, 19 sacerdotes de varias diócesis se unieron a la Sociedad de Extensión Católica en un programa de inmersión misionera para párrocos del 16 al 18 de septiembre, para viajar a la Diócesis de Brownsville en Texas y a un refugio para migrantes en México.

Después de una invitación personal de la Sociedad de Extensión Católica, el Padre Mark Horak, SJ, párroco de la iglesia de Santo Tomás Moro en Decatur, invitó a otros dos sacerdotes de Atlanta a acompañarlo en la experiencia. El Padre Victor Galier de la iglesia de San Antonio de Padua en Atlanta y el Padre Bryan Small de la iglesia de San Pedro y San Pablo en Decatur, aceptaron la oportunidad de aprender más sobre lo que está sucediendo en la frontera entre Estados Unidos y México.

Quería “ir a ese lugar y verlo por mí mismo”, dijo el Padre Small.

Desde su fundación en 1905, la Sociedad de Extensión Católica ha proporcionado fondos y recursos a diócesis alrededor de los Estados Unidos y otros países. El programa apoya a las comunidades católicas pobres y a menudo aisladas a través de diversos medios, como la construcción y reparación de instalaciones de la Iglesia, la educación de hombres y mujeres religiosos y el apoyo a los ministerios universitarios y de divulgación.

En 2018, la Sociedad de Extensión Católica lanzó el programa de inmersión misionera para párrocos, que les permite experimentar la iglesia en las zonas pobres del país. Esta oportunidad permite que el clero de comunidades pobres comparta sus historias y recuerde a los sacerdotes visitantes que la Iglesia es más grande que sus propias parroquias.

Este programa de inmersión incluyo a sacerdotes de las arquidiócesis de Atlanta, Chicago, Boston y Louisville, y a párrocos de las diócesis de Cleveland y Providence. La Sociedad de Extensión Católica apoya financieramente ministerios de los lugares visitados.

Hermanas en el área

La Diócesis de Brownsville es el hogar de más de un millón de católicos que asisten a 71 parroquias y 44 misiones. Solo hay un sacerdote por cada 9.300 católicos. Brownsville se encuentra en la parte más meridional de Texas en el Golfo de México, muy cerca de la frontera entre los Estados Unidos y México.

Mientras estuvo en la Diócesis de Brownsville, la delegación de sacerdotes visitó La Posada Providencia, un refugio en San Benito, Texas fundado en 1989. La Hermana Zita Telkamp de las Hermanas de la Divina Providencia ha servido como directora permanente del refugio desde 2009, expandiéndo no solo los terrenos sino también los recursos para apoyar a los clientes.

La Posada es un ministerio para apoyar a personas en crisis de todo el mundo que buscan refugio legal en los EE. UU. Según las Hermanas de la Divina Providencia, el personal del refugio brinda un hogar seguro y acogedor, mentores para promover la autosuficiencia y la integración cultural, e imparte valores que atestiguan la providencia de Dios en nuestro mundo.

El Proyecto Desarrollo Humano, operado por las Hermanas Misioneras del Inmaculado Corazón de María, fue otra parada en la experiencia de inmersión. Iniciado en 2004, el proyecto es una organización sin fines de lucro ubicada en un vecindario pobre, que ofrece clases, servicios sociales y misa dominical. También tienen un huerto comunitario para que las personas puedan cultivar vegetales y aprender sobre nutrición.

Los párrocos también estuvieron en el Centro de Relevo Humanitario en McAllen, Texas. Auspiciado por Caridades Católicas del Valle del Río Grande, el centro es un lugar donde migrantes con estatus legal temporal encuentran comida, refugio y apoyo.

“Lo que veo es la necesidad de responder a la dignidad de las personas que llegan a nuestra frontera y necesitan nuestra ayuda”, dijo la Hermana Norma Pimentel, MJ, líder del centro y directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande.

El grupo también visitó un refugio para migrantes en Reynosa, México, operado por las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. El refugio “ha visto pasar a decenas de miles de personas por sus puertas, personas que vienen ya sea con la esperanza de ingresar a los Estados Unidos o que han sido deportadas recientemente”, señaló el Dr. Tim Muldoon, director de educación misionera para la Sociedad de Extensión Católica.

El Padre Horak admitió estar admirado por el “maravilloso trabajo que las mujeres religiosas están haciendo en la frontera en nombre de los pobres”. “Estaban llenas de alegría”, a pesar de que están haciendo un trabajo difícil y frustrante.

El testimonio de muchas mujeres religiosas y otras personas involucradas en estos lugares es profundamente poderoso, afirmó el Padre Small.

“Realmente están representando lo mejor de la Iglesia”, añadió.

Libertad religiosa

Los sacerdotes también visitaron una capilla llamada La Lomita en Mission, Texas, fundada por los Misioneros Oblatos de María Inmaculada hace más de un siglo.

Debido a la ubicación de la iglesia, la Diócesis de Brownsville y el gobierno federal están involucrados en una disputa sobre el uso de algunas de sus tierras para construir un muro fronterizo.

“Tal estructura limitaría la libertad de la iglesia para ejercer su misión en el Valle del Río Grande, y sería de hecho una señal contraria a nuestra misión”, dijo el Obispo Daniel Flores de Brownsville en una declaración diocesana.

Este tema de libertad religiosa en la Diócesis de Brownsville, “que el gobierno entre… y tome tierras en las que los católicos han estado adorando durante más de un siglo, es algo que debería de preocupar a las personas de buena fe”, señaló el Padre Galier.

Un llamado del Evangelio

El Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU. trabaja para proteger a la nación en varias áreas, incluyendo ciberseguridad, respuestas de emergencia y seguridad fronteriza. El departamento se encarga de hacer cumplir las leyes y regulaciones en la frontera de los Estados Unidos, las cuales cambian de manera continua.

Los asuntos de inmigración y asilo están interrelacionados, pero no son lo mismo, explicó el Padre Small.

“También hay una profunda falta de comprensión sobre la manera en la que funciona el proceso de asilo”, mencionó. “Estas son situaciones muy complejas y no hay una respuesta exclusiva”.

El Padre Galier señaló que las políticas actuales de los Estados Unidos están haciendo que las personas se agrupen al otro lado de la frontera, causando que los centros en los Estados Unidos sean subutilizados.

“Hubo varios lugares a los que fuimos que estaban algo vacíos”, dijo.

Unas semanas antes del viaje, algunos centros de los EE. UU. estaban llenos de inmigrantes, explicó el Padre Horak.

“El cuidado de los inmigrantes y refugiados es un llamado del Evangelio”, dijo el sacerdote. “Muchos católicos ven esto como una cuestión política en lugar de una respuesta evangélica”, añadió.

“Ellos son nuestros hermanos y hermanas”, afirmó el Padre Galier. “Tienen una necesidad apremiante de obtener una mejor respuesta del gobierno y el pueblo estadounidense”.

La experiencia de inmersión para los párrocos renovó mi deseo de estar más comprometido con los pobres, dijo el Padre Horak, quien anteriormente trabajó como abogado de inmigración, principalmente en Baltimore, Maryland. Después de servir en una parroquia durante más de quince años, el Padre Horak se dio cuenta de que extrañaba servir directamente a los pobres en áreas remotas.

“El viaje abrió nuevamente mi corazón a esa población y mi deseo de ayudarlos”, señaló.

Muchas organizaciones católicas asisten a las personas a ayudar a las familias en la frontera. La Sociedad de Extensión Católica, la Red de Inmigración Legal Católica, Inc. (CLINIC por sus siglas en inglés), Caridades Católicas y Servicios de Alivio Católicos (CRS por sus siglas en inglés) están comprometidas a ayudar a los inmigrantes y refugiados. Sus sitios web proporcionan recursos y formas de ayudar.

La Campaña Compartiendo el Viaje, lanzada por el Papa Francisco en 2017, fomenta una “cultura de encuentro” entre los migrantes y las comunidades, invitándolos a unirse y a compartir historias para fortalecer los lazos. Esta campaña, dirigida por Caritas Internationalis, incluye varios recursos y formas para que los católicos comprendan y apoyen la migración.

“Somos una Iglesia universal, no nacional”, es lo que el Padre Small espera que los católicos recuerden. “Ver a tanta gente tratar esto como un problema humanitario y no exclusivamente político fue muy emotivo”.

Es a través de los migrantes, dijo el Papa Francisco, que “el Señor nos invita a reapropiarnos de nuestra vida cristiana en su totalidad y a contribuir, cada uno según su propia vocación, a la construcción de un mundo que responda cada vez más al plan de Dios”.


Obtenga más información sobre la Sociedad de Extensión Católica en www.catholicextension.org.