Photo by Jackie Holcombe

ATLANTA—La Provincia de Nuestra Señora de los Ángeles recibió con beneplácito a un nuevo fraile sacerdote, Fray Franck Lino Sokpolie, OFM Conv., quien fue ordenado sacerdote por el Fray Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., el sábado, 19 de julio, en la Iglesia de Holy Cross en Atlanta.  

Durante su homilía, el Arzobispo Hartmayer dijo: «No es un secreto que para mí es una gran alegría estar con ustedes, mi familia franciscana conventual, para ordenar a nuestro hermano, Fray Franck Lino Sokpolie, al sacerdocio de Jesucristo. Dios no solo llama, sino que capacita. Cristo mismo pone sus palabras en sus bocas, convirtiéndolos en sus heraldos, sus predicadores, sus ministros de los sacramentos».  

«La credibilidad de un sacerdote no se trata nunca de edad ni estatus, sino de santidad. No está solo en su predicación, sino en su conducta, a través de la humildad, la sencillez franciscana y el servicio gozoso. Sé testigo en el amor, especialmente para aquellos que les cuesta tener fe, proclamando a Cristo crucificado, incluso a costa de lo que cueste. En pureza, manteniendo tu corazón completo para el Señor». 

Oriundo de Togo, África Occidental, Fray Lino es hijo de Emilie y Ange Sokpolie. Hace veinte años, él y su familia, incluyendo a sus hermanas Sonia, Angela y Elodie, se mudaron a Richmond, Virginia. Proviene de una familia con múltiples vocaciones a la Iglesia Católica: su tía es monja benedictina en Francia, y dos de sus tíos son sacerdotes en Togo, uno abad benedictino y el otro rector de un seminario diocesano.

Friar Franck Lino Sokpolie, OFM Conv., speaks about his vocation journey to those attending his ordination Mass July 19 at Holy Cross Church, Atlanta. Photo by Jackie Holcombe

La cercanía con sus tíos y la alegría que sentían por sus vocaciones inspiraron lo inspiraron a considerar su propia vocación.  

«Aunque la historia de su vocación me conmovió profundamente, durante mi adolescencia creí que el sacerdocio era solo un sueño de la infancia», indicó. «Sin embargo, durante mi primer año universitario, comencé a discernir mi vocación de nuevo».  

Sobre las numerosas vocaciones de la familia Sokpolie a la Iglesia, el Arzobispo Hartmayer dijo: «Para una familia arraigada en la oración, este es un testimonio de fe».  

Al concluir la misa de ordenación, el Ministro Provincial de Nuestra Señora de los Ángeles, Fray Michael Heine, OFM Conv., expresó su gratitud a la familia del fraile por confiar a su hijo a la orden y se dirigió directamente al recién ordenado diciendo, «Lino: aquí, en el sur profundo, tenemos la bendición de llamarte nuestro hermano. La Iglesia tiene la bendición de llamarte fraile-sacerdote. Nos recuerdas que, por la gracia de Cristo, nuestra hermandad franciscana, nuestras relaciones franciscanas, son más fuertes que cualquier barrera racial o cultural que pueda surgir. Por favor, sé quien naciste para ser. Celebra tu cultura. Honra tu punto de vista. Vive desde lo más profundo de tu corazón. Con tu sí, enriqueces a la parroquia de Holy Cross, a la Iglesia y a la Orden Franciscana». 

Mientras exploraba la vida religiosa, Fray Lino consideró varias comunidades. En cada fin de semana de discernimiento de Ven y Mira, sentía que faltaba algo y no lograba identificarlo. Su madre le sugirió que también considerara a los franciscanos o dominicos, pero él se inclinaba por los benedictinos. Un día, buscó «franciscanos» en Google, y el Santuario de San Antonio en Ellicott City fue el primer sitio web que visitó.  

«Finalmente, envié un correo electrónico al santuario y a la Abadía Benedictina de San Meinrado, dejando que Dios me guiara. Quien respondiera primero, lo consideraría una señal», dijo Fray Lino. «El santuario respondió a la mañana siguiente. Confié en que esa era la manera en que Dios me guiaba, y casi 12 años después, estoy siendo ordenado sacerdote fraile».  

Fray Lino reflexiona a menudo sobre las palabras de San Benito José Labre: «La Providencia de Dios nunca deja a quien confía en Dios como debe», lo cual considera cierto. Durante su primer fin de semana de Ven y Mira con los frailes, se dio cuenta de que lo que faltaba no era comida, sino la comunidad: ver a los frailes ser auténticos, bromeando, riendo y apoyándose mutuamente. Esa experiencia consolidó su vocación, y el resto es historia.  

«Comenzar este nuevo capítulo en mi camino franciscano me ha dejado sin palabras, solo gratitud», compartió Fray Lino. «Espero con ilusión las experiencias que conlleva ser un fraile sacerdote. Estoy en paz, feliz y agradecido de que Dios me haya permitido vivir mi vocación de esta manera».  

Friar Franck Lino Sokpolie, OFM Conv., lays hands in prayer over Archbishop Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., at Holy Cross Church July 19.

Fray Lino obtuvo su Maestría en Divinidad en 2025 en la Escuela Oblata de Teología en San Antonio, Texas. Es licenciado en Estudios Franceses y Francófonos de la Universidad Católica de América en Washington, D.C., donde también cursó filosofía y obtuvo un certificado avanzado en Estudios Europeos. Su primera tarea como fraile sacerdote será servir a la gente de la iglesia Holy Cross en Atlanta, trabajando estrechamente con la comunidad hispana. Pasó dos veranos en Colombia, aprendiendo español y ejerciendo su ministerio junto a frailes en Bogotá y Medellín.  

Desde su incorporación a la provincia, ha desempeñado sus funciones en la iglesia de St. Phillip Benizi en Jonesboro; St. Paul Roman Catholic Church en Kensington, Connecticut; trabajando con frailes jubilados en Rensselaer, Nueva York; y ejerciendo su ministerio en la escuela católica St. Ann-Pacelli en Columbus, Georgia. Fray Lino profesó sus votos simples el 21 de julio de 2016 y sus votos solemnes el 30 de julio de 2021. Fue ordenado diácono el 6 de abril de 2024 en The Basilica of the National Shrine of the Little Flower en San Antonio.  

En su tiempo libre, Fray Lino disfruta jugando al tenis, leyendo, durmiendo y, ocasionalmente, haciendo senderismo con amigos, aunque admite que con cierta resistencia. 

Al final de su Misa de Ordenación, Fray Lino dijo: «Qué gran regalo me ha dado Dios, no solo el don de mi vocación, sino también la bendición de verlos a todos aquí hoy, las muchas personas que me han ayudado a convertirme en quien soy. Hoy veo el tapiz de mi camino vocacional, donde cada hilo representa un momento, una persona, un paso en el camino. ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Y gracias!».  

Después añadió: «En mis votos solemnes, dije “Sí,” acepto vivir mi vida de una manera particular; en mi diaconado, renové ese compromiso de servir al pueblo de Dios. Y ahora, como fraile sacerdote, repito “Sí,” acepto con todo mi corazón. Me he convertido en lo que amo, y lo que amo me ha moldeado, primero como fraile y ahora como fraile sacerdote. Por favor, oren por mí. Les aseguro que yo oraré por todos ustedes».