ATLANTA— Hace tres semanas, Aimee Viana se estaba mudando con su familia de Virginia a Georgia, ayudaba a su hija a trasladarse a su dormitorio universitario y preparaba a sus dos hijos más pequeños para su primer día de escuela. Para añadir al caos, Viana necesitaba prepararse para su propio primer día de escuela como nueva presidenta de Holy Spirit Preparatory School.

La familia es el motor detrás de los valores de Viana. Ella sabe lo agitada que es la temporada de regreso a clases y entiende el estrés que sienten los padres cuando se preparan para un año escolar sólido. En tiempos estresantes, recuerda los valores morales que le inculcaron sus padres.

Como hija de inmigrantes cubanos, Viana aprendió a valorar la familia, la fe y la libertad. Sus padres trabajaron bastante duro para brindarles, a ella y a su hermana, “el mejor regalo, una educación católica”, indicó.

“Siempre estaré profundamente agradecida por su compromiso y sus esfuerzos”, comentó. “Hicieron una gran inversión de sí mismos para poder brindarnos eso. Siento que lo que hago en muchos sentidos es representativo de ese espíritu”.

En su nuevo cargo, Viana hará eco de los principios que le enseñaron sus padres para garantizar que los estudiantes reciban una sólida educación católica en la escuela de Atlanta.

Por encima de su cargo de presidenta, Viana es madre y cultivará los dos roles para que las familias sientan que sus estudiantes son amados y protegidos.

“Me siento muy afortunada de poder dirigir una escuela que se esfuerza por formar a hombres y mujeres jóvenes para que vivan el potencial que Dios les dio”, dijo. “El catecismo nos enseña que los padres son los principales educadores de sus hijos y estamos aquí para colaborar con las familias. Tenemos una oportunidad sin precedentes de acompañar a las familias en la formación de sus hijos”.

Viana, quien anteriormente fue socia de Partners in Mission School Leadership Search Solutions, aporta una rica experiencia en educación a la preparatoria Holy Spirit.

Ocupó dos puestos en el Departamento de Educación de los EE. UU., uno como subsecretaria adjunta principal de la Oficina de Educación Primaria y Secundaria, y el otro como directora ejecutiva de la Iniciativa de la Casa Blanca sobre Excelencia Educativa para Hispanos.

Antes de vivir en Virginia, Viana y su familia residieron en Carolina del Norte. En la Diócesis de Raleigh, se desempeñó como directora ejecutiva sénior de la Secretaría de Formación de Laicos, Matrimonio y Vida Familiar y como directora de dos escuelas católicas.

“He tenido la bendición de servir al pueblo de Dios en una amplia variedad de formas, pero lo que nunca me ha faltado es ese compromiso con los niños, las familias y los jóvenes, y servirles con el objetivo final de cambiar vidas”, afirmó.

Como directora ejecutiva de la Iniciativa de la Casa Blanca sobre Excelencia Educativa para Hispanos, Viana promovió los objetivos estratégicos del Departamento de Educación para satisfacer las necesidades de los estudiantes hispanos en todo el país, desde el preescolar hasta la educación superior, dijo.

Con una cantidad significativa de estudiantes hispanohablantes en la preparatoria Holy Spirit, Viana considera que poder establecer una comunicación con los estudiantes y sus familias es una bendición.

Ella siente que el simple hecho de poder comunicarse en el idioma en el que ellos se sienten más cómodos será un elemento fundamental para apoyar una atmosfera segura en la preparatoria.

“Creo firmemente que las relaciones son la base sólida” sobre la que se construyen las comunidades escolares, afirmó. “Tengo una pasión por construir una cultura escolar positiva y alegre. Para que cuando cada persona en la comunidad escolar se sienta vista, amada y respetada, eso, pienso, conduzca a la construcción del reino de Dios”.

Los hijos más pequeños de Viana son estudiantes de décimo y primer grado en la escuela preparatoria Holy Spirit.
“Valoro el hecho de que no solo soy presidenta, sino también madre de familia en la escuela”, señaló. “Esto me permite ver realmente el espectro de la experiencia educativa de los estudiantes aquí”.

Viana dijo que ella y su esposo hacen todo lo posible por vivir la fe con sus hijos de una manera que sea “muy real”. Son feligreses de la Iglesia del Espíritu Santo.

“La fe es un regalo que le damos a nuestros hijos, y ambos somos educadores, así que me gusta pensar que enseñamos con el ejemplo”, comentó.

La futura presidenta dijo que se siente llamada a este nuevo rol.

“Mi objetivo es motivar y empoderar a nuestros estudiantes, profesores, personal y familias para crear una comunidad satisfecha y continuar ofreciendo una educación transformadora a través de valores atemporales”, agregó. “Estamos comprometidos con una excelencia académica centrada en Cristo. Mi objetivo es formar hombres y mujeres jóvenes fieles”.