Vatican City
Canonización de San Oscar Romero, un sueño hecho realidad para los católicos
By MELISSA VIDA y JUNNO AROCHO ESTEVES, Catholic News Service | Published octubre 24, 2018 | Available In English
ROMA (CNS)—Para muchos peregrinos de El Salvador y para muchos católicos que se centran en el vínculo entre la fe y la justicia, esperar la canonización de San Oscar Romero fue un ejercicio de paciencia.
La declaración de la santidad del arzobispo salvadoreño, quien fue asesinado mientras celebraba una misa en 1980, enseña a los hombres y mujeres que “la santidad es, ante todo, un don”, el cual no llega rápidamente, dijo el Cardenal Luis Antonio Tagle de Manila, Filipinas.
“En Oscar Romero, vimos cómo luchó, cómo tomó el doloroso camino de reconciliar su comprensión anterior del Evangelio y el desempeño de la misión de la Iglesia con la apertura que proporcionó el Vaticano II”, dijo el cardenal a Catholic News Service después de celebrar una misa de vigilia el 13 de octubre.
“En un mundo en el cual todos están apurados, acelerados, y queremos que las cosas sean perfectas, bueno, él parce estar diciéndonos, ‘¡Tómenlo con calma, sean pacientes!’ Y si tienen que sufrir a través de su propio conflicto interno por amor, entonces vale la pena hacerlo”, dijo a CNS.
La misa precedió una conferencia y un concierto patrocinados por Caritas Internacional como parte de la celebración de las canonizaciones del 14 de octubre de San Romero y San Paul VI.
El Cardenal Tagle, presidente de Caritas Internacional, presidió la misa de vigilia junto con los Cardenales Oscar Rodríguez Maradiaga de Tegucigalpa, Honduras, y Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de El San Salvador.
Conteniendo sus lágrimas, el Cardenal Tagle dijo en su homilía que los verdaderos cristianos no dan testimonio de una ética o una ley, sino de “una persona, Jesús que me amó, que dio su vida por nosotros y yo experimenté ese amor, ¡esa caridad!”.
“Y cuando vivo por ese amor, mi vida se convierte en un testimonio del regalo que he recibido”, agregó. “Y la muerte no se convierte en el final de la vida, sino en su vértice. Cuando amamos, vivimos. Pero cuando amamos, también morimos. Es a través de la muerte que vivimos “.
El Cardenal Rodríguez señaló que la canonización de San Romero no era solo una razón para que El Salvador celebrara, sino para que toda Centroamérica lo hiciera, y añadió, “También es una razón para tener esperanza”.
San Romero “simplemente tomó su cruz”, mencionó el cardenal, “y fue una cruz pesada porque fue la cruz de sus hermanos (obispos) que no lo apoyaron, ya que fueron muy pocos quienes lo respaldaron e incluso en medio de eso, supo cómo avanzar hasta que triunfó”.
Para Manuel Roberto López, embajador de El Salvador ante la Santa Sede, solo hay una palabra que le viene a la mente como un salvadoreño que presencia la canonización del apreciado arzobispo: una bendición.
“Esa es la palabra que me viene a la mente porque siento que es una bendición que viene del cielo, no solo para los salvadoreños, sino para toda América Latina, para todo el mundo”, dijo López a CNS.
“Espero que los salvadoreños, especialmente los jóvenes, entiendan este mensaje y puedan vivir verdaderamente las enseñanzas de Romero porque, de lo contrario, su sangre será derramada en vano”, comentó. “San Romero está esperando ese fruto de nosotros”.
El Arzobispo Vincenzo Paglia, postulador de la causa de santificación de San Romero, señaló que creía que la canonización del arzobispo salvadoreño y de San Pablo VI marca un punto de inflexión para la Iglesia Católica.
“Para mí, esto no es solo una hermosa celebración”, dijo el Arzobispo Paglia a CNS el 13 de octubre. Las canonizaciones marcan “un nuevo paso para la Iglesia”.
“Habrá tres personas, dos que están en el cielo y una en la tierra: Pablo VI, Romero y el Papa Francisco, que se admiran mutuamente”, dijo el arzobispo. “Este tríptico es explosivo, y para mí, el mensaje es muy claro, esta es una Iglesia que ha elegido mezclarse con la historia y con la preferencia de los pobres”.
“Lo que los cardenales y sacerdotes que se opusieron (a la canonización de San Romero) no entienden es que (la fe de San Romero) no era teórica, era una fe combinada con los tiempos actuales, la caridad, la justicia y las fuerzas de un mundo cambiante”, anotó el Arzobispo Paglia.
Antes del amanecer del 14 de octubre, miles de peregrinos hicieron fila para ingresar a la Plaza de San Pedro para la misa de canonización; muchos de ellos llevaban bufandas y sombreros blancos y azules, los colores de la bandera de El Salvador.
“Hemos estado esperando desde la medianoche y no hemos dormido porque queremos estar entre los privilegiados. Estar aquí en representación de los 6 millones de salvadoreños que querían venir”, dijo a CNS José Antonio García, un peregrino salvadoreño que vive en Roma.
“Es un evento histórico, un día trascendental”, comentó a CNS Liliana Emeldy Reyes, otra peregrina que viajó desde El Salvador.
Así como Santo Romero es conocido por defender a los pobres y las víctimas de la represión militar de El Salvador en la década de 1970, algunos vieron su legado como algo politizado. Reyes le dijo a CNS que ella se encontraba entre los que tenían una opinión negativa de Romero hasta hace unos años.
“Mucha gente diría que estaba polarizando y que no era una persona universal, sino que solo luchaba a favor de la izquierda”, dijo Reyes a CNS. Ella cambió de opinión cuando conoció a los peregrinos que viajaron desde El Salvador para su beatificación en 2015. “Ahora sé que él es un hombre justo”, dijo.