Atlanta
Nuevo obispo espera asumir sus tareas como un cristiano diligente
By ANDREW NELSON, Staff writer | Published abril 19, 2018 | Available In English
ATLANTA—El Obispo Designado Joel M. Konzen, S.M, hizo su juramento de fidelidad a la Iglesia Católica en la víspera de su ordenación episcopal postrando su mano sobre un versículo del Evangelio de San Lucas que ha sido una inspiración para él.
Se trataba de la parábola del siervo inútil.
Hablando al final de las vísperas el 2 de abril en la Catedral de Christ the King, el obispo designado citó una traducción de este versículo, “Cuando hemos hecho todo lo que se nos manda, dijo, ‘Somos siervos inútiles, ya que habremos hecho lo que estábamos obligados a hacer'”.
Dijo que el versículo subraya que los cristianos “nos esforzamos por cumplir nuestro deber”.
“Jesús quiere decir que no ganamos ninguna recompensa meritoria cuando hacemos lo que Dios o los mandatos del Evangelio exigen de nosotros. Estamos simplemente cumpliendo con la parte del convenio en el que ingresamos el día de nuestro bautismo”, dijo.
“La paradoja aquí es que mientras trabajamos diligentemente en esta vida para ser útiles, nuestra meta final es ser inútiles, en el sentido que escuchamos a nuestro Señor proclamar que no obtendremos ni reconocimiento ni aclamación”.
En la víspera de su ordenación como uno de los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Atlanta, el Obispo Designado Konzen pidió a la congregación, ”Oren por mí, para que si soy digno del cargo que se me ha encomendado, con el tiempo pueda demostrarme a mí mismo que no merezco ninguna recompensa ante los ojos de Dios, al no haber cumplido con nada más que mi deber”.
El servicio del Lunes de Pascua siguió el patrón de oración de la tarde con el coro de la catedral y el director de música emérito Ham Smith liderando a la
congregación mientras cantaba himnos y salmos. Sacerdotes, seminaristas y docenas de amigos y familiares del nuevo obispo llenaron las bancas de madera.
El Arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico del Vaticano en los Estados Unidos, y los obispos actuales y eméritos de Savannah, el Obispo Gregory Hartmayer, O.F.M Conv. y el Obispo Kevin Boland, estuvieron presentes.
El maestro se convierte en obispo
El Padre Daniel Ketter, vicario judicial arquidiocesano, fue uno de los tres sacerdotes que llevaron las insignias que el nuevo obispo recibiría al día siguiente para su bendición: un anillo, una mitra blanca para su cabeza y un báculo, las cuales simbolizan su papel como pastor espiritual.
El Padre Ketter asistió a Marist School, en Atlanta, en la década de 1980, donde el futuro obispo sirvió como director y presidente, y se mantuvo en contacto con la comunidad de sacerdotes maristas uniéndose de vez en cuando a la comunidad para compartir una comida. La amistad creció a medida que compartían su interés en el seminario y el sacerdocio. Ketter pidió al entonces Padre Konzen que lo ayudara a ponerse su primera vestidura en su ordenación como diácono transitorio en 2007.
El Padre Ketter dijo en un correo electrónico que nada parece hacer tambalear al nuevo obispo designado.
“Él mantiene una actitud muy tranquila y pacífica en todas las circunstancias. Esto se pudo apreciar durante los acontecimientos que rodearon su elección y ordenación como obispo. En aquellas ocasiones en las que interactúe con él o lo escuché hablar después de que nos enteramos de su elección, él actuó como siempre lo ha hecho, sereno y tranquilo”, dijo.
Como jefe del Tribunal, el Padre Ketter trabajará estrechamente con el Obispo Designado Konzen, quien supervisará esa oficina desde el punto de vista administrativo.
“Tiene una gramática fabulosa”, comentó el padre. “Como alumnos aprendimos a revisar dos y tres veces cualquier cosa que tuviéramos que darle por escrito, ¡así que estaré revisando de nuevo mi trabajo dos y tres veces!”
El Arzobispo Wilton D. Gregory ha presidido este ritual de oración y reflexión en Atlanta tres veces, durante la ordenación de nuevos obispos auxiliares para la creciente arquidiócesis. Durante gran parte de la noche, el Arzobispo Gregory estuvo sentado en la cátedra, acompañado por los diáconos Alfred Mitchell y Bill O’Donoghue, mientras que el Obispo Designado Konzen estuvo sentado frente a él, junto a su nuevo colega, el Obispo Bernard E. Shlesinger III, obispo auxiliar de Atlanta.
“Un hijo de María”
Después de la homilía del arzobispo, el Obispo Designado Konzen, de pie en el altar, profesó el juramento de fidelidad, una promesa de lealtad a la Iglesia Católica y a todas sus enseñanzas, así como fidelidad y lealtad al Papa. Tanto él como el Arzobispo Gregory firmaron el texto.
Luego, el arzobispo bendijo el anillo, la mitra y el báculo, elementos que “deben recordarle a él y a todos nosotros sobre la misión de Jesús que el obispo designado ejercerá dentro de la Iglesia, no para su propia gloria sino para la edificación del cuerpo de Cristo en el norte y centro de Georgia”.
“(El Obispo Konzen) no es ajeno a esta comunidad y es profundamente amado y admirado por su largo y fiel servicio a la comunidad marista, mucha de la cual se ha reunido esta noche para orar junto con la Iglesia por él en estas vísperas”, dijo el Arzobispo Gregory.
Refiriéndose al nuevo obispo como un “Hijo de María”, el Arzobispo Gregory dijo que la comunidad católica local “lo acoge alegremente en sus oraciones para que la Madre de Dios, quien dio su hijo al mundo, acompañe a su hijo, Joel, en esta nueva misión”.
Comentando sobre el servicio de oración de la tarde, el arzobispo dijo, “El sol cósmico se pondrá en pocos minutos, pero esperamos que el servicio de Joel a la Iglesia de Cristo continúe trayendo gran brillo y paz a todos aquellos a quienes él servirá y establezca un profundo espíritu de esperanza y amor en su propio corazón diariamente”.
Después de las intercesiones, el Obispo designado Konzen habló y agradeció al Arzobispo Gregory y al Obispo Shlesinger por su “guía y buena voluntad”.
El tiempo de preparación para su ordenación lo ha hecho reflexionar sobre su vida como sacerdote durante casi 39 años y como miembro de la Sociedad de María durante 42. A la edad de 67 años, nunca pensó que estaría haciendo nuevas promesas de vida, dijo con una sonrisa, sino que simplemente se concentraría en mantener las que había hecho hace mucho tiempo.