College Park
El Congreso Eucarístico 2017 se enfoca en la importancia de Cristo en la Eucaristía
By GRETCHEN KEISER, Staff writer | Published junio 23, 2017 | Available In English
COLLEGE PARK—Al igual que Josué y su familia, los miles de asistentes al Congreso Eucarístico 2017 en la Arquidiócesis de Atlanta fueron incitados a hacer que el servicio al Señor fuera el fundamento de sus vidas.
El Arzobispo Wilton D. Gregory dijo a los presentes el 17 de junio que esperaba que la afirmación de Josué sobre su casa estuviera reflejada en sus mentes y corazones durante el congreso. La presencia de Dios es una roca firme en tiempos difíciles, mencionó.
La declaración de Josué, “Mi familia y yo serviremos al Señor,” fue el tema del congreso.
“Mi esperanza es que esta sea su determinación, su meta personal en estos tiempos tan desafiantes y difíciles en los que vivimos”, dijo el Arzobispo Gregory.
“Necesitamos la Eucaristía porque es Cristo viviendo en nosotros quien nos prepara para vivir con fe y valentía en este mundo impredecible y a veces bastante hostil”, añadió.
“En aquellos días en que los desafíos parecen ser demasiado grandes para ser superados o sobrellevados… existe una fuente de comprensión y fuerza que nos permite avanzar”, explicó. “De esto, es de lo que se trata este congreso y todos los demás congresos eucarísticos”.
Vivir vidas de fe, sustentadas por el divino alimento de la Eucaristía, fue la visión del congreso de este 16 y 17 de junio, la 22ª reunión de este tipo celebrada durante la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, fecha mejor conocida como la fiesta del Corpus Christi.
Considerada como la mayor reunión de católicos del sureste, el congreso se centra en la verdadera presencia de Jesucristo en la Eucaristía y reúne a gente de todos los cuadrantes, culturas e idiomas de la arquidiócesis en un solo cuerpo, el Cuerpo de Cristo en la zona media y norte de Georgia.
El espíritu del congreso comenzó el viernes, 16 de junio, en el Georgia International Convention Center, con un proyecto dedicado a los necesitados. En una iniciativa llamada Starve Wars II (Guera contra el Hambre II), equipos compuestos de familias, grupos parroquiales, compañeros de trabajo y otros individuos empacaron 100.000 comidas para la nación occidental africana de Burkina Faso. Esta iniciativa, la cual se llevó a cabo por primera vez en el congreso del año pasado, reunió cerca de $30.000 para combatir el hambre en asociación con Catholic Relief Services y los Ministerios de Justicia y Paz arquidiocesanos.
Kathy Montag, de los Ministerios de Justicia y Paz, citó las palabras del Catecismo de la Iglesia Católica: “La Eucaristía nos compromete a ocuparnos de los pobres”.
“Nosotros creemos firmemente que recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y ocuparnos de los más pobres y vulnerables, es vivir una vida completa, católica y eucarística lo cual es nuestro deber”, dijo.
Los católicos americanos enfrentan una “elección difícil”
Esa noche, más de 3.000 personas celebraron la misa de apertura ofrecida por el Obispo Luis R. Zarama y el Obispo Designado Bernard “Ned” Shlesinger. El Padre Neil Dhabliwala estuvo a cargo de la homilía. Después de la misa, la gente tuvo la oportunidad de participar en un servicio de sanación conducido por dos sacerdotes de la arquidiócesis, el Padre Michael Silloway y el Padre Carlos Vargas. Otros asistieron a “Revive!”, una sesión dedicada a los adultos jóvenes, o a una sesión para católicos en francés.
El sábado, 17 de junio, el congreso comenzó un día completo de actividades con una procesión eucarística de 10.000 personas aproximadamente y una bendición matutina. El programa se dividió después en sesiones en diferentes idiomas tales como inglés, español, vietnamita y lenguaje de señas americano. También hubo una sesión para estudiantes de escuelas intermedias y otra para niños pequeños. El evento finalizó esa noche con una misa de clausura dedicada a la vigilia del Corpus Christi. Una capilla para la adoración del Santísimo Sacramento estuvo disponible durante todo el día y se ofrecieron confesiones en varios idiomas. Cerca de 400 voluntarios sirvieron en una docena de funciones diferentes para permitir que el evento fluyera.
El día comenzó al aire libre con un colorido y festivo despliegue mientras las personas se reunían para la procesión. El estacionamiento se llenó alrededor de las 9:00 a.m. Por más de una hora, grupos de parroquias, misiones y escuelas, ministerios y congregaciones religiosas y laicas ingresaron al centro de convenciones en College Park llevando más de 100 estandartes, algunos tocando tambores, cantando, agitando serpentinas o haciendo sonar los cascabeles de los trajes típicos que vestían los matachines.
Después de la procesión, el Arzobispo Gregory condujo la custodia con el Santísimo Sacramento por el pasillo.
El Cardenal Joseph W. Tobin, de Newark, New Jersey, quien lideró la liturgia de la mañana dijo, “Querámoslo o no, como católicos americanos en 2017, nuestra decisión de servir al Señor es tan dura como la que enfrentaron Josué y su familia”.
Hay presión en este país para excluir a las personas y mantener a la gente afuera y para tratar algunas vidas como desechables, dijo el cardenal. Esto significa que estas personas también están excluidas de la cena eucarística. Ellos tienen que estar en los corazones y las mentes de aquellos que estamos presentes en la Eucaristía, dijo.
No seriamos fieles a la razón por la cual Dios envió a Jesús sino nos preocupáramos por quienes no están aquí,” dijo el cardenal, miembro de la Congregación Redentorista.
Buscar una comprensión más profunda de la Eucaristía
La humanidad encontró “que era demasiado arriesgado creer” en el pacto de amor inicial establecido por Dios, dijo. Cuando ese pacto fue rechazado, Dios “continuó intentándolo” y vino Él mismo a “vivir humanamente en profundidad”, dijo el Cardenal Tobin.
Dios quería que conociéramos “el amor verdadero”.
El Sacramento de la Eucaristía que nos dejó Jesucristo es “un sacramento de amor, un signo de unidad… un banquete pascual en el cual consumimos a Cristo”.
“Escuchar decir, ‘Este es El Cuerpo de Cristo, esta es la Sangre de Cristo’, y responder, ‘Amén’, cuenta con nosotros, es algo increíble”, dijo el cardenal.
El Evangelio de Juan narra que durante la Última Cena Jesús lavó los pies de los discípulos. Este evangelio “parece estar diciéndonos que la presencia de Cristo también es igual en el servicio a los demás”, dijo el Cardenal Tobin.
Pero esto es solo una parte del misterio de la Eucaristía, dijo.
En la primera carta a los Corintios, San Pablo corrige esa Iglesia por la desunión y la manera egocéntrica en la que los individuos celebran la Cena del Señor. El apóstol escribe que están en peligro de recibir indignamente el cuerpo y la sangre de Cristo. “Reducir la adoración de la presencia eucarística de Cristo a Él y a mí únicamente, significa que probablemente se trata más que todo de mí”, dijo el Cardenal Tobin.
Aquellos presentes en el congreso están llamados no solo a celebrar la Eucaristía, sino a tratar de hacerlo comprendiendo su intención.
“Preocúpense por aquellos que no están aquí hoy, aquellos que todavía no han encontrado un lugar en la mesa”, dijo.
“Es hermoso ver a tantos, tantos niños”
El Padre Duvan González, vicario parroquial de la Iglesia de St. Joseph en Dalton, llegó en un autobús con sus feligreses, quienes salieron de la iglesia cerca de las 6:00 a.m. en un viaje de dos horas hasta el centro de convenciones. Aproximadamente 120 personas vinimos en autobús o en coche, dijo. Él caminó junto a ellos bajo el estandarte de la parroquia y esperó con ansias hasta el mediodía para compartir con ellos sus comidas tradicionales.
“Ellos están muy, muy contentos porque en este encuentro pueden apreciar la magnitud y diversidad de la Iglesia”, dijo el Padre González.
Proveniente de uno de los condados más al norte de la arquidiócesis, dijo que el congreso juega un papel importante para las familias.
“Necesitamos continuar haciéndolo, apoyándolo, invitando a la comunidad a participar cada año. Es hermoso ver a tantos, tantos niños con nosotros, porque de esta manera les enseñamos que la Eucaristía es el corazón de la Iglesia Católica”, añadió.
Tanto para los oradores como para los asistentes la preocupación fue cómo fortalecer la familia como Iglesia doméstica y cómo transmitir la fe a la próxima generación.
Brandon Vogt, autor y director de contenido del ministerio católico Palabra Ardiente, habló sobre cómo acercar a los adultos jóvenes de vuelta a la Iglesia interesándose genuinamente en las barreras que podrían estar manteniéndolos alejados y buscando respuestas a sus inquietudes y dudas.
“La Iglesia no incomoda a alguien para que se enamore de ella. Ella propone”, dijo Vogt.
También aconsejó “regalar semillas” de pequeños folletos, oraciones, música u otras ayudas que puedan tocar a aquellos que están en búsqueda de algo cuando llegue el momento indicado. La oración y el ayuno deben ser la base de cualquier intento de atraer de nuevo a las personas a la Iglesia, explicó.
“Eso me llegó a mí directamente”, mencionó Mary Carzoli, de la Iglesia de St. Ann en Marietta, mientras esperaba en la fila del autor después de la charla. “Me da nuevas fuerzas para hablarle a mis hijos sin sermonearlos”.
Ella piensa que el congreso es un evento productivo e inspirador.
“Vengo para continuar incrementando mi fe y vida espiritual”, dijo. “Estar alrededor de otros católicos te fortalece. … La procesión, todas las diferentes culturas, es simplemente un evento maravilloso”.
El congreso alimenta a las familias jóvenes
Otros oradores de la Sesión en Inglés incluyeron el Padre Michael Gaitley, director de evangelización de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción, la Dra. Gianna Molla, hija de Santa Gianna Beretta Molla y el Padre Larry Richards.
Naomi y Michael Karrels, de la Iglesia de St. Mary Magdalene en Newnan, trajeron con sigo a su hija Maria Sophia de 11 meses de edad en una coche mientras que sus otros dos hijos de 6 y 9 años, participaban en la Sesión de Niños.
El congreso es muy importante para ellos en su ministerio, dijo Naomi Karrels.
“Acabo de terminar de coordinar las clases de biblia de vacaciones en mi iglesia. El Congreso Eucarístico es el lugar al que vengo para recuperar mi energía. Venir cada año se ha convertido en algo muy importante para mí, para ambos—ya que podemos recargarnos individualmente y como pareja. Es un sacrificio que vale la pena hacer con los más pequeños”.
Ella dijo que la Sesión de Niños es vital para que las familias puedan asistir.
“El Congreso Eucarístico es lo que necesitamos para fortalecer a las familias jóvenes, quienes a veces necesitan a alguien que cuide a sus niños durante unos minutos para poder recuperar su energía y ser esa luz; para salir y ser lo que la Iglesia necesita que sean”, comentó.
Michael Karrels dijo que el solo hecho de estar junto a miles de personas que comparten su fe católica era algo significativo para él.
“Estás entre la comunidad”, dijo.
Kas Ho, de la Iglesia de Holy Cross en Atlanta, acompañó en autobús a cerca de 60 niños de la comunidad católica birmana que vinieron por primera vez a la Sesión de Niños, lo cual fue posible gracias al grupo de mujeres de la parroquia y a otras ayudas parroquiales.
Hubo un momento en que los niños rodearon al Obispo Designado Shlesinger en un pasillo, bombardeando al futuro obispo auxiliar de Atlanta con un sinnúmero de preguntas.
“Creo que es algo maravilloso para jóvenes y adultos. Nos da inspiración y comunión”, dijo Ho refiriéndose al congreso. “Esta es la primera vez que estos niños asisten a un evento así. Todo los emociona”.
En la mesa “nos convertimos en algo más parecido a una familia”
Christian Murray, de Iglesia de St. Pius X en Conyers, dijo que el congreso entero fue un gran “sacramento que le confirmó” que está haciendo lo correcto.
“A veces vamos por la vida y nos enfocamos en un objetivo, y va bien por mucho tiempo”, dijo Murray. “Entonces empezamos a tener vértigo y nos preguntamos si estamos haciendo lo correcto. Ese era el lugar en el que yo estaba antes del congreso. Pero uno tras otro, cada orador me confirmó que iba por el camino indicado y que debía seguir adelante”.
Un padre que permanece en casa y escolariza a sus hijos en su hogar dijo, “Muchas veces ese deseo de éxito puede y pone a los niños a un lado. Pero los niños necesitan un regalo completo de su padre—no en juguetes, ni en abundancia de lugares para visitar, sino en presencia. Por esta razón el deseo de éxito fue algo que tuve que dejar atrás”.
El congreso concluyo el tema de la familia con la misa de clausura a la que asistieron unas 10.000 personas y durante la cual, el Arzobispo Gregory pronunció la homilía.
Las familias experimentan diferencias de opiniones. Incluso en la Iglesia existen diferentes opiniones sobre la Eucaristía, tales como, si se debe estar arrodillado o parado, o si se debe recibir la Sagrada Comunión en la mano o en la lengua, dijo.
Cuando la Iglesia de la arquidiócesis se reúne cada año para asistir al congreso, puede que hayan diferentes idiomas, canciones y trajes típicos “pero todo palidece en comparación con el regalo que nos une” explicó el arzobispo.
“Cuando la familia de la Iglesia se reúne para celebrar la Eucaristía, fortalecemos los lazos que nos unen”, añadió. “Nuestros corazones se renuevan debido nada más y nada menos que a Cristo”.
“Cada vez que compartimos este precioso pan y cáliz salvador, nos convertimos en más que una familia”, dijo. En la Eucaristía, Cristo “nos alimenta y nos apoya con este regalo de sí mismo y elimina cualquier motivo que tengamos para diferir”.
El arzobispo anunció que el Congreso Eucarístico 2018 se celebrará el 1 y 2 de junio. El tema proveniente del evangelio de Juan 17:21 será “Que todos ellos sean uno”.