Tyrone
Subvención ayuda a parroquias y escuelas a conservar energía e invertir en ministerio
By ANDREW NELSON, Staff writer | Published marzo 23, 2017 | Available In English
TYRONE—Gary Gabriel estaba desconcertado mientras permanecía de pie entre las cerchas de madera que sostenían el techo. ¿Dónde estaban los detalles en los planos del edificio que describían la barrera que mantiene el aire caliente fuera del ático?
Gabriel, un asesor de energía, apuntó su linterna sobre el aislamiento rosa en los paneles del techo, y pensó en voz alta cómo esta variación en los planos de construcción podría jugar un papel en las elevadas facturas eléctricas de la iglesia de St. Matthew, en Tyrone. El aire caliente se filtra en el edificio sin una barrera, lo cual contribuye a que la unidad del aire acondicionado continúe trabajando.
“La falta de una barrera de aire es una lástima, pero haz lo mejor que puedas con lo que tienes”, dijo refiriéndose a su nuevo descubrimiento.
Rociar espuma aislante podría ayudar a la situación, pensó.
Como parte de una auditoria de energía, Gabriel y el personal de la parroquia de St. Matthew pasaron recientemente más de 90 minutos examinando los planos del edificio, subiéndose al ático e inspeccionado un aire acondicionado y un calefactor del tamaño del contenedor de un tren.
“Crear un diseño sostenible implica mirarlo todo”, dijo Gabriel.
St. Matthew es la primera de nueve parroquias y tres escuelas católicas en someterse a una auditoría a través de este nuevo programa. Una subvención privada de $25,000 está ayudando a parroquias y escuelas a asumir su responsabilidad en la preservación del medio ambiente. Los ahorros identificados en las auditorías de energía se pueden invertir mejor en ministerios, no en la cuenta de la luz.
Susana Ikhwan, directora de operaciones de St. Matthew, dijo que los feligreses tienen la meta de ser más consientes ambientalmente hablando. Un programa de reciclaje para plástico y latas de metal es parte de la vida parroquial y un jardín orgánico en los terrenos de la parroquia proporciona frutas y vegetales a miembros de la iglesia y a una despensa de alimentos local.
“Tratamos de ser conscientes”, dijo.
La primera tarea de la auditoria fue examinar el costo de los servicios públicos y compararlo con los gastos. En comparación con otras casas de culto, en cuanto al consumo de energía, Gabriel dijo que la parroquia no se veía bien. El consumo de electricidad era alto para el tamaño de una estructura de 17 años de edad.
“Sabemos que hay aspectos que se pueden mejorar. Esta es una oportunidad. ¿A dónde se está yendo toda esa energía?” se preguntó.
Visión del Papa inspira plan de acción arquidiocesano
Las auditorías son la acción más reciente a la respuesta de la arquidiócesis a la encíclica del Papa Francisco de 2015 “Laudato Si’: Sobre el cuidado de la casa común”. El documento relaciona la degradación ambiental y el calentamiento global con la moral imperativa del cuidado de la creación, que es una enseñanza católica fundamental. El papa hizo un llamado a “una acción global rápida y unificada” para detener la destrucción del medio ambiente e iniciar respuestas más responsables para preservar el aire limpio, el agua potable y otras condiciones esenciales para un mundo habitable.
“El clima es un bien común, de todos y para todos. A nivel global, es un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para la vida humana”, escribió.
“El universo se desarrolla en Dios, quien lo llena todo. Entonces, existe un significado místico en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre. El ideal no es solo pasar de lo exterior a lo interior para descubrir la acción de Dios en el alma, sino también llegar a encontrarlo en todas las cosas. San Buenaventura nos enseña que ‘la contemplación es más profunda mientras más siente en sí el hombre el efecto de la gracia divina o mientras mejor sabe encontrar a Dios en las criaturas exteriores’”, escribió.
En respuesta a la encíclica, la Arquidiócesis de Atlanta trabajó con científicos afiliados con la Universidad de Georgia para desarrollar recomendaciones útiles para que los católicos puedan adoptar prácticas ambientalmente sólidas en proyectos grandes y pequeños. Las inspecciones de ahorro de energía cubren dos aspectos del plan de acción, conservación de agua y electricidad.
Susan Varlamoff, ex directora de la Oficina de Ciencias Ambientales de la Universidad de Georgia, encabezó la redacción del documento. Recientemente retirada de la universidad, Susan es la autora de dos libros sobre sostenibilidad ambiental y lidera el equipo de cuidado de la creación de su parroquia, St. John Neumann, en Lilburn.
Con el apoyo de sus ministerios, la parroquia redujo los desechos en un 50 por ciento. Varlamoff dijo que St. John Neumann compró platos y cubiertos para lavar y reutilizar, en lugar de platos desechables.
El plan de acción de la Arquidiócesis de Atlanta está siendo considerado por otras diócesis en el noreste, dijo Varlamoff, y ha sido adoptado por la Arquidiócesis de New Orleans. Las personas están interesadas porque combina la visión del papa con iniciativas prácticas para parroquias e individuos, dijo.
“Este plan ofrece a las parroquias alternativas para que puedan llegar a ser ecológicas”, dijo.
Subvenciones pagan por auditorias sostenibles
La auditoría de energía es una colaboración entre individuos y organizaciones religiosas. Rutherford y Laura Seydel, quienes tienen una larga historia de filantropía ambiental, proporcionaron el capital inicial para el proyecto de la Arquidiócesis de Atlanta. Las auditorías están siendo manejadas por Georgia Interfaith Power and Light, una organización sin fines de lucro basada en la fe. Southface Energy Institute y el U.S. Green Building Council también participan en el proyecto.
El objetivo es que los conjuntos de parroquias y escuelas auditadas reduzcan su huella de carbono en un 30 por ciento e incrementen su eficacia, en cuanto a conservación, en al menos un 25 por ciento. Las auditorias están programadas para terminar en septiembre.
Varlamoff dijo que los líderes parroquiales están ansiosos de participar. Los párrocos y administradores siempre están buscando maneras de reducir los costos, dijo. Ellos saben que si pueden reducir los gastos de electricidad, los ahorros pueden ser redirigidos a otras prioridades de la parroquia, dijo.
Las parroquias tienen que comprometerse con el proceso. Si los ministerios y el liderazgo parroquial tienen un enfoque ambiental podrán utilizar la auditoría para solicitar subvenciones para implementar sugerencias y luego trabajar para lograr ahorros con el tiempo, dijo.
Una oportunidad para hacer cambios
El aire acondicionado principal de St. Matthew está ubicado detrás del edificio de la iglesia. Gabriel se veía pequeño durante la inspección de la unidad. Su cabeza desapareció mientras se preguntaba por qué sobresalía un tubo. Luego dijo al director de operaciones de la parroquia que la iglesia podría ahorrar gastos adquiriendo una unidad de aire acondicionado que fuera aproximadamente la mitad de la actual.
“La unidad es un elefante. El cambio podría otorgar beneficios de hasta $60.000”, dijo.
Los agujeros de las luces del techo de la iglesia no pueden cambiarse a pesar de ir en contra de los principios de diseño sostenible al romper la barrera del aire. Sin embargo, Gabriel identificó durante su recorrido algunos candelabros en el espacio de reunión y el santuario que podrían ser reemplazados por nueva iluminación que sería más económica.
“En edificaciones viejas, siempre hay cosas que pueden modernizarse”, dijo.