Una peregrinación en el Espíritu Santo
By OBISPO BERNARD E. SHLESINGER III | Published mayo 6, 2024 | Available In English
Este diciembre, el Papa Francisco inaugurará el Año Jubilar 2025 con el tema “Peregrinos de la esperanza”.
En preparación para el año jubilar, el Papa Francisco motiva a todos a dedicarse a “redescubrir el gran valor y la absoluta necesidad de la oración en la vida personal, en la vida de la Iglesia y en el mundo.” Como discípulos de Jesucristo, vivimos con una necesidad perpetua de renovación espiritual para no sucumbir a la atrofia espiritual. Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por él. (Gálatas 5:25)
Ya sea o no que estemos considerando una peregrinación a Roma en el año jubilar para unirnos a los 35 millones de peregrinos que se estima estarán allí, no lo perderemos si no estamos espiritualmente en peregrinación, soñando con Dios y viviendo bajo su cuidado providencial. No podemos sucumbir a la ilusión de que seremos felices sólo cuando el mundo haya cambiado para bien o cuando alcancemos el próximo objetivo. Los cristianos somos “peregrinos de la esperanza y constructores de paz”. Para algunos, vivir el sueño puede significar vivir una pesadilla si no tenemos al Espíritu Santo para ayudarnos a experimentar amor, gozo y paz. (Gálatas 5:22)
Lamentablemente, escapar de la realidad al mundo virtual del ciberespacio y a un mundo de posibilidades infinitas no aborda el significado más profundo de nuestra existencia. En este viaje, podemos descubrir que estamos desconectados de nosotros mismos y de los demás, preguntándonos por qué estamos en la búsqueda frenética de la felicidad, la cual parece estar fuera de nuestro alcance. Si vivimos únicamente en el mundo del ciberespacio, es posible que no logremos desarrollar las habilidades sociales necesarias para construir relaciones más profundas. Por lo tanto, esto puede conducir a una mayor necesidad de cuidados de salud mental.
En la era apostólica, la Iglesia antigua comenzó la preparación para una peregrinación en el Espíritu Santo con nueve días de oración: la primera novena. Antes de tomar decisiones, la Iglesia primitiva oraba y ayunaba. Para participar en una peregrinación es necesario romper con la rutina normal.
Para aquellos que no podrán viajar al extranjero, aquí hay algunas maneras de participar en el Año Jubilar “Peregrinos de la Esperanza”: 1. Hagan una peregrinación local con su familia o únanse a un grupo parroquial. 2. El Papa recomienda leer los documentos del Concilio Vaticano II. 3. Visiten una capilla de adoración para la Hora Santa. 4. Pasen tiempo intencional en la naturaleza (si el clima lo permite) y utilícenlo para meditar o rezar el rosario.
Sacar tiempo para una peregrinación, ya sea local o en el extranjero, requiere dedicar tiempo y desacelerar la rutina normal para hacerla más significativa. Requiere compromiso.
Espero que todos nos beneficiemos al realizar algún tipo de peregrinación y al encontrarnos con el Espíritu Santo, Abogado, Consejero o Paráclito. La renovación siempre será obra del Espíritu Santo, quien también nos enseña a orar.
Oro para que, a medida que nos acercamos a la Fiesta de Pentecostés, nos esforcemos por ser intencionales en las decisiones que tomemos y para que nos consideremos desde ahora en una peregrinación, con el fin de profundizar nuestra oración para que podamos experimentar la alegría del Evangelio y la vida en el Espíritu.
“Envía, Señor, tu Espíritu y serán creados. Y renovarás la faz de la tierra.”