Agradecido profudamente con Dios
By EL OBISPO JOHN N. TRAN | Published marzo 16, 2023 | Available In English
Desde mi ordenación, las personas con las que me he encontrado me han preguntado en numerosas ocasiones ¿cómo me ha ido en la transición? Desde mi perspectiva, mi respuesta ha sido que todo va bien. Sin embargo, otros podrían tener una opinión diferente. Si de hecho toda va bien, no me que más que agradecer a Dios y a los demás.
Estoy profundamente agradecido con el Arzobispo Hartmayer, el Obispo Joel, el Obispo Ned, los empleados de la cancillería; Mons. Francis McNamee, el personal de la Catedral de Cristo Rey y la rectoría; y los feligreses y las escuelas de las parroquias que he tenido el privilegio de visitar.
Las Escrituras y las vidas de los santos nos muestran muchos ejemplos maravillosos de gratitud. La historia de San Lucas, sobre la curación de los leprosos, es uno de ellos. San Pablo compartió con nosotros estas palabras para reflexionar: “Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre” (Col 3,17).
A lo largo de los años, me he esforzado por expresar a través de mis oraciones mi gratitud hacia todos aquellos que hicieron posible mi forma de vida. He tratado de no sentir que lo han hecho porque me deben algo, sino que todas las cosas que he recibido han sido realmente regalos.
Por supuesto, no todos los regalos que he recibido han sido iguales. Por lo tanto, ha habido circunstancias que me han retado a trabajar en ciertas virtudes para poder encontrar paz y dirección. Sin embargo, esos momentos también han sido obsequios. La persona que soy hoy es gracias a todos aquellos con quienes me he encontrado a lo largo de los años. He sido verdaderamente bendecido. Mientras recuerdo el pasado con gratitud, daré lo mejor de mí para servir con alegría y entusiasmo a aquellos a quienes se me ha dado el privilegio de servir en la Arquidiócesis de Atlanta. Para mí, la verdad del asunto es esta, un corazón agradecido me permite ser más alegre, generoso, amable, paciente e incluso confiado a pesar de mis fracasos.
Quisiera invitarlos a ustedes también a tener como parte de su espiritualidad un corazón agradecido, sabiendo que Dios derrama sobre cada uno de nosotros muchas gracias. Un corazón agradecido no solo es bueno para la salud espiritual sino también para nuestra salud mental. Entonces, ¿les gustaría tener una mejor salud espiritual y ser emocionalmente más sanos? ¿Quisieran tener mejores relaciones y ser menos resentidos? ¿Desearían ser menos egocéntricos y materialistas? ¿Qué tal ser más compasivos y tranquilos? ¿Quisieran ser más alegres, devotos y crecer en santidad? Si la respuesta es sí, durante los días restantes de esta temporada de Cuaresma, prueben esforzarse por tener un corazón agradecido en sus vidas diarias. Puedo asegurarles que ustedes y aquellos a quienes encuentren en su camino agradecerán la transición.
El Obispo John N. Tran fue ordenado obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Atlanta el 23 de enero.